09.05.2013 Views

Officium Veneris - Telecable

Officium Veneris - Telecable

Officium Veneris - Telecable

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Cortos pelos morenos cubrían los labios entre los que las pequeñas<br />

aletas apenas asomaban. Abrí la crica y comprobé que su delicioso<br />

chochito estaba recién salido de la ducha y olía deliciosamente<br />

a jabón. No había lubricación suficiente aún para una penetración,<br />

pero no era cosa de hacer esperar a nuestra anfitriona, así que lubriqué<br />

con saliva el recibidor de su casa de placer, haciendo que<br />

mis dedos jugaran con los mogotes de su himen castigado. Con<br />

este ejercicio, mi requeté presentó armas entusiasmado, y le dejé<br />

que siguiera el trabajo, no sin antes ponerle su gabardina muy<br />

apretadita para que no se resfriara; recuerdo el abrazo ceñido y<br />

cálido de la vaina sedosa; ¡aquello era hospitalidad!<br />

Estuvimos unos minutos en aquella posición. Yo bombeaba<br />

suavemente desde detrás, y Cristina recibía el envite con muestras<br />

de satisfacción mientras Joaquín también parecía contento del tratamiento<br />

que se le estaba dando; mientras tanto, él magreaba las<br />

tetas prodigiosas de Cristina, y en el espejo se veía claramente que<br />

ya había conseguido que las medallas de bronce que antes estaban<br />

casi lisas, armaran los suculentos pezones. Así estábamos cuando<br />

oímos voces en la puerta. Eran Rosa y Sofía. Rosa entró protestando.<br />

“Anda, mira esta cómo se lo monta. Todo para ella. ¿Y este<br />

degenerado? —refiriéndose a mí, y dirigiéndose a Sofía—. ¿Cuántas<br />

veces te ha dicho en los últimos días que eres la única mujer<br />

del mundo? Míralo qué bien lo pasa con esta fresca”. Se acercó a<br />

Cristina y la besó. Cristina respondió al beso apasionadamente.<br />

Yo ya me había retirado, y las dos se abrazaron y empezaron a<br />

acariciarse con ternura. Los demás mirábamos sonrientes. Entonces<br />

yo reparé en Sofía que se había puesto un camisón transparente<br />

de Rosa. Estaba preciosa. Ella también me miró y nos<br />

abrazamos emocionados. Nos besamos. Joaquín protestó viendo<br />

cómo el grupo se disgregaba: “eh, eh, que la pareja es un mal rollo,<br />

tíos. Tenéis el coco comido por un caduco romanticismo”.<br />

Rosa y Cristina se rieron y se abalanzaron sobre él: “Una, dos y<br />

133

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!