18.06.2013 Views

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

—Robert... te he dicho que salieras de aquí. Si Fache...<br />

—¿Dónde estabas?<br />

—He ido a buscar una linterna de ultravioletas —murmuró,<br />

enseñándosela—. Si mi abuelo me ha dejado algún mensaje...<br />

—Sophie, escúchame. —Langdon contuvo la respiración y le clavó los<br />

ojos azules—. Las letras P. S., ¿significan algo más para tí? ¿Cualquier otra<br />

cosa?<br />

Por miedo a que sus voces resonaran en el pasillo, lo arrastró al interior<br />

de la Salle des États y cerró con cuidado los dos enormes portones.<br />

—Ya te lo he dicho, las iniciales corresponden a «Princesse Sophie.»<br />

—Ya lo sé, pero ¿las has visto en algún otro sitio? ¿Usó tu abuelo<br />

alguna vez esas iniciales de algún otro modo? ¿Como monograma, o en su<br />

papel de carta, o en algún objeto personal?<br />

Aquella pregunta la desconcertó. «¿Cómo podía saber algo así?» Pues sí,<br />

Sophie había visto aquellas dos letras en otra ocasión, en una especie de<br />

monograma. Fue el día anterior a su noveno cumpleaños. Estaba<br />

recorriendo toda la casa para ver si encontraba algún regalo escondido. Ya<br />

entonces no soportaba que le mantuvieran las cosas en secreto. «¿Qué me<br />

habrá comprado gr<strong>and</strong>-père este año? —se preguntaba mientras revisaba en<br />

armarios y en cajones—. ¿Me habrá traído la muñeca que quiero? ¿Dónde la<br />

habrá escondido?»<br />

Como no encontró nada en toda la casa, Sophie reunió el valor para<br />

meterse en el dormitorio de su abuelo. Tenía prohibido entrar, pero él estaba<br />

abajo, durmiendo en el sofá.<br />

«Miraré rapidito y me iré.»<br />

De puntillas sobre el suelo de tarima que crujía a la mínima, llegó hasta<br />

el armario. Buscó en los estantes, detrás de la ropa. Nada. Luego miró<br />

debajo de la cama, y tampoco encontró lo que buscaba. Se fue hasta el<br />

escritorio y empezó a abrir los cajones y a revisar su contenido uno por uno.<br />

«Tiene que haber algo para mí.» Llegó al último sin encontrar ni rastro de la<br />

muñeca. Desanimada, lo abrió y retiró una ropa negra que no le había visto<br />

ponerse nunca. Ya estaba a punto de cerrarlo cu<strong>and</strong>o se fijó en algo dorado<br />

que había al fondo. Parecía como la cadena de un reloj de bolsillo, pero ella<br />

sabía que él lo llevaba de pulsera. Se le aceleraron los latidos del corazón al<br />

imaginar qué debía ser.<br />

«¡Un collar!»<br />

Sophie sacó la cadena con cuidado. Para su sorpresa, vio que de la<br />

cadena colgaba una llave de oro brillante y maciza. Fascinada, la levantó. No<br />

se parecía a ninguna otra. Casi todas las llaves que había visto eran planas y<br />

con los dientes muy marcados, pero ésta tenía la base triangular con<br />

hendiduras por todas partes. <strong>El</strong> cuerpo, gr<strong>and</strong>e y dorado, tenía forma de<br />

cruz, pero no de cruz normal, porque tenía los dos brazos del mismo<br />

tamaño, como un signo de suma. Grabado en medio de la cruz había un<br />

extraño símbolo, dos letras entrelazadas sobre el dibujo de una flor.<br />

«P. S. —susurró, arrug<strong>and</strong>o la frente mientras leía—. ¿Qué será eso?»<br />

—¿Sophie? —llamó su abuelo desde la puerta.<br />

99

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!