Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado
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más de izquierdas que de derechas», cuenta hoy.
Pero el personaje del fútbol francés al que se le identificaba con la política más
izquierdista era, sin duda, Dominique Rocheteau, El Ángel Verde. Rocheteau, ídolo de
Saint-Étienne y fiel a sus colores, era, sin duda, el símbolo del vínculo entre política y
fútbol en los años 70. Militante de la Liga Comunista Revolucionaria (organizaba
partidillos de fútbol entre los militantes, intentando apear de sus cabezas aquella idea
de fútbol igual a opio del pueblo), nunca ocultó su posición política, aunque el dilema
que se le podía plantear sobre si jugar el Mundial de 1978 no fue tal: «Nunca me
planteé no acudir. Es verdad que no participar por solidaridad con los detenidos
habría sido un gran golpe mediático, pero no hay que olvidar también la ilusión del
pueblo argentino», cuenta en una entrevista concedida para este libro. Hidalgo no
cree que su voluntad fuera tan categórica. «En Francia se hablaba mucho del boicot al
Mundial y yo pregunté claramente a los jugadores si había alguno dispuesto a dejar
de jugar para protestar contra la dictadura. El único que expresó ciertas dudas fue
Rocheteau, pero al final, tras mucho reflexionar, aceptó jugar», señala.
Otro de los mitos del Mundial, el de que Rocheteau poco menos que fue obligado
a ir, aunque él no quería, se cae del lado de la verdad y se refugia, como tantos, en el
terreno de los bulos. Se hablaba de una selección dividida entre el jugador de
derechas, Michel Platini, y Rocheteau, el rebelde. «No es verdad. Michel siempre
estaba de broma con ese tema y se metía conmigo porque sabía cuáles eran mis
ideales, pero siempre entre risas. De hecho, tenemos muy buena relación», señala el
hoy responsable de la Comisión Ética de la Federación Francesa.
«Yo me había significado con declaraciones públicas. Me sentía muy concernido
por el problema porque lo conocía. Y es verdad que la mayoría de los jugadores
pasaba de este tipo de cuestiones, porque la política era casi una cuestión tabú»,
reconoce Rocheteau. En el seno del grupo francés, aun así, algo se movió, aunque
fueran un par de hojas del árbol. Y es que El Ángel Verde y el seleccionador sí
querían hacer algo. «Recuerdo que hubo polémicas sobre un problema con el calzado
y otras cosas semejantes. Y a mí me parecía un insulto que estuviésemos allí
preocupándonos por esas nimiedades, cuando a nuestro alrededor ocurrían cosas tan
flagrantes. No olvidábamos que al lado de donde estábamos se torturaba a gente»,
señala.
¿Cómo traducir esa desazón en algo útil? Rocheteau montó una reunión a la que
acudirían, teóricamente, los jugadores y los entrenadores para discutir si se ejecutaba
alguna acción para mostrar su disconformidad con la Junta. No fue precisamente un
éxito: acudieron Patrick Battiston, Jean-Marc Guillou y Dominique Baratelli, aparte
del seleccionador. «Los otros decidieron no venir. No tengo por qué criticarles, era
una decisión libre», dice El Ángel Verde.
Pero entonces, ¿Francia no hizo nada? Los dos interlocutores de esta historia
definen de manera muy distinta cuál fue el acercamiento de ese grupo al terreno de la
acción política. Hidalgo afirma que se reunieron con personas del Régimen para
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