18.06.2013 Views

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

9<br />

Para asegurarse de que nadie interrumpiera su conversación con el<br />

señor Langdon, Bezu Fache había desconectado su teléfono móvil. Por<br />

desgracia, se trataba de un modelo muy sofisticado que incorporaba un<br />

dispositivo de radio de doble b<strong>and</strong>a que, en contra de lo que había ordenado,<br />

uno de sus agentes estaba us<strong>and</strong>o para localizarlo.<br />

—Capitaine? —el teléfono crepitaba como un walkie-talkie.<br />

Fache notó que los dientes le rechinaban. No se le ocurría nada que<br />

fuera tan importante como para justificar la interrupción por parte de Collet<br />

de su «surveillance cachee», y menos en aquel momento tan crítico.<br />

Miró a Langdon como disculpándose.<br />

—Un momento, por favor.<br />

Se sacó el teléfono del cinturón y presionó el botón del radiotransmisor.<br />

—Oui?<br />

—Capitaine, un agent du Département de Cryptographie est arrivé.<br />

<strong>El</strong> enfado de Fache remitió un instante. ¿Un criptógrafo? A pesar de lo<br />

inoportuno del momento, aquello era, probablemente, una buena noticia.<br />

Tras encontrar aquellas crípticas frases de Saunière en el suelo, había<br />

enviado un montón de fotos de la escena del crimen al Departamento de<br />

Criptografía con la esperanza de que alguien fuera capaz de explicarle qué<br />

intentaba decirles el conservador del museo. Y si al fin había llegado un<br />

criptógrafo era porque seguramente alguien había descifrado aquel mensaje.<br />

—Ahora estoy ocupado —dijo Fache en un tono de voz que no dejaba<br />

lugar a dudas: tomaba nota de que había desobedecido sus órdenes—.<br />

Dígale al criptógrafo que espere en el puesto de m<strong>and</strong>o. Hablaré con él tan<br />

pronto pueda.<br />

—Con ella —corrigió Collet—. Es la agente Neveu.<br />

Aquella llamada iba a conseguir sacarle de sus casillas. Sophie Neveu<br />

era uno de los errores más flagrantes de la Dirección Central de la Policía<br />

Judicial. Criptóloga parisina que había cursado estudios en Inglaterra, en el<br />

Royal Holloway, la habían asignado a su equipo hacía dos años, cu<strong>and</strong>o el<br />

Ministerio inició una campaña para incorporar a más mujeres a las fuerzas<br />

de seguridad del Estado. En opinión de Fache, la presente tendencia del<br />

Ministerio a lo políticamente correcto redundaba en la debilidad de su<br />

departamento. No era sólo que las mujeres carecieran de la fuerza física<br />

necesaria para desempeñar las labores policiales; su mera presencia suponía<br />

una distracción peligrosa para sus compañeros. Y en ese sentido, Sophie<br />

Neveu distraía más que otras.<br />

A sus treinta y dos años, era tan decidida que rozaba la obstinación. Su<br />

apuesta entusiasta por la nueva metodología criptológica británica<br />

48

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!