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Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado

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Simplemente escribía de fútbol», aclaraba en una entrevista al Daily Mail. Tras

retirarse, entrenó brevemente al Tottenham Hotspur, y con más continuidad al

Newcastle y al Birmingham City. Al comienzo de la temporada 2012-13 firmó por el

Norwich City. En el Tottenham fue compañero suyo otro irlandés, Tony Galvin, que

antes de firmar por los Spurs se había licenciado en Estudios de Rusia (una carrera

que tomó cierto auge durante la Guerra Fría en la que se aprendía desde el idioma

hasta la cultura, geografía e historia del país) por la Universidad de Hull. En los 80,

los años más duros del thatcherismo, apoyó, apareciendo fotografiado en la

propaganda, la campaña de uno de los sindicatos más importantes de Gran Bretaña, el

Sindicato General y del Transporte [TGWU, Transport and General Workers’ Union]

para la mejora del salario mínimo. Al retirarse se dedicó a la enseñanza.

Paul McGrath y Gordon McQueen fueron compañeros en el Manchester United y

conformaban una pequeña ala roja en los red devils. McGrath, internacional por

Irlanda y activo en campañas contra el racismo, recientemente ha aparecido en los

medios de comunicación cuando visitó a los trabajadores de la fábrica de

gomaespuma Vita Cortex en Cork, Irlanda. Los empleados estuvieron encerrados en

las instalaciones de la empresa desde diciembre de 2011 hasta mayo de 2012 para

protestar por la ejecución por parte de la compañía del equivalente irlandés de un

ERE. McGrath apoyó a los trabajadores, algunos de ellos con hasta 47 años

trabajando para Vita Cortex, con vehemencia: «Pensé que Irlanda era un lugar mejor

que esto. No es justo que traten así a esta gente. Creo en lo que están haciendo y

espero que ganen esta lucha», declaró. McQueen, por su parte, fue el futbolista

británico que en los 80 más abiertamente se declaró a favor del Partido Laborista.

Nativo de Ayrshire, en el sur de Escocia, una zona tradicionalmente de izquierdas

(«sí, hay más comunistas que conservadores», describe con ironía McQueen), el

jugador iba regularmente a mítines del partido y participaba activamente en la

recaudación de fondos. «El fútbol es dinero y codicia. Los jugadores viven fuera de la

realidad. Diría que el 99% de ellos pasan completamente de la política», escribió en

el Daily Mirror.

A Brian McClair, que jugó en el United de 1987 a 1998 y actualmente dirige sus

categorías inferiores auspiciado por Alex Ferguson, le preguntaron antes de un

partido qué era lo que más miedo le daba: «Un gobierno de Margaret Thatcher»,

respondió.

En cualquier caso, los futbolistas británicos de izquierdas en los 80 son una

anécdota. El thatcherismo encontró un amplio apoyo, o al menos un silencio

aprobatorio, en la gran mayoría de ellos. Lo que no está tan claro es que el

thatcherismo devolviera al fútbol el favor que recibió de sus profesionales. En 2011,

el entrenador del West Ham United, Sam Allardyce, dejó claro que la época de

recortes y demolición del sector público bajo el gobierno de la Dama de Hierro no

había sido, a su juicio, una bendición para el balompié precisamente: «Thatcher mató

el fútbol. Cuando dejó de pagar un poco más a los profesores para que hiciesen

www.lectulandia.com - Página 197

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