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El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

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<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

85<br />

«Buscad el orbe que en su tumba estar debiera.»<br />

Todos los caballeros de la iglesia del Temple estaban tendidos con la<br />

cabeza apoyada sobre una almohada de piedra rectangular. Sophie sintió un<br />

escalofrío. La referencia al «orbe» que aparecía en el poema le traía imágenes<br />

de la noche en el sótano de su abuelo.<br />

«Hieros Gamos. <strong>El</strong> orbe.»<br />

Sophie se preguntaba si en aquel santuario se habría celebrado<br />

también algún ritual como aquel. La sala circular parecía hecha a medida<br />

para ello. Y había un banco de piedra que circundaba un gran espacio en el<br />

centro. «Un anfiteatro», había dicho Langdon. Se imaginaba aquella sala de<br />

noche, llena de gente enmascarada, elev<strong>and</strong>o sus cánticos a la luz de las<br />

antorchas, presenci<strong>and</strong>o todos la «comunión sagrada» que tendría lugar en el<br />

centro.<br />

Tuvo que hacer un esfuerzo para quitarse aquella imagen de la mente.<br />

Avanzó con Langdon y Teabing hasta el primer grupo de caballeros. A pesar<br />

de la insistencia de sir Leigh en que procedieran sistemáticamente, Sophie<br />

estaba tan impaciente que se adelantó y se dirigió a toda prisa hasta los<br />

cinco caballeros de la izquierda.<br />

Empezó a observar los primeros sepulcros y constató las similitudes y<br />

las diferencias que había entre los caballeros. Aunque todos estaban<br />

tendidos boca arriba, tres tenían las piernas estiradas, mientras que dos las<br />

tenían cruzadas. Sin embargo, aquella particularidad parecía no tener nada<br />

que ver con la ausencia de ninguna esfera. Al examinar su atuendo, Sophie<br />

se fijó en que dos de los caballeros llevaban túnicas debajo de la armadura,<br />

mientras que los otros tres llevaban unos ropajes que les llegaban hasta los<br />

muslos. Pero nada más. <strong>El</strong> otro rasgo distintivo era la posición de las manos.<br />

Dos caballeros las usaban para empuñar una espada, otros dos las tenían<br />

juntas en posición de orar y un quinto, puestas a los lados. Tras un<br />

momento observándolas, se encogió de hombros, incapaz de distinguir<br />

ningún espacio en el que debiera haber estado un orbe.<br />

Notó el peso del criptex en el bolsillo y miró a Langdon y a Teabing, que<br />

procedían despacio e iban apenas por el tercer caballero, sin mucho éxito, a<br />

juzgar por su expresión. Incapaz de esperar, se dio la vuelta y se dirigió al<br />

segundo grupo de caballeros.<br />

Mientras atravesaba la inmensa sala, recitó el poema que había leído<br />

tantas veces que ya se sabía de memoria.<br />

En la ciudad de Londres, enterrado<br />

por el Papa reposa un caballero.<br />

322

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