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Futbolistas de izquierdas - Quique Peinado

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Nacional de Herri Batasuna [Unidad Popular, en euskera] y al exjugador, que ya era

concejal de Sopelana por la formación abertzale, le piden que dé un paso adelante.

«Yo no estaba preparado, ese no era mi perfil. Yo soy más de la política de sitios

pequeños, más cercana a la gente. No tengo los conocimientos para estar ahí. Pero me

lo pidieron y tocaba estar», dice.

De aquella Mesa Nacional, que formaban 25 personas, se pueden contar con los

dedos de una mano los que no han sido imputados o han pasado por la cárcel. Uno de

ellos, Endika. «Esa gente está en la cárcel por hacer política. Se confunde a la

izquierda abertzale con ETA [Euskadi ta Askatasuna, Euskadi y Libertad], y eso no

es así. Hay objetivos en común: el modelo social, la autodeterminación… Pero nada

más. Tú no estás hablando con uno de ETA, y cuando se habla de mí en esos términos

te terminas riendo. Ni ESAIT es ETA, ni los futbolistas que nos apoyan son de ETA.

Cuando fundamos ESAIT en un despacho de Anoeta, muchos de los que estábamos

ahí ni nos conocíamos», dice.

Llega el momento de hablar de ETA, claro. «Me duelen los amenazados, la gente

que va con escolta, los muertos. Claro que me duelen. Igual que los torturados o los

que están en la cárcel por sus ideas. Es duro que haya gente que mata y gente que

muera. Es difícil de encajar y de explicar. Si yo he sufrido la muerte en mi familia,

¿cómo la voy a querer para los demás?», dice.

Esa muerte en su familia se llamaba Xabier Galdeano. Era el padre de su

compañera, Begoña Galdeano. Él era periodista del diario Egin cuando, tras venir de

cubrir una información el 30 de marzo de 1985, dos mercenarios del GAL (los

autodenominados Grupos Antiterroristas de Liberación) lo asesinaban a las puertas de

su casa del País Vasco-Francés. Los que lo mataron posteriormente serían

condenados a 20 años de prisión por la justicia francesa. Endika estaba en esos

momentos en el Vicente Calderón, jugando un partido contra el Atlético de Madrid.

«Son cosas que te marcan», acierta a decir Guarrotxena.

Su compañera, Begoña Galdeano, militante de HB como él, fue elegida diputada

en las Cortes de Madrid por Vizcaya en las elecciones generales de 1995. Es el último

coletazo de la formación abertzale en la política nacional. El partido hace cabezas de

lista a la madre de Joxean Lasa, también asesinado por los GAL, y a Galdeano para

denunciar el terrorismo de Estado. No llegarán a recoger sus actas.

La conversación con Endika ha pasado por su infancia, su juventud, sus ideas

políticas, su trabajo en ESAIT, su vida familiar, su entorno. Me reconoce que con 20

años no me hubiera dado esa entrevista, «pero con 47 años es otra madurez», y que

menos lo hubiera hecho sin conocerme y por teléfono. Así que le digo: «Endika, y si

piensas así, ¿por qué no condenáis la violencia?» Su silencio dura poco. «Quizá sea el

siguiente paso que haya que dar. Quizá sea una salida y hay que pensarla. Quizá así

las cosas cambien», responde.

Tres años después de aquella llamada a Endika Guarrotxena estoy comiendo

enfrente al viejo San Mamés, en un bar llamado La Catedral. A pesar de su regio

www.lectulandia.com - Página 99

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