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Las metamorfosis (Versión para imprimir)

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<strong>Las</strong> <strong>metamorfosis</strong> (<strong>Versión</strong> <strong>para</strong> <strong>imprimir</strong>) 162<br />

las pajas se doran, y cubierta de mármol la tierra<br />

y cinceladas las puertas, y de oro cubiertos los techos parecen.<br />

Tales cosas entonces de su plácida boca el Saturnio dejó salir:<br />

«Decid, justo anciano y mujer de su esposo justo<br />

digna, qué deseáis». Con Baucis tras unas pocas cosas hablar, 705<br />

su juicio común a los altísimos abre Filemon:<br />

«Ser sus sacerdotes, y los santuarios vuestros guardar<br />

solicitamos, y puesto que concordes hemos pasado los años,<br />

nos lleve una hora a los dos misma, y no de la esposa mía<br />

alguna vez las hogueras yo vea, ni haya de ser sepultado yo por ella». 710<br />

A sus deseos la confirmación sigue: del templo tutela fueron<br />

mientras vida dada les fue; de sus años y edad cansados,<br />

ante los peldaños sagrados cuando estaban un día y del lugar<br />

narraban los casos, retoñar a Filemon vio Baucis,<br />

a Baucis contempló, más viejo, retoñar Filemon. 715<br />

Y ya sobre sus gemelos rostros creciendo una copa,<br />

mutuas palabras mientras pudieron se devolvían y: «Adiós,<br />

mi cónyuge», dijeron a la vez, a la vez, escondidas, cubrió<br />

sus bocas arbusto: muestra todavía el tineio, de allí<br />

paisano, de un gemelo cuerpo unos vecinos troncos. 720<br />

Esto a mí, no vanos -y no había por qué burlarme quisieran-<br />

me narraron unos ancianos; yo ciertamente colgando vi<br />

unas guirnaldas sobre sus ramas, y poniendo unas recientes dije:<br />

«El cuidado de los dioses, dioses sean, y los que adoraron, se adoren».<br />

Erisicton y su hija<br />

Había acabado y a todos la cosa había conmovido, y su autor, 725<br />

a Teseo principalmente; al cual, pues los hechos oír quería<br />

milagrosos de los dioses, apoyado sobre su codo el calidonio caudal,<br />

con tales cosas se dirige: «Los hay, oh valerosísimo,<br />

cuya forma una vez movido se ha, y en esta renovación ha permanecido;<br />

los hay que a más figuras el derecho tienen de pasar, 730<br />

como tú, del mar que abraza a la tierra paisano, Proteo.<br />

Pues ora a ti como un joven, ora te vieron un león,<br />

ahora violento jabalí, ahora, a la que tocar temieran,<br />

una serpiente eras, ora te hacían unos cuernos toro.<br />

Muchas veces piedra podías, árbol también a menudo, parecer; 735<br />

a veces, la faz imitando de las líquidas aguas,<br />

una corriente eras, a veces, a las ondas contrario, fuego.<br />

Y no menos, de Autólico la esposa, de Erisicton la nacida,

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