18.06.2013 Views

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

El código Da Vinci - Colonial Tour and Travel

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Da</strong>n Brown <strong>El</strong> <strong>código</strong> <strong>Da</strong> <strong>Vinci</strong><br />

Mientras pronunciaba aquellas palabras, volvió a bajar la vista para leer<br />

el mensaje que brillaba en el suelo. «¡Diavole in Dracon! Límala, asno.»<br />

—¿Sí? —se interesó Fache.<br />

Langdon sopesó muy bien sus palabras.<br />

—No, sólo pensaba que Saunière compartía gran parte de su<br />

espiritualidad con Leonardo, incluida su preocupación por la supresión que<br />

la Iglesia hace de lo sagrado femenino en la religión moderna. Tal vez, al<br />

encarnar su famoso dibujo, Saunière estaba simplemente haciéndose eco de<br />

algunas de sus frustraciones compartidas en relación a la moderna<br />

demonización de la diosa.<br />

La expresión de Fache se hizo más dura.<br />

—¿Cree usted que Saunière está llam<strong>and</strong>o a los dirigentes de la Iglesia<br />

«diablesas draconianas»? ¿Y qué es eso de «Límala, asno»?<br />

Langdon tenía que admitir que aquello era poco plausible y confuso,<br />

aunque el pentáculo parecía reforzar la idea al menos en parte.<br />

—Lo único que digo es que el señor Saunière dedicó su vida al ; estudio<br />

de la historia de la diosa, y que nadie ha hecho más por erra: dicar esa<br />

historia que la Iglesia católica. Parece razonable que Saunière haya optado<br />

por expresar esa decepción en la hora del adiós.<br />

—¿Decepción? —inquirió Fache, en un tono de clara hostilidad—. Este<br />

mensaje suena más a rabia que a decepción, ¿no le parece?<br />

Langdon estaba lleg<strong>and</strong>o al límite de su paciencia.<br />

—Capitán, usted se ha interesado por mis impresiones, y eso es lo que<br />

le estoy ofreciendo.<br />

—¿Y su impresión es que esto es una condena a la Iglesia? —Ahora<br />

Fache hablaba con los dientes muy apretados—. Señor Langdon, por mi<br />

trabajo he visto muchos muertos, y déjeme que le diga algo. Cu<strong>and</strong>o un<br />

hombre fallece a manos de otro, no creo que sus últimos pensamientos le<br />

lleven a escribir una oculta declaración espiritual que nadie va a entender.<br />

Lo que yo creo es que más bien piensa en una cosa. —La voz susurrante de<br />

Fache cortaba el aire—. En la vengeance. Creo que el señor Saunière escribió<br />

esta nota para decimos quién lo mató.<br />

Langdon se quedó mirándolo fijamente,<br />

—Pero eso no tiene ningún sentido.<br />

—¿Ah,no?<br />

—No —dijo, cansado y frustrado, devolviéndole el golpe—. Me ha dicho<br />

que a Saunière le atacó en su despacho alguien a quien al parecer él mismo<br />

había invitado.<br />

—Sí.<br />

—Por lo que parece razonable concluir que el conservador conocía a su<br />

atacante.<br />

Fache asintió.<br />

—Siga.<br />

—Bueno, pues si Saunière conocía a la persona que lo mató, ¿qué tipo<br />

de condena es esta? —Señaló el suelo—. ¿Códigos numéricos? ¿Diablesas<br />

draconianas? ¿Pentáculos en el estómago? Todo resulta demasiado críptico.<br />

Fache frunció el ceño, como si la idea no se le hubiera ocurrido antes.<br />

45

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!