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Officium Veneris - Telecable

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A la vista del puticlub, un destello me iluminó. Si quería que Silvia<br />

me informase, era mejor que hablara con ella sin que nadie nos<br />

viera. Si algo gordo se estaba cociendo contra mí en aquel ambiente,<br />

una persona que hablara conmigo podría tener problemas<br />

también. No era difícil resolver esto fingiendo que quería un servicio<br />

a domicilio. Hice un plan rápidamente. Me alejé, y entré en<br />

una cafetería de una calle próxima. Llamé al puticlub. Se puso una<br />

mujer. —“Quiero hablar con Silvia”. —“Espere un momento”.<br />

Pasó un rato. —“Sí”. —“Silvia”. —“Sí”. —“Un amigo me ha hablado<br />

muy bien de ti. Quiero que vengas a mi casa”. “No. Si quieres<br />

estar conmigo tienes que venir tú aquí” —“No podías hacer<br />

una excepción una vez. Es que a mi me acojonan esos sitios.<br />

Quiero que estemos tranquilos aquí en casa. Si tienes miedo de<br />

que sea “Jack el destripador”, quedamos en la cafetería de abajo”.<br />

Se resistió. Insistí. Fijó un precio astronómico. Regateé. Aceptó.<br />

Le di la dirección del portal al lado de la cafetería —“piso 8 o ,<br />

A”—. Los timbres se veían desde mi mesa, cuando una mujer<br />

marcara ese timbre sería ella.<br />

Al cabo de media hora, una mujer joven y guapa marcó el timbre.<br />

Salí de la cafetería y me acerqué a ella. “Hola, tú eres Silvia,<br />

¿no?, es que bajé a esperarte a la cafetería. Ven, vamos a tomar<br />

algo”. Estaba sorprendida, pero aceptó. Nos sentamos juntos en<br />

una mesa. Entonces pude ver bien su rostro. Tenía una hermosa<br />

sonrisa que a veces se convertía en una mueca extraña; ironía,<br />

desdén, no sé. “Hola, yo soy Carlos”. No sabía cómo empezar. Saqué<br />

discretamente el dinero y le pagué. Lo cogió. Le expliqué que<br />

no quería estar con ella sino solamente hablar. Seguía sorprendida.<br />

Pensé que lo mejor era contarle mi historia asépticamente,<br />

sin mencionar el nombre de Sofía; después decirle que tenía un<br />

problema porque un amigo acababa de contar tal y cual de la<br />

chica; y terminar diciéndole: “tú puedes ayudarme a saber la verdad,<br />

porque esa chica es amiga tuya. Te estoy hablando de Sofía”.<br />

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