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Las metamorfosis (Versión para imprimir)

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<strong>Las</strong> <strong>metamorfosis</strong> (<strong>Versión</strong> <strong>para</strong> <strong>imprimir</strong>) 11<br />

musgo palidecían, y se alzaban sin fuegos sus aras.<br />

Cuando del templo tocaron los peldaños se postró cada uno 375<br />

inclinado al suelo, y atemorizado besó la helada roca,<br />

y así: «Si con sus plegarias justas», dijeron, «los númenes vencidos<br />

se enternecen, si se doblega la ira de los dioses,<br />

di, Temis, por qué arte la merma del género nuestro<br />

re<strong>para</strong>ble es, y presta ayuda, clementísima, a estos sumergidos estados». 380<br />

Conmovida la diosa fue y su ventura dio: «Retiraos del templo<br />

y velaos la cabeza, y soltaos vuestros ceñidos vestidos,<br />

y los huesos tras vuestra espalda arrojad de vuestra gran madre».<br />

Quedaron suspendidos largo tiempo, y rompió los silencios con su voz<br />

Pirra primera, y los mandatos de la diosa obedecer rehúsa, 385<br />

y tanto que la perdone con aterrada boca ruega, como se aterra<br />

de herir, arrojando sus huesos, las maternas sombras.<br />

Entre tanto repasan, por sus ciegas latencias oscuras,<br />

las palabras de la dada ventura, y <strong>para</strong> entre sí les dan vueltas.<br />

Tras ello el Prometida a la Epimetida con plácidas palabras 390<br />

calma, y: «O falaz», dice, «es mi astucia <strong>para</strong> nosotros,<br />

o -píos son y a ninguna abominación los oráculos persuaden-<br />

esa gran madre la tierra es: piedras en el cuerpo de la tierra<br />

a los huesos calculo que se llama; arrojarlas tras nuestra espalda se nos ordena».<br />

De su esposo por el augurio aunque la Titania se conmovió, 395<br />

su esperanza, aun así, en duda está: hasta tal punto ambos desconfían<br />

de las celestes admoniciones. Pero, ¿qué intentarlo dañará?<br />

Se retiran y velan su cabeza y las túnicas se desciñen,<br />

y las ordenadas piedras tras sus plantas envían.<br />

<strong>Las</strong> rocas -¿quién lo creería, si no estuviera por testigo la antigüedad?- 400<br />

a dejar su dureza comenzaron, y su rigor<br />

a mullir, y con el tiempo, mullidas, a tomar forma.<br />

Luego, cuando crecieron y una naturaleza más tierna<br />

les alcanzó, como sí semejante, del mismo modo manifiesta parecer no puede<br />

la forma de un humano, sino, como de mármol comenzada, 405<br />

no terminada lo bastante, a las rudas estatuas muy semejante era.<br />

La parte aun así de ellas que húmeda de algún jugo<br />

y terrosa era, vuelta fue en uso de cuerpo.<br />

Lo que sólido es y doblarse no puede, se muta en huesos,<br />

la que ahora poco vena fue, bajo el mismo nombre quedó; 410<br />

y en breve espacio, por el numen de los altísimos, las rocas<br />

enviadas por las manos del hombre la faz tomaron de hombres,

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