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El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

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<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

impresionante y el mensaje quedaba muy claro: Están a punto de entrar en<br />

una cámara acorazada.<br />

Un hombre corpulento que había tras un mostrador les miró cu<strong>and</strong>o<br />

entraron. Apagó el pequeño televisor que estaba viendo y les saludó con una<br />

amplia sonrisa. A pesar de sus enormes músculos y de su bien visible<br />

pistola, su acento cantarín exhibía la delicada cortesía de un botones suizo.<br />

—Bonsoir —dijo—. ¿En qué puedo ayudarles?<br />

Aquel saludo bilingüe era el último ardid europeo en lo que a<br />

hospitalidad se refería; no daba nada por supuesto y dejaba la puerta abierta<br />

al interlocutor para responder en el idioma con el que se sintiera más<br />

cómodo.<br />

Sophie no lo hizo en ninguno. Se limitó a dejar la llave sobre el<br />

mostrador.<br />

<strong>El</strong> hombre miró la llave y al momento se levantó de su silla.<br />

—Sí, claro, su ascensor está al fondo del pasillo. Avisaré a alguien de<br />

que van para allá.<br />

Sophie asintió y volvió a coger la llave.<br />

—¿Qué planta?<br />

<strong>El</strong> hombre le dedicó una mirada extrañada.<br />

—La llave le ordena al ascensor a qué planta va.<br />

<strong>El</strong>la sonrió.<br />

—Ah, sí, claro.<br />

<strong>El</strong> guardia los vio alejarse camino del ascensor, insertar la llave, entrar<br />

y desaparecer. Tan pronto como la puerta se cerró, descolgó el teléfono. No<br />

iba a avisar a nadie de su llegada. No hacía falta. Cu<strong>and</strong>o el cliente insertaba<br />

la llave en la primera reja, se activaba automáticamente un sistema de aviso.<br />

Lo que iba a hacer era llamar al director de guardia. Mientras esperaba<br />

a que le contestara, encendió otra vez la tele y se puso a mirarla. La noticia<br />

que estaba viendo cu<strong>and</strong>o le habían interrumpido ya estaba acab<strong>and</strong>o. No<br />

importaba. Volvió a echar un vistazo a los dos rostros que aparecían en el<br />

televisor.<br />

<strong>El</strong> director respondió.<br />

—Ouí?<br />

—Señor, tenemos un problema.<br />

—¿Qué sucede?<br />

—La policía está busc<strong>and</strong>o a dos fugitivos.<br />

—¿Y?<br />

—Que ambos acaban de entrar en nuestro banco.<br />

<strong>El</strong> director exclamó algo en voz baja.<br />

—Está bien. Me pongo enseguida en contacto con Monsieur Vernet.<br />

<strong>El</strong> guardia colgó y marcó otro número. <strong>El</strong> de la Interpol.<br />

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