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Stony Brook University

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comentadores, convendría recordar lo que el propio Derrida dejo “dicho” en una entrevista a viva<br />

“voz”: “la tensión en lo que leo y escribo, y el tratamiento que le doy al análisis de algunas<br />

palabras, probablemente tiene algo que ver con cierta sonoridad no discursiva, aunque no estoy<br />

seguro de si la llamaría musical. Desde luego, tiene que ver con el tono, con el timbre, con la voz.<br />

Tiene que ver con la voz, porque, contrariamente con el tópico más extendido, nada me interesa<br />

más que la voz”. No escribo sin luz artificial. Valladolid: Ediciones Cuatro, 1999.<br />

18 Crisis del vouloir-dire y afirmación de una cierta autonomía subjetiva. Algo queremos decir,<br />

aunque sea la crisis de ese algo y su poder ser dicho.<br />

19 No es difícil detectar la huella de Derrida, o de un cierto Derrida, en este párrafo.<br />

20 J.M. Coetzee. La edad de hierro. Barcelona: Debolsillo, 2004.<br />

21 Para Heidegger el lenguaje es la casa del hombre y de la poesía. Pero la relación de Heidegger<br />

con el lenguaje, como afirma Gianni Vattimo, es de fundamentación-desfundamentación. En este<br />

último sentido, la poesía se puede definir desde el filósofo alemán como el ocaso del lenguaje: “no<br />

la instauración de una condición donde no hay más lenguaje, sino el continuo y siempre renovado<br />

embestir del lenguaje contra sus propios límites extremos, donde naufraga en el silencio”. El<br />

heideggeriano “no existe la cosa allí donde la palabra falta” en relación al “un es se da allí donde<br />

la palabra se rompe”, signan la dinámica fundamentación-desfundamentación que Heidegger<br />

descubre en la poesía. Y no sólo en la poesía de nuestro siglo. Sobre el tema del ocaso del lenguaje<br />

en Heidegger, consultar Gianni Vattimo, “Heidegger y la poesía del ocaso”, en Más allá del<br />

sujeto. Nietzsche y la hermenéutica. Barcelona: Paidos, 1992.<br />

22 Así es como W. Borroughs denominaba al lenguaje. Julio Cortázar llamaba perras a las<br />

palabras y Octavio Paz las denomino putas. La relación entre el lenguaje y el artista es de amorodio,<br />

de ni contigo ni sin ti. La relación del artista con su lenguaje no es de dominio sino de<br />

combate y lejanía. Lezama decía que hay que “ Nombrar y hacer el nombre en la ceguera<br />

palpatoria”.<br />

23 T.W. Adorno. Aesthetic theory. Pág. 498.<br />

24 Jacques Derrida: No escribo sin luz artificial. Valladolid: Cuatro. Ed, 1999.<br />

25¿Cuál es la ley singular que Lezama dicta sobre nuestras lecturas? Esa es la pregunta a la que<br />

debemos contestar en este trabajo. Imponer meramente nuestra ley singular, sin percibirla además<br />

como tal, sobre una obra que no nos contesta, donde no hay conversación de singularidades (por<br />

muy determinadas que estén) no puede considerarse en puridad un acto de lectura, de contacto. G.<br />

Bennington y J. Derrida. Jacques Derrida (Derridabase). Madrid: Cátedra, 1994.<br />

26 Para esta reflexión sobre el Formalismo nos hemos basado en el capítulo Literatura del ensayo<br />

Structuralism de Jonh Sturrock. Op. Cit.<br />

27 Nos referimos aquí solamente al binario lenguaje literario-no literario. De otras implicaciones<br />

del Formalismo, como su naturaleza transcendental, lo que se ha llamado su “resurrección del<br />

mundo” , nos ocuparemos más tarde.<br />

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