Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Reinaldo, el del puño en alto
Reinaldo era descarado. Muy descarado. Pocos años antes de que Sócrates
popularizara su regia celebración de los goles con el puño derecho levantado, este
delantero hacía lo mismo. Se llamaba José Reinaldo Lima, jugaba en el Atlético
Mineiro (a día de hoy sigue siendo el máximo goleador de la historia del club, con
155 tantos) y sus aficionados lo llamaban Rei, para abreviar su nombre y hacerlo su
monarca. Había sido el máximo goleador del campeonato de 1977, y en 1978 era una
de las jóvenes esperanzas de una selección brasileña que venía de fracasar y de
traicionar el fútbol samba en el Mundial de Alemania en 1974. El año antes de
explotar como delantero, Reinaldo había concedido una entrevista a una revista
alternativa llamada Movimiento en la que declaraba ser partidario de que los
generales desaparecieran de la vida política, de la amnistía para los presos políticos y
de la instauración de la democracia. «Levantar el puño era un gesto revolucionario.
Usaba el fútbol como tribuna, y sabía que los militares no me podían agredir
físicamente, porque sería pegarse un tiro en el pie», declaraba.
Pero un día pasó miedo. Mucho. Fue en la recepción de la selección previa al
Mundial de 1978, en el Palacio de Piratini (Porto Alegre) con el general Ernesto
Geisel, presidente de la nación y uno de los teóricos aperturistas del régimen militar,
aunque doce meses antes había promulgado una brutal ley de censura. Un tipo
uniformado agarró a Reinaldo y lo llevó aparte. Le hizo entrar en otra sala. Allí
estaba Geisel. «Este es el chico», le dijo el militar al presidente. «Hijo, dedícate a
jugar al fútbol. Sólo a eso. La política nos la dejas a nosotros», le espetó el mandamás
al futbolista. «Sí, señor general», acertó a decir el atemorizado Reinaldo. Pero no
cumplió su palabra: 3 de junio del 78, gol contra Suecia en Mar del Plata y
celebración con el puño en alto. Cuenta Reinaldo que el presidente de la
Confederación Brasileña de Deportes, el almirante Heleno Nunes, forzó que lo
sacaran del equipo titular a él y a Zico (sí, el hermano de Nando) tras el empate a cero
contra España, en el encuentro del celebérrimo no gol de Julio Cardeñosa. Zico fue
suplente el resto de partidos excepto el último, contra la Polonia de Grzegorz Lato.
Reinaldo no jugó un minuto más. Brasil quedó fuera por la diferencia de goles contra
Argentina, tras el famoso, y sospechoso, 6 a 0 contra Perú.
A la vuelta del Mundial, Reinaldo se encontró con una campaña brutal contra él
por parte de la prensa. «Un periodista reaccionario, un hijo de puta, comenzó a
escribir que yo era maricón y un borracho», cuenta Reinaldo, que ahora tampoco
tiene pelos en la lengua.
www.lectulandia.com - Página 93