Las metamorfosis (Versión para imprimir)
Las metamorfosis (Versión para imprimir)
Las metamorfosis (Versión para imprimir)
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>Las</strong> <strong>metamorfosis</strong> (<strong>Versión</strong> <strong>para</strong> <strong>imprimir</strong>) 115<br />
pulsaban con sus pies el espacio del declinante Olimpo.<br />
Regios manjares en las mesas y Baco en oro<br />
se pone; después al plácido sueño se dan sus cuerpos.<br />
Mas el rey odrisio, aunque se retiró, en ella 490<br />
arde, y recordando su faz y movimientos y manos<br />
cuales las quiere imagina las cosas que todavía no ha visto y los fuegos<br />
suyos él mismo nutre, mientras esa inquietud le aleja el sopor.<br />
La luz llega, y de su yerno la diestra estrechando que marchaba,<br />
Pandíon a su compañera con lágrimas le encomienda brotadas: 495<br />
«A ella yo, querido yerno, porque una piadosa causa me obliga<br />
y lo quisieron ambas, lo quisiste tú también, Tereo,<br />
te doy a ti, y por tu lealtad y tu pecho a mí emparentado suplicante,<br />
y por los altísimos, te ruego que con amor de padre la guardes,<br />
y que a mí, angustiado, este alivio dulce de mi vejez 500<br />
cuanto antes -cualquiera será <strong>para</strong> mí una demora larga-, me devuelvas.<br />
Tú también cuanto antes -bastante es que lejos esté tu hermana-,<br />
si piedad alguna tienes, a mí, Filomela, vuelve».<br />
Le encargaba, y al par daba besos a la nacida suya<br />
y lágrimas suaves entre los encargos caían; 505<br />
y de fe como prenda las diestras de cada uno demandó<br />
y entre sí dadas las unió, y que a su nacida y nieto<br />
ausentes por él con memorativa boca saluden, pide;<br />
y el supremo adiós, llena de sollozos la boca,<br />
apenas dijo, y temió los presagios de su mente. 510<br />
Una vez que impuesta fue Filomela sobre la pintada quilla<br />
y removido el estrecho a remos, y la tierra despedida fue:<br />
«Hemos vencido», clama, «conmigo mis votos vienen»,<br />
y exulta y apenas en su ánimo sus gozos difiere<br />
el bárbaro, y a ningún lugar la vista se<strong>para</strong> de ella, 515<br />
no de otro modo que cuando con sus pies corvos, predador,<br />
depositó en su nido alto una liebre, de Júpiter el ave:<br />
ninguna huida hay <strong>para</strong> el cautivo; contempla su premio el raptor.<br />
Y ya el camino concluido, y ya a sus litorales de las fatigadas<br />
popas habían salido, cuando el rey, de Pandíon a la nacida 520<br />
a unos establos altos arrastra, oscuros de sus espesuras vetustas,<br />
y allí, palideciente y temblorosa y todo temiendo<br />
y ya con lágrimas dónde esté su germana preguntando,<br />
la encerró y confesando la abominación, y virgen ella y una sola,<br />
por la fuerza la somete, en vano llamando unas veces a su padre, 525