Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado
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que tiene más tradición democrática que el Estado Español, y consigue que se respete
su derecho a decidir. Lo mismo en el caso de Quebec con Canadá. Ya no es algo de
países colonizados: está ocurriendo en el mundo occidental. En este mundo
globalizado, los estados han perdido el poder en manos de las grandes corporaciones
y la banca, así que los estados pequeños pueden gestionar mejor sus recursos y
construir sociedades más libres y más prósperas económicamente», sentencia.
Es un discurso parecido al que hubiera firmado en su época de jugador. Seguro.
Pero ya ha quedado claro que entonces nunca habría salido públicamente a
defenderlo (no al menos en un libro como este). Como entrenador, aunque sea a un
nivel de casi aficionados, no ha tenido ningún problema político. Claro, que juega en
casa. Muy en casa. «Este es el club de mi pueblo, todos nos conocemos. En la
directiva hay gente con simpatía hacia la izquierda abertzale y otros hacia el PNV. Lo
que nos une es el Getxo y la cuestión nacional. No hay problema», dice.
Hablamos de mi hamburguesa enfrente al viejo San Mamés, a un paso de las
obras del Nuevo San Mamés, un armazón que se acabará comiendo parte del terreno
del actual, como si el club reconociera que es necesario un nuevo estadio pero como
si se sintiera traidor a sí mismo si sus jugadores no siguiesen pisando, aunque sea un
poco, el terreno sagrado de La Catedral. El fútbol ha cambiado. Mucho. Y también
del Athletic. Sobre todo desde aquellos inicios de los 80 en los que Endika se
convirtió en un emblema por su gol al Barça en el Bernabéu. «El fútbol es una
industria muy fuerte y la parte de negocio es mucho más importante. Cuando jugaba,
el Athletic eran los socios y las ayudas internacionales. Punto. Vestíamos Adidas o la
marca que fuera y no veíamos un duro. Nadie tenía un contrato personal de
publicidad tampoco. Hoy en día los jugadores cobran cantidades que no son
admisibles, tal y como está la sociedad», relata Endika, llevando, sin que nadie se lo
pida, su respuesta al terreno social. Eso sí: no cree que la camiseta rojiblanca
signifique menos ahora que cuando él la vistió. «Los jugadores del Athletic y la
afición siguen sintiendo los colores igual que antes. El Athletic no es menos Athletic.
Casualmente este año ha habido dos jugadores [Javi Martínez y Fernando Llorente]
que se han querido ir por razones económicas, pero eso ha pasado toda la vida:
Xavier Eskurza al Barça, Rafa Alkorta y Aitor Karanka al Real Madrid, Andoni
Goikoetxea al Atlético de Madrid… Esas situaciones se van a seguir dando, pero
cada vez menos, porque el fútbol debe entrar en una crisis para arreglar las deudas
que tiene, sobre todo en los clubes del Estado Español. No se puede aceptar que estén
cerrando empresas por no poder pagar lo que deben y que los clubes tengan la deuda
que tienen con la Seguridad Social. La UEFA [Unión Europea de Asociaciones de
Fútbol] y la FIFA [Federación Internacional de Fútbol Asociación] van a tomar sus
medidas y los clubes tendrán que poner sus cuentas al día. Y lo que se paga tendrá
que rebajarse», insiste.
La carrera como jugador de Endika Guarrotxena dentro del Athletic es paradójica:
su gol le sitúa en el imaginario colectivo del club más tradicional, que desde que él
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