15.05.2013 Views

Las metamorfosis (Versión para imprimir)

Las metamorfosis (Versión para imprimir)

Las metamorfosis (Versión para imprimir)

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Las</strong> <strong>metamorfosis</strong> (<strong>Versión</strong> <strong>para</strong> <strong>imprimir</strong>) 237<br />

lo cual, puesto que no pudo, previamente roto lo arroja a su enemigo;<br />

pero lejos del arma que le venía Teseo se retiró,<br />

por la admonición de Palas: que se le creyera así él mismo quería. 360<br />

No, aun así, el árbol inerte cayó, pues del alto Crántor<br />

separó del cuello el pecho y el hombro izquierdo:<br />

armero aquel de tu padre había sido, Aquiles,<br />

a quien de los dólopes el soberano, en la guerra superado, Amíntor,<br />

al Eácida había dado, de la paz, prenda y garantía. 365<br />

A él, desde lejos cuando por una horrible herida desmembrado Peleo<br />

lo vio: «mas tus ofrendas fúnebres, de los jóvenes el más grato, Crántor,<br />

recibe», dice y con vigoroso brazo contra Demoleonte<br />

de fresno lanzó, de su mente también con las fuerzas, un asta,<br />

que de su costado el armazón antes rompió, y luego en sus huesos prendida quedó 370<br />

temblando: saca él con su mano sin su cúspide el leño<br />

-éste también apenas le obedece-: la cúspide en el pulmón retenida queda.<br />

El mismo dolor fuerzas a su ánimo daba: enfermo contra el enemigo<br />

se levanta y con sus pies de caballo al hombre cocea.<br />

Recibe él los golpes resonantes en la gálea y el escudo 375<br />

y defiende sus hombros y ante sí tendidas sostiene sus armas,<br />

y a través de las axilas con un solo golpe sus dos pechos perfora.<br />

Antes, aun así, a la muerte había entregado a Flegreo e Hiles,<br />

desde lejos, a Ifínoo con cercano Marte, y a Clanis.<br />

Se añade a ellos Dórilas, que las sienes cubiertas llevaba 380<br />

de la piel de un lobo, y a guisa de salvaje arma los prestantes<br />

cuernos zambos de unos bueyes, enrojecidos del mucho crúor.<br />

A éste yo, pues fuerzas mi ánimo me daba: «Contempla», dije,<br />

«cuánto ceden a nuestro hierro tus cuernos»,<br />

y una jabalina blandí, la cual, como evitar no pudiera, 385<br />

opuso su diestra a la que había de sufrir esas heridas, su frente.<br />

Fijada quedó con su frente su mano. Se produce un griterío, mas a aquél,<br />

prendido, y por su acerba herida vencido Peleo<br />

-pues apostado estaba el más cercano- bajo su mitad le hiere a espada el vientre.<br />

Se abalanzó, y por la tierra, feroz, sus vísceras arrastró, 390<br />

y arrastradas las pisó, y pisadas las rompió, y en ellas<br />

sus patas también impidió, y sobre su vientre inane cayó.<br />

Y no a ti al luchar, Cílaro, tu hermosura te redimió,<br />

si es que a la naturaleza esa hermosura le concedemos.<br />

Su barba era incipiente, de esa barba el color áureo, áureo 395<br />

desde los hombros su pelo pendía hasta la mitad de sus espaldillas.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!