Stony Brook University
Stony Brook University
Stony Brook University
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
pecado. El “camp” se volvería en su obra un momento particular de su sistema<br />
poético, nunca el sistema mismo. Pero veamos también en la siguiente cita cómo<br />
Lezama Lima se expresa metaliterariamente sin salirse del propio código que<br />
intenta justificar. La forma de la cita, su acumulación de formas (exotismo,<br />
cultismo, latinismos), no se distingue de su contenido.<br />
Licario no se había alejado del cenobio, ejercicio y humildad,<br />
trabajaba en la vía iluminativa y en la purgativa, no sabía si<br />
también en la unitiva, pero persiguiendo un desarrollo goethiano se<br />
hacía pasar por un sarabaita giróvago. Los sarabaitas, sed in plumbi<br />
natura molleti, ablandados a la manera del plomo, juran fidelidad<br />
al mundo y a Dios. Pasean de dos en dos, sine pastore, según sus<br />
humores y sus fastidios, consideran su fuerza incorporativa como<br />
santidad y maldicen la lejanía que no los reconcilia. Para estar más<br />
cerca de la maldición se hacía llamar también de la Orden de los<br />
Gyrovagun, giróvagos, semper vagi et nunquam stabiles, et propis<br />
voluntatibus et gulae inlecebris servientes, et per omnia, deteriores<br />
sarabaitas, vagos, inestables, caprichosos, glotones, en todo peor<br />
que los sarabaitas. (256)<br />
Licario Lezama se “hace pasar” por un sarabaita giróvago. Como si el<br />
religioso—el sarabaita—precisase de lo futil, de lo “camp”, la glotonería, el<br />
capricho, la arbitrariedad, para estar cerca de la maldición—por el infierno se sale<br />
del infierno—, coherente con la estética y dialéctica de la contradicción que<br />
explicamos en el Capitulo Dos. También en Oppiano Licario, muchas páginas<br />
después, vuelve a subrayar esa confusión entre lo santo y lo pecaminoso (por<br />
utilizar la imaginería protocatólica de Lezama Lima), sin menoscabo de ninguno<br />
de los dos extremos. “Dios hizo la vulgaridad sabrosa” (40), escribe Lezama Lima<br />
en una carta de 1961 a su hermana. Obsérvese a continuación la paradoja según la<br />
154