10.06.2013 Views

Stony Brook University

Stony Brook University

Stony Brook University

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

hay identificación entre subjetividad artística y objetividad material. Se ha roto, dicho con<br />

Foucault, la concordancia entre las palabras y la cosas. Meditaremos después cómo la obra de<br />

Nietzsche y Heiddegger, partiendo de la crisis hegeliana para el arte, volverá a proponer una<br />

ligazón no ingenua (si es que alguna vez lo fue), mediada por la tragedia, el peligro y el lenguaje,<br />

y ajena al duelo y la nostalgia, entre artista y mundo.<br />

10 La deconstrucción, según ha explicado Derrida en numerosos pasajes y entrevistas, no ofrece<br />

una metodología o un corpus de reglas y de técnicas que puedan aplicarse mecánicamente. La<br />

instrumentalización que cierta crítica literaria hace de la deconstrucción apenas deriva, como<br />

veremos después, en una suerte de metaironía racionalizante de corte iluminista o pragmático. Mas<br />

cerca de Haberlas o Rorty, respectivamente, que de Derrida.<br />

11Gilles Deleuze en su incisivo libro sobre Nietzsche emplea esta argumentación para repensar los<br />

fundamentos del utilitarismo. Por lo tanto, y como veremos más tarde, atribuimos a las diferentes<br />

perspectivas críticas de hoy esa disposición utilitarista. Las lecturas del desinterés por el arte<br />

producen lecturas interesadas, utilitarias, del mismo.<br />

12 Optamos finalmente por el término vivencia en lugar de por los términos experiencia o<br />

actividad porque éstos nos podrían parecer ligados aún a una metafísica de la presencia. Léase<br />

vivencia como esa experiencia pobre pero incontenible, no auto-contenida, atravesada y mediada<br />

por toda clase de límites y riesgos. Desde otro punto de vista, léase vivencia como la experiencia<br />

que no precede a su significación pero que tampoco, por su repetibilidad parcial o iteratibilidad, se<br />

delimita a esta. Optamos por el término vivencia porque nos parece irrefutable: algo vivimos. El<br />

fin de la experiencia signa el comienzo de la vivencia.<br />

13 ¿Qué lector, qué espectador no es activo a cierto nivel? El binomio cortazariano lector activolector<br />

pasivo se inserta adentro de una estética narrativa de vanguardia, la del propio Córtazar, que<br />

no busca solamente “activar” al lector, provocarlo, exigirle. Otra de las implicaciones de esa<br />

estética de la agitación lectora es la presunción democrática y anti-elitista de que todo lector es<br />

susceptible de ser activo y participativo. Hasta el lector pasivo, en cualquier momento, podría ser<br />

sorprendido y arrebatado.<br />

14 En ese apenas y en ese casi se esconde lo que llamaríamos la iteratabilidad adentro de lo<br />

heterogéneo, los naufragios de una linealidad. Conf. Gilles Deleuze. Difference and Repetition.<br />

New York: Columbia university Press, 1995.<br />

15 Aludimos en esa disyuntiva el siguiente debate: la polisémica multiplicad de sentidos (Roland<br />

Barthes) o la diseminación o incertidumbre aún de cada uno de esos sentidos (Jacques Derrida).<br />

16 Para Pilles Deleuze la filología activa de Nietzsche se funda únicamente sobre ese principio.<br />

Consultar su monografía sobre el filósofo alema.<br />

17 Desde sus primeros libros, Jacques Derrida es el crítico mayor del fonocentrismo que domina la<br />

poética fonética del formalismo, entendido aquel como centralidad y preexistencia de la voz<br />

frente a la omnipresencia constitutiva de la escritura. El concepto derridiano de la archi-escritura<br />

vendría a ser el sistema que engloba a los dos sin dar prioridad a ninguno, sin anular ninguno<br />

tampoco. Frente a la sobregramaticalización que la obra de Derrida ha sufrido por parte de sus<br />

56

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!