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Rafael Benítez, Universidad de Valencia - framespa

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El siglo XVII muestra una situación doble. En un primer momento, las referencias al glorioso<br />

pasado borgoñón para proclamar una i<strong>de</strong>ntidad diferente y contrapuesta a los franceses habían<br />

sido rever<strong>de</strong>cidas en el periodo <strong>de</strong> los Archiduques. Sin embargo, la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> súbditos <strong>de</strong>l<br />

rey <strong>de</strong> España comenzó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1621 a adquirir un valor en sí mismo que posiblemente durante<br />

la guerra <strong>de</strong> los Treinta años y, sobre todo, ante las agresiones francesas ulteriores comenzó<br />

incluso a tener más operatividad i<strong>de</strong>ntitaria. No hay que olvidar que, como una humillación<br />

más impuesta a la Monarquía, Luis XIV no dudó en atribuir el título <strong>de</strong> duque <strong>de</strong> Borgoña a<br />

uno <strong>de</strong> sus nietos, por lo que incluso la exclusividad en el calificativo parecía estar también en<br />

duda 93 . A<strong>de</strong>más la cada vez mayor presencia <strong>de</strong> tropas protestantes (holan<strong>de</strong>ses, ingleses y<br />

alemanes) <strong>de</strong>bió tener un efecto sobre la concepción <strong>de</strong> la alianzas políticas, reforzando la<br />

i<strong>de</strong>ntidad católica local, frente a la católica universal, y rompiendo así los posibles lazos <strong>de</strong><br />

unión con el ocupante francés.<br />

La amplitud <strong>de</strong> estos sentimientos no sólo se <strong>de</strong>bió al éxito <strong>de</strong> una disciplina social<br />

contrarreformista, sino al propio contexto político y <strong>de</strong> reproducción <strong>de</strong> memoria que los<br />

habitantes <strong>de</strong> la frontera sufrían o disfrutaban. Si el campesinado o los manans <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>finían como franceses o borgoñones era tanto por una cuestión primaria <strong>de</strong> cálculo político<br />

y fiscal, como por la acumulación <strong>de</strong> memorias <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s y acciones. Por supuesto, estas<br />

auto<strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong>ben ser tomadas siempre con prevención ya que generalmente se producía<br />

en un contexto <strong>de</strong> afirmación positiva en el que el individuo esperaba obtener un beneficio<br />

social o jurídico al proclamar una i<strong>de</strong>ntidad específica, generalmente la que su interlocutor<br />

esperaba que enunciara.<br />

5- Conclusiones.<br />

Las prácticas <strong>de</strong>sarrolladas en la frontera sur <strong>de</strong> los Países Bajos, no diferían necesariamente<br />

<strong>de</strong> las que han estudiado los historiadores para otros territorios. La fuerte presencia <strong>de</strong> una<br />

guerra irregular y la permeabilidad <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong>fensivas hacía que existiera una notable<br />

inseguridad para las poblaciones civiles, sobre todo por el alto grado <strong>de</strong> privatización <strong>de</strong> la<br />

guerra. Sobre todo el peligro <strong>de</strong>l secuestro y <strong>de</strong>l robo <strong>de</strong> ganado pesaban fuertemente, lo que<br />

si por un lado reforzaba la relación <strong>de</strong>l individuo con los espacios fortificados, y sus<br />

consecuencias i<strong>de</strong>ológicas y políticas, por otro activaba sistemas <strong>de</strong> auto<strong>de</strong>fensa y<br />

negociación <strong>de</strong> rescates y salvaguardas. La confrontación estructural en el sur <strong>de</strong> Flan<strong>de</strong>s<br />

contribuyó a re<strong>de</strong>finir una i<strong>de</strong>ntidad por rechazo, aunque <strong>de</strong> principio no hubiera una cesura<br />

religiosa tan acusada como en otras fronteras <strong>de</strong> la Monarquía. Así pues, un militar o un<br />

administrador hispano podía reconocer e interpretar las otras fronteras <strong>de</strong> la Monarquía <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

su experiencia septentrional e intentar hacerla valer discurso en esos espacios. Por supuesto,<br />

los Países Bajos tenían su especificidad. La mayor presencia militar profesional, la existencia<br />

<strong>de</strong> una tradición cultural <strong>de</strong> confrontación borgoñona hacia Francia o el carácter católico <strong>de</strong><br />

los enemigos <strong>de</strong>l sur, todo contribuía a diseñar una singularidad, pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego no hasta el<br />

extremo <strong>de</strong> hacerla incompatible con otras fronteras.<br />

Así pues, si la interacción era posible, la cuestión es saber en qué consistió. Des<strong>de</strong> la historia<br />

comparada y relacionada <strong>de</strong> los diversos territorios <strong>de</strong> la Monarquía, se hace preciso indagar<br />

sobre cronologías y medios mediante los que esta frontera actuó como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> otras o<br />

recibió diversas influencias; el gasto militar, la implicación <strong>de</strong> las elites en el servicio regio<br />

93 JEANMOUJIN, 2005, 94-6.<br />

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