Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
entonces, decía esto:
—¿Por qué tomó la decisión de dejar el fútbol?
—Siempre la persona que esté en un ámbito laboral tiene que pensar en mejorar
para bien. Eso se logra con actitudes desde adentro. Yo estaba en una etapa idealista.
Era joven, con muchos sueños. Creía que se podían cambiar un montón de cosas.
Pero también dentro del medio uno ve que hay muchas cosas que desvirtúan lo que es
la esencia del deporte. Llegó un momento en que no me sentía a gusto porque se
necesitan ganas para asumir responsabilidades. Quiero que usted interprete que esto
es muy complejo […].
—¿Le costó la decisión de renunciar al Mundial ‘78?
—No, porque en todas mis decisiones separo lo que implica lo material de lo que
siento. Primero está el hombre y después la profesión. Así es más fácil decidir. Me
escuché a mí mismo. Jamás me arrepentí, porque venía luchando hacía mucho tiempo
y era lo que sentía. Había un montón de hechos que me llevaron a tomar esa decisión.
—¿Tuvo miedo de una represalia al ser un régimen dictatorial el que estaba en el
gobierno?
—No, para nada. Siempre me dejé llevar por lo que decía mi conciencia. Nunca
pensé en otra cosa que podía llegar a pasar. Decidí con libertad.
—¿Algún compañero suyo debió tomar la misma decisión que usted?
—Siempre manifesté que no era un hecho determinante sino una sumatoria de
cosas. Le estoy hablando de un montón de matices. Llevaría un tiempo profundizarlo
para comprender realmente lo que yo pienso del fútbol. Para mí la vida pasa por otro
lado. […] Con respecto a mis compañeros, debo decir que cada persona decide lo que
quiere y no era quien para obligar a cambiar de opinión en ese momento.
Antes, en 1996, había aseverado en El Gráfico que «para mí lo más importante
seguían siendo los valores fundamentales: la familia, ser un hombre con libertad de
decisión. Entonces se fueron dando una suma de cosas que me fueron llevando a
tomar una decisión. Y hubo otras que la apresuraron». Cuestionado sobre cuáles eran
esas otras razones, quizá esperando el periodista una respuesta política, Carrascosa no
la dio: «No me hacía ninguna gracia concentrarme seis meses. Además, la presión del
periodismo, la necesidad de obtener un resultado hacen que un jugador pueda sentirse
mal. Porque se pierde un partido y surgen un montón de críticas. Hasta se piden
cambios sin pensar cómo se destruye a otro ser humano». Cabe concluir, quizá, que
Carrascosa era contrario a la dictadura de Videla y que no le agradaba jugar un torneo
que la promocionara, pero que su decisión de renunciar al Mundial no fue una
cuestión ideológica ni un posicionamiento político.
Así las cosas, cuando ni Cruyff ni siquiera Carrascosa habían renunciado al
torneo por motivos políticos, no era de esperar que el resto del combinado holandés
hiciera lo propio. Pero lo que tampoco se puede decir es que no sabían lo que ocurría
en Argentina. Y la culpa la tenían el SKAN [Solidariteits Komitee Argentinië-
Nederland], un colectivo holandés de solidaridad con los exiliados argentinos, y sus
www.lectulandia.com - Página 52