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Revista UNINPAHU No 10

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166 Pp 161 - 176. Nº <strong>10</strong>, octubre de 2014<br />

El aspecto de ley presente en toda la historia<br />

es un dictamen de la conducta humana, de<br />

las relaciones con otros y de la estructura<br />

establecida por la sumatoria de las dos. El<br />

humano, aparte de tal estructura, tenderá a<br />

desviarse de los mandatos y leyes establecidos,<br />

de tal modo que en la medida en que existan<br />

más sujetos aparte, las desviaciones irán en<br />

aumento. Tal comportamiento es natural por<br />

la libertad del hombre. Pero, el hecho de ser<br />

libre no lo libera de las leyes, sin importar<br />

que sea inconsciente de ello. Por otro lado,<br />

tal desviación implica que el hombre sea<br />

privado de su plena libertad, también, sin<br />

importar que no sea consciente de ello. Tal<br />

como decía Beccaria (1979):<br />

<strong>No</strong> es la intensidad de la pena lo que<br />

hace mayor efecto sobre el ánimo<br />

humano, sino su duración (...) <strong>No</strong> es<br />

el terrible pero pasajero espectáculo<br />

de la muerte de un criminal, sino el<br />

largo y penoso ejemplo de un hombre<br />

privado de libertad que convertido en<br />

bestia de servicio recompensa con sus<br />

fatigas a la sociedad que ha ofendido,<br />

lo que constituye el freno más fuerte<br />

contra los delitos (Beccaria, 1979, pp.<br />

116 - 117).<br />

Más a fondo el porqué de este hecho: La<br />

desviación está íntimamente ligada a la<br />

norma, pues esta última estipula un modo de<br />

conducta tal que cualquier otro movimiento<br />

conductual “corrompe” la organización inicial<br />

que determinaba una conducta “normal”. Es<br />

claro, pues, que la norma es consecuencia de<br />

la organización de una estructura que define<br />

en sí los mismos modos de la norma; quien<br />

concibe la estructura, quien la propicia, es<br />

quien determina la norma y la prohibición,<br />

el límite funcional de la parte, a la vez. Así<br />

la organización de una estructura, ya sea una<br />

familia, un pueblo, un estado, una empresa,<br />

determina el modo en que ha de cumplirse<br />

y juzgarse un comportamiento adecuado a<br />

sus fines. Este modo, por lo tanto, se define<br />

en la forma en que se dividen las actividades<br />

que en su conjunto cumplirán el fin que ha<br />

definido la estructura misma. La actividad<br />

definirá, limitará, la conducta del sujeto;<br />

parte de la estructura relacionándose con los<br />

fines, también limitados de la estructura. Por<br />

esto y más, la división del trabajo crea, forma<br />

y establece una estructura y a la vez define el<br />

papel de las partes, órganos de la estructura,<br />

como hechos conductuales determinados. La<br />

división del trabajo es, además, de un hecho<br />

socioeconómico, un hecho biológico que<br />

constituye la vida misma.<br />

Durkheim (2012) consideró importante este<br />

hecho y determinó que para el hombre no<br />

quedan más que dos posiciones con las que<br />

se enfrentará a él: oponerse con hostilidad o<br />

sucumbir a su poder:<br />

Un hecho semejante no puede,<br />

evidentemente, producirse sin afectar de<br />

manera profunda a nuestra constitución<br />

moral, pues el desenvolvimiento<br />

del hombre se hará en dos sentidos<br />

completamente diferente, según nos<br />

abandonemos a ese movimiento o le<br />

ofrezcamos resistencia (Durkheim, 2012,<br />

p. <strong>10</strong>7).<br />

¿Qué debe hacer el hombre?, ¿Ser un todo<br />

que se baste a sí mismo o, por el contrario,<br />

un órgano parte de un organismo? Es,<br />

inevitablemente, un condicionamiento que<br />

une a los hombres para sentar las bases de la<br />

sociedad y a su vez determinar su condición<br />

moral y natural:<br />

La opinión se inclina cada vez más<br />

a hacer de la división del trabajo<br />

una regla imperativa de conducta, a<br />

imponerla como un deber, los que se<br />

sustraen a la misma no son, es verdad,<br />

castigados con una pena precisa,<br />

fijada por la ley, pero se los censura.<br />

(Durkheim, 2012, p. <strong>10</strong>7)<br />

El hombre debe cumplir con lo que establece<br />

la norma, que a su vez precisa las conductas<br />

permitidas dentro de la estructura o se verá<br />

alejado, obligado a desviarse de ella. Por otro<br />

lado, la división del trabajo desemboca en un<br />

fin, a saber, el bien de la colectividad, de las<br />

partes que forman parte de la estructura, en<br />

términos de trabajo humano, en el bienestar<br />

social, la solidaridad. Como Engels (1856)<br />

decía: “El trabajo produce riqueza pero también<br />

produce al hombre” (p. 311). El trabajo siempre<br />

buscará producir una mejor vida humana.

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