18.06.2013 Views

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

Langdon hizo lo que le pedían y un débil respl<strong>and</strong>or amarillento iluminó<br />

el sendero que tenían delante, mostr<strong>and</strong>o una densa vegetación a ambos<br />

lados. «Faros antiniebla», constató Langdon. Iluminaban lo bastante como<br />

para guiarlos por el camino, pero no tanto como para delatarlos en aquella<br />

zona boscosa.<br />

—Bueno, Rémy —exclamó Teabing con alegría—. Ya tienes luz.<br />

Nuestras vidas están en tus manos.<br />

—¿Adonde vamos? —preguntó Sophie.<br />

—Esta pista se interna unos tres kilómetros en el bosque —explicó sir<br />

Leigh—. Atraviesa la finca y se dirige al norte. Si no nos topamos con algún<br />

árbol caído o con algún charco gr<strong>and</strong>e, saldremos sanos y salvos cerca de la<br />

entrada de la autopista 5.<br />

«Sanos y salvos.» La cabeza de Langdon hubiera querido disentir. Bajó<br />

la mirada hasta su regazo, donde el cilindro volvía a reposar dentro de la<br />

caja de madera. La rosa de la tapa estaba encajada una vez más en su sitio,<br />

y aunque aún se sentía algo embotado, se veía de nuevo con fuerzas para<br />

volver a sacarla y estudiar las inscripciones con más detenimiento. Ya estaba<br />

levant<strong>and</strong>o la tapa cu<strong>and</strong>o notó la mano de sir Leigh sobre su hombro.<br />

—Paciencia, Robert, hay muchos baches y está oscuro. Que Dios nos<br />

proteja si se nos rompe algo. Si no has podido reconocer el idioma cu<strong>and</strong>o<br />

había luz, menos lo vas a reconocer ahora, que no se ve nada. Mejor que nos<br />

concentremos en salir enteros de aquí, ¿no te parece? Pronto habrá tiempo<br />

para eso.<br />

Langdon sabía que Teabing tenía razón. Con un gesto de asentimiento,<br />

cerró la caja.<br />

<strong>El</strong> monje, en el maletero, empezó a protestar y a forcejear con las<br />

cuerdas. De pronto, se puso a dar patadas como un loco.<br />

Sir Leigh se volvió y le apuntó con la pistola.<br />

—No entiendo el motivo de su queja, señor. Ha invadido una propiedad<br />

privada, la mía, y le ha dado un buen golpe en la cabeza a un amigo muy<br />

querido. Creo que tendría todo el derecho a matarle aquí mismo y dejar que<br />

se pudriera en este bosque.<br />

<strong>El</strong> monje se quedó en silencio.<br />

—¿Estás seguro de que hemos hecho bien en traerlo? —le preguntó<br />

Langdon.<br />

—Totalmente. A ti te buscan por asesinato, Robert. Y este indeseable es<br />

tu salvoconducto a la libertad. Por lo que se ve, la policía está tan interesada<br />

en encontrarte que incluso te ha seguido hasta mi casa.<br />

—Es culpa mía —dijo Sophie—. Seguramente el furgón blindado tenía<br />

un transmisor.<br />

—No, no es eso —aclaró Teabing—. Que la policía os haya seguido no<br />

me sorprende. Lo que me sorprende es que os haya seguido este personaje<br />

del Opus. Con todo lo que me habéis contado, no se me ocurre cómo ha<br />

podido encontraros en mi casa, a menos que esté en contacto con la Policía<br />

Judicial o con el Banco de Depósitos de Zúrich.<br />

Langdon se quedó pensativo unos momentos. Parecía claro que Bezu<br />

Fache estaba busc<strong>and</strong>o un chivo expiatorio para explicar los asesinatos de la<br />

noche. Y Vernet les había traicionado de manera repentina, aunque teniendo<br />

257

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!