Officium Veneris - Telecable

—¿Y si no hubiera sido una trampa de Juan, te la hubieras tirado?
—(Tuve que pensarlo). Mira. Esa es una hembra que pide dedicación
exclusiva. Algo así como tú, por poner un ejemplo. Yo ya
estoy un poco viejo, y con un monstruo así en mi vida tengo de
sobra, ¡que no doy abasto, vamos!
Y como me digas que te daba igual que me fuera con ella, te
estrangulo aquí mismo.
—(Se abrazó a mí emocionada). Bobo.
Luego tuvo otra pregunta inteligente.
—¿Y cómo sabría Juan que tú tenías ese libro?
¡Santo Dios! No había caído. Otra vez la mano larga de Nelia
lo explica todo. Juan sabe mi profesión, y escogió a Catalina o
como se llame, que estoy seguro de que estudió Químicas. Entre
ella y Nelia lo urdieron todo. Una tarde que pasamos tranquilos en
casa, entre polvo y polvo le enseñé los libros más raros de mi biblioteca.
Este sin duda se le debió quedar grabado.
De noche, en otra tesitura, Sofía reconoció que prefería que no
me la hubiera tirado. Me alegra que sea así por que eso significa
que me quiere y no desea interferencias en nuestro amor. A mí me
ocurriría exactamente lo mismo. Una cosa es el sexo lúdico y deportivo,
y otra, estos fregados de alto voltaje. Los dos luchamos
por la felicidad que hemos conseguido.
Hay algo bueno en todo esto. Juan busca alternativas a la violencia
que planeaba al principio. Eso significaba que mi seguro de
vida probablemente funciona.
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