Las metamorfosis (Versión para imprimir)
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<strong>Las</strong> <strong>metamorfosis</strong> (<strong>Versión</strong> <strong>para</strong> <strong>imprimir</strong>) 158<br />
tras cumplir, a los erecteos recintos iba de la Tritónide.<br />
Le cerró el camino y le causó demoras el Aqueloo al marchar,<br />
de lluvia henchido: «Acércate a los techos», le dice, «míos, ilustre 550<br />
Cecrópida, y no te encomiendes a las robadoras ondas.<br />
Llevar troncos sólidos y oblicuas rocas hacer rodar<br />
con su gran murmullo suelen. He visto, lindando a su ribera,<br />
con sus greyes establos altos ser arrastrados, y ni fuertes allí<br />
les sirvió ser a las vacadas ni a los caballos veloces. 555<br />
Muchos también este torrente, las nieves desde el monte liberadas,<br />
muchos cuerpos juveniles en su arremolinado abismo sumergió.<br />
Más seguro es el descanso, mientras sus caudales corran por su acostumbrada<br />
linde, mientras tenues acoja su seno las ondas.<br />
Asintió el Egida y: «Haré uso, Aqueloo, de la casa 560<br />
y del consejo tuyo», respondió; y uso de ambos hizo.<br />
De pómez multicava y no lisas tobas a unos atrios<br />
construidos entra: la tierra estaba húmeda de blando musgo,<br />
las alturas artesonaban, con alterno múrice, conchas.<br />
Y ya dos partes de la luz Hiperión habiendo medido, 565<br />
se recostaron en unos divanes Teseo y sus compañeros de fatigas,<br />
por ésta el Ixiónida, por aquella parte el héroe<br />
treceno, Lélex, de raras canas ya asperjadas sus sienes,<br />
y a los otros que con parejo honor había dignado<br />
el caudal de los acarnanes, contentísimo de huésped tanto. 570<br />
En seguida unas ninfas desnudas de plantas instruyeron<br />
con manjares acercadas las mesas, y el festín retirado,<br />
en gema pusieron vino puro.<br />
<strong>Las</strong> Equínades; Perimele<br />
Entonces el más grande héroe<br />
las superficies mirando a sus ojos sometidas: «Qué lugar», dijo,<br />
«aquél», y con el dedo lo muestra, «y la isla nombre cuál 575<br />
lleva aquella, enséñanos; aunque no una parece».<br />
El caudal a esto: «No es», dice, «lo que divisáis una cosa:<br />
cinco tierras yacen. El espacio las distancias burla.<br />
Y por que menos el hecho te admire, despreciada, de Diana,<br />
unas náyades ellas habían sido, las cuales, una decena de novillos 580<br />
habiendo sacrificado y del campo a los dioses a los sacrificios habiendo invitado,<br />
olvidadas de nos, sus festivos coros hicieron.<br />
Me entumecí de ira y cuan grande fluyo cuando máximo alguna vez,<br />
tan grande era, y al par por mis ánimos y ondas inabarcable,