<strong>AFRODESCENDENCIA</strong>APROXIMACIONES CONTEMPORÁNEAS DESDE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBEEn la comunidad doméstica se da también la reproducción de la cultura, en la cual estáincluida la idea del orden social esto es, la forma en que las personas perciben la sociedadde la que forman parte. En este sentido resulta importante destacar que el trabajorealizado por los esclavos y sus descendientes fue utilizado como un valor trasmitido a sushijos no solo para ganarse la vida, sino que su ejercicio les generara mejores horizontesde vida material y porque no de ascenso social. Esto es, los africanos ingresaron alobraje sin conocer el proceso textil, realizaron los trabajos encomendados, desde losmás elementales y pesados, hasta los de mayor sofisticación, incluso sus habilidadesle permitieron capacitarse en un oficio, a través del cual consiguió obtener su libertad.Su oficio fue una herencia que legó a sus descendientes y con ello les dio también laoportunidad de tener una mejor vida.De acuerdo a nuestras investigaciones, observamos que los hijos de esclavos, libres ya,poseían oficios variados, pero relacionados con el trabajo obrajero: tejedores, tintoreros,tundidores, hilanderas en el caso de las mujeres y hasta sastres como costureras.Señalados como trabajadores libres, asisten a los obrajes de la región y viven en nuevosbarrios fundados en los pueblos aledaños a estos establecimientos, al paso de los añosconsolidaron su pertenencia a la clase obrera textil. Interesante también destacar que losdescendientes de los antiguos esclavos impusieron su forma de trabajo y organizaciónen la industria textil que generaron una tradición laboral en varios de los sitios obrajeros,como es el caso de la zona suroccidente de la ciudad de México que aún entrado el sigloXX se distinguió por el trabajo textilero que hizo exitosas a las numerosas fábricas dehilados y tejidos de algodón y lana.Notas al pie de página*Historiadora mexicana, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.1 Sobre el comercio negrero para México ver Enriqueta,Vila Vilar, Hispanoamérica y el comercio de esclavos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1977, 306 p. y Nicolás,Ngou-Mve, El África Bantú en la colonización de México (1595-1640), Madrid, Consejo Superior de InvestigacionesCientíficas, Agencia Española de Cooperación Internacional,1994,198 p.2 Gonzalo Aguirre Beltrán, La población negra de México, estudio etnohistórico, México, Fondo de Cultura Económica, 1972, p.2343 Los datos aquí expuestos fueron tomados de Araceli Reynoso Medina, Esclavitud y trabajo en los obrajes de Coyoacán, siglo XVII, RepúblicaDominicana, INDAASEL, 2010, 228 p.4 Existe una amplia bibliografía al respecto, de esta destacamos a Luis Chávez Orozco, “El obraje, embrión de la fabrica” en Páginas de historia económicade México, México, CEHSMO, 1976, p.39—63. Manuel Miño Grijalva, Obrajes y tejedores de Nueva España 1700-1810. La industria urbana y rural en unaeconomía colonial, México, El Colegio de México, 1998, 340 p. Richard Salvucci, Textiles y capitalismo en México. Una historia económica de los obrajes1539-1840, México, Alianza, 1992, 286 p.5 Silvio Zavala, Ordenanzas del trabajo, siglos XVI y XVII, México, CEHSMO, 1980, t.1.p.1816 Araceli Reynoso Medina, Op.cit.p.83 y 153.7 Como esclavos chinos fueron designados genéricamente todos aquellos de rasgos asiáticos, pero su origen era diverso, pues los hubo hindúes, chinos,malayos, filipinos, hispano-chinos, hispano-filipinos y negros “cafres” provenientes de la zona oriental africana que los portugueses trasladaron a susposesiones en Asía. La ruta del Galeón de Manila establecida entre Acapulco y Manila a partir de 1573 fue el medio para que estos esclavos llegaran almercado americano. Su número fue reducido y su precio siempre estuvo por debajo de los africanos.8 Silvio Zavala y María Castelló, Fuentes para la historia del trabajo en la Nueva España, t. 7, México, CESHMO, 1980, p.4229 Edmundo O Gorman, “Autos y diligencias en orden a la visita de los obrajes y haciendas de la Villa de Coyoacán” en Boletín del Archivo General de laNación, t. XI No.1, México, Secretaria de Gobernación, ene-mar, 1940, p.105154MÉXICO
<strong>AFRODESCENDENCIA</strong>APROXIMACIONES CONTEMPORÁNEAS DESDE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE“La “identidad negra” de habitantes de Coyolillo,Veracruz: aproximación inicial.”Octavio García MundoFacultad de Historia Universidad VeracruzanaLos estudios sobre las poblaciones negras mexicanas se empezaron a desarrollar desdeel siglo XIX, por Vicente Riva Palacio y alcanzaron un importante desarrollo a mediadosdel siglo XX, con Gonzalo Aguirre Beltrán, quien señaló los orígenes y amplitud deltráfico negrero y los aportes a la cultura, la economía y la historia mexicanas; para finesde ese siglo XX se alcanzó un importante nivel en esas investigaciones. Sin embargo nosucede lo mismo con el estudio de los afrodescendientes contemporáneos. Esta situaciónresponde cuando menos a dos procesos: el desarrollo histórico de la población negra enMéxico, que lo hace un caso específico en América Latina y, en relación con lo anterior ycon la unidad patria, el mito de la identidad nacional, resultado ideológico del mestizajeexclusivo entre el español y el indígena, discurso que negó o “invisibilizó” lo africano y susdescendientes.La doctora Odile Hoffmann 1 pone en el centro del debate la siguiente pregunta ¿cómopensar y hablar de las poblaciones negras contemporáneas en México? Antes deabordar esa cuestión, necesitamos aportar una breve información para comprender elinsuficiente desarrollo del estudio de los afromexicanos contemporáneos.La situación y el estudio de las personas afrodescendientes en México es muy diferentea la de varios países de América Latina y sobre todo del Caribe, por el menor númerode esclavos africanos y por la interrupción temprana de dicho comercio; situaciónque, a diferencia de varios países latinoamericanos donde los afrodescendientes sonreconocidos en tanto “comunidades étnicas” por los textos constitucionales, con un éxitorelativo, en México no ha fructificado no obstante que desde la década de 1970 empezóa modificarse el discurso indigenista de integración sólo entre españoles e indígenas,para dar paso a planteamientos relacionados con la diversidad cultural.Aunque en 1992 el Estado mexicano reconoció la naturaleza pluricultural ymulticultural del país, la política neoliberal del gobierno salinista (1988-1994) mellóese reconocimiento político basado en las “diferencias culturales” y cobró un alto costosocial, ya que con ese discurso multicultural neoliberal, el Estado se ha desatendido desu responsabilidad con los actores individuales o colectivos, impulsando políticas paraque estos asuman a través de procesos de autogestión la resolución de sus necesidadesbásicas y, en el caso de los habitantes originales, negándoles sus derechos de autonomíasobre tierras, aguas y bosques.Quizás por esas circunstancias, aunque un 45% de los habitantes de Coyolillo seanafrodescendientes, parecen estar menos interesados en definir su “calidad étnica” queen denunciar la discriminación de la cual son objeto y reclaman el reconocimiento de155MÉXICO