Rafael BenÃtez, Universidad de Valencia - framespa
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estación estiva. 6 El valle <strong>de</strong> Baztán podría llevar su ganado “<strong>de</strong> sol a sol” en <strong>de</strong>terminadas<br />
zonas; solo los rebaños <strong>de</strong> Roncesvalles, Erro y Valcarlos tenían <strong>de</strong>recho a construir corrales<br />
permanentes; mientras que los <strong>de</strong> Baigorri <strong>de</strong>bían pagar los <strong>de</strong>rechos correspondientes para<br />
acce<strong>de</strong>r a los pastos adicionales que necesitasen. En principio la sentencia era claramente<br />
favorable al valle <strong>de</strong> Erro, en el reino <strong>de</strong> Navarra, que se atribuía plenos <strong>de</strong>rechos sobre este<br />
territorio, en contra <strong>de</strong> los <strong>de</strong> Baigorri a quienes se cedía una parte muy limitada. Por supuesto<br />
este mandato no los contentó pero <strong>de</strong>bieron asumirlo si no querían incurrir en un <strong>de</strong>sacato<br />
contra su propio rey. Los conflictos pastoriles no acabaron pero lo cierto es que los términos<br />
<strong>de</strong> la sentencia no volverían a ser puestos en entredicho hasta el cambio dinástico en Navarra.<br />
Este tipo <strong>de</strong> tratados, también conocidos como “cartas <strong>de</strong> patz”, “pacerías”, “conversas” o<br />
“lies et passeries” no pretendían ser equitativos ni estaban basados en un supuesto sentimiento<br />
<strong>de</strong> hermandad montañesa. 7 Muy al contrario, en realidad eran la legitimación <strong>de</strong> relaciones <strong>de</strong><br />
po<strong>de</strong>r y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia entre comunida<strong>de</strong>s vecinas cuyo móvil era la satisfacción <strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s<br />
concretas. 8 Este es el caso <strong>de</strong> la famosa facería conocida como “El tributo <strong>de</strong> las tres vacas”<br />
por medio <strong>de</strong> la cual el valle bearnés <strong>de</strong> Baretous pagaba todos los años en especie por el<br />
<strong>de</strong>recho a usar los pastos pertenecientes al valle navarro <strong>de</strong> Roncal mediante una ceremonia<br />
<strong>de</strong> sometimiento <strong>de</strong>terminada. 9 La clave <strong>de</strong> la estabilidad <strong>de</strong> este tratado que se mantendría<br />
durante siglos en sus puntos fundamentales, aunque también sufriría incumplimientos<br />
recurrentes y momentos <strong>de</strong> tensión, no se encuentra en la solidaridad transpirenaica sino en el<br />
<strong>de</strong>sahogo que tenían los roncaleses por gozar <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s privilegios en el aprovechamiento <strong>de</strong><br />
los pastos <strong>de</strong> las Bar<strong>de</strong>nas Reales en el sur <strong>de</strong> Navarra, don<strong>de</strong> trasladaban su propio ganado<br />
cada año. 10<br />
En principio la conquista <strong>de</strong> Navarra no alteraría significativamente los modos <strong>de</strong> vida<br />
<strong>de</strong> los valles pirenaicos. Fernando el Católico y sus sucesores confirmaron y respetaron todos<br />
los privilegios, disposiciones y tratados concernientes a los valles fronterizos como harían a<br />
su vez los Albret <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su señorío <strong>de</strong> Bearn. Los monarcas no estaban interesados en cambiar<br />
los modos <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s que habían terminado por jurarles lealtad y aceptar su<br />
autoridad. Esta es la razón por la cual mientras no estuviese en juego ningún interés <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n<br />
superior apoyaban las facerías y tratados <strong>de</strong> “buena correspon<strong>de</strong>ncia”, ya que les permitían<br />
ejercer cierto control sobre áreas potencialmente inestables por su propia situación<br />
fronteriza. 11 Pero más allá <strong>de</strong> las leyes, las costumbres y los acuerdos, la fuerza y los intereses<br />
<strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> los valles y poblaciones implicadas podía variar a lo largo <strong>de</strong>l tiempo, lo cual<br />
podría moverlos a forzar una alteración <strong>de</strong> un equilibrio local con el que ya no se sentían<br />
satisfechos o <strong>de</strong>l que percibían podían sacar mayor provecho. En este sentido la nueva<br />
6 Una copia <strong>de</strong> la sentencia pue<strong>de</strong> encontrarse en AGN, Reino, Límites, leg. 2, carp. 14; F. DE ARVIZU, “Frontera y<br />
fronterizos: el caso <strong>de</strong> los Aldui<strong>de</strong>s (Pirineo <strong>de</strong> Navarra)”, Anuario <strong>de</strong> Historia <strong>de</strong>l Derecho Español, LXXI (2001), pp. 15-<br />
17.<br />
7 En un artículo clásico <strong>de</strong> la historiografía pirenaica Cavaillès llegaría a tratar las relaciones entre valles como el embrión <strong>de</strong><br />
un proto-estado pirenaico, al interpretar erróneamente las “facerías” prácticamente como un ejercicio <strong>de</strong> soberanía nacional.<br />
Esta visión <strong>de</strong>formada pue<strong>de</strong> explicarse en gran parte por basarse en una lectura parcial <strong>de</strong> textos legales <strong>de</strong>scontextualizados<br />
y no en un amplio análisis <strong>de</strong> la práctica concreta <strong>de</strong> las relaciones transfronterizas: H. CAVAILLÈS, “Une fédération<br />
pyrénéenne sous l’ancien régime. Les traités <strong>de</strong> lies et <strong>de</strong> passeries”, Revue Historique, 105/1 y 2 (1910), pp. 1-34 y 241-276.<br />
Un estado <strong>de</strong> la cuestión reciente: S. BRUNET, “Les mutations <strong>de</strong>s lies et passeries <strong>de</strong>s Pyrénées, du XIVe au XVIIIe siècle”,<br />
Annales du Midi, 114 (240), pp. 431-456.<br />
8 Un ejemplo <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> situación sería las facerías que el valle <strong>de</strong> Arán mantenía con las comunida<strong>de</strong>s vecinas a<br />
principios <strong>de</strong>l siglo XVII: BRUNET, Les prêtes <strong>de</strong>s montagnes. La vie, la mort, la foi dans les Pyrénées centrales sous<br />
l’Ancien Régime (Val d’Aran et diocèse <strong>de</strong> Comminges), Aspet (2001), pp. 132-136.<br />
9 F. IDOATE, “Algo más sobre el Tributo <strong>de</strong> las tres vacas”, y “En torno a una supervivencia medieval o el Tributo <strong>de</strong> las<br />
tres vacas”, ambos en Id., Rincones <strong>de</strong> la Historia <strong>de</strong> Navarra, Pamplona (1954), vol. I, pp. 251-258, y (1956), vol. II, pp.<br />
504-520.<br />
10 CDNCC: AGS, Cámara <strong>de</strong> Castilla, libros <strong>de</strong> cédulas, 251, f. 628r-v.<br />
11 Las “facerías” o acuerdos entre los valles pirenaicos no se hacían <strong>de</strong> espaldas <strong>de</strong> las autorida<strong>de</strong>s regias, que no solo los<br />
consentían sino que los aprobaban y confirmaban, C. DESPLAT, “Henri IV et les traités <strong>de</strong> ‘paréages’ pyrénéens. Un<br />
exemple <strong>de</strong> compromis politique entre le centre et la périphérie”, Annales du Midi, 114 (240), pp. 457-480.<br />
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