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Rafael Benítez, Universidad de Valencia - framespa

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importantísima para las economías locales. No se trataba sólo <strong>de</strong> la muy onerosa necesidad <strong>de</strong><br />

alojar a las tropas (los sistemas <strong>de</strong> alojamientos se <strong>de</strong>sarrollaron <strong>de</strong> forma estructural sólo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XVII) 36 ; también era preciso contar con las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> préstamos,<br />

dones gratuitos, servicios especiales para las tropas (ropa, can<strong>de</strong>las, utensilios <strong>de</strong> cocina), para<br />

las bestias, pagas <strong>de</strong> salvaguardas, entregas <strong>de</strong> alimentos, préstamos <strong>de</strong> carretas… Todo ello<br />

en un complejísimo sistema <strong>de</strong> negociación formal que podía articularse <strong>de</strong> forma<br />

institucional en los estados provinciales, en los ayuntamientos, o incluso en negociación<br />

directa entre los jefes militares locales y las autorida<strong>de</strong>s 37 . Por otra parte, las autorida<strong>de</strong>s<br />

intentaban controlar el comercio <strong>de</strong> bienes estratégicos (y el grano era uno <strong>de</strong> ellos) no sólo<br />

mediante la propia acción <strong>de</strong> los ejércitos 38 o la emisión <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nanzas, sino incluso<br />

implicando el ejército en el mismo control <strong>de</strong> las fronteras 39 .<br />

Junto con la negociación política con los representantes más o menos legales <strong>de</strong>l propio<br />

soberano hay que tener en cuenta a<strong>de</strong>más que la frontera (a ambos lados <strong>de</strong> la raya) se veía<br />

amenazada por las tropas hostiles que realizaban continuas incursiones <strong>de</strong> saqueo o que<br />

negociaban a su vez la concesión <strong>de</strong> licencias a los territorios bajo su influjo. Por supuesto, el<br />

concepto tropas hostiles resulta tan amplio como ambiguo; por él se podría <strong>de</strong>finir a todas<br />

aquellas que no estaban bajo control efectivo <strong>de</strong> la autoridad <strong>de</strong>l príncipe. A las fuerzas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l rey enemigo había que sumar, los combatientes en las guerras civiles <strong>de</strong> la<br />

segunda mitad <strong>de</strong>l siglo XVI o en los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cenios <strong>de</strong> cntrales <strong>de</strong>l siglo XVII<br />

francés, las unida<strong>de</strong>s amotinadas en el ejército español 40 o las tropas holan<strong>de</strong>sas que<br />

penetraban en el territorio muy hacia el sur muestra. Esta guerra guerroyante y los niveles <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> los ejércitos comienzan a ser estudiada <strong>de</strong> forma más precisa en el presente,<br />

bien que este tipo <strong>de</strong> investigaciones por su propia naturaleza resultan siempre difíciles 41 .<br />

Con todo, la imagen <strong>de</strong> una guerra reducida únicamente a la extorsión <strong>de</strong> una población<br />

in<strong>de</strong>fensa por parte <strong>de</strong> los ejércitos profesionales no es en absoluto correcta, al menos para la<br />

mayor parte <strong>de</strong>l periodo estudiado. Contrariamente a lo que se asume habitualmente, incluso<br />

en un territorio don<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> la administración regia era tan fuerte, su control sobre el<br />

mismo era muy limitado. Es cierto que había tropas que servían directamente al rey, pero<br />

éstas no tenían que ser necesariamente profesionales en el sentido que la imagen <strong>de</strong> los tercios<br />

<strong>de</strong> Flan<strong>de</strong>s pueda dar. De hecho, las fuerzas profesionales representaban sólo una parte <strong>de</strong> las<br />

unida<strong>de</strong>s que se movilizaban para la guerra. La <strong>de</strong>fensa efectiva <strong>de</strong> la mayor parte <strong>de</strong> las<br />

al<strong>de</strong>as, burgos 42 y villas recaía en los propios habitantes armados. Pese a no contar con el<br />

protagonismo que habían tenido en el siglo XV 43 o principios <strong>de</strong>l XVI las milicias urbanas<br />

(bajo distinta <strong>de</strong>nominación) mantenían la responsabilidad <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> sus propios<br />

entornos fortificados. Pero su utilización iría más allá: estas tropas dotadas <strong>de</strong> un cierto<br />

entrenamiento, armadas y medianamente disciplinadas resultaron unida<strong>de</strong>s complementarias<br />

<strong>de</strong> los ejércitos para tareas subsidiarias en las gran<strong>de</strong>s operaciones militares. De hecho, ante<br />

los <strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes políticos <strong>de</strong> la segunda mitad <strong>de</strong>l XVI las milicias volvieron a tener un notado<br />

36 PARKER, 1986, pp. .<br />

37 POTTER, 1993, capítulo 7.<br />

38 Chistian BAES, 1996, 20-1.<br />

39 Sobre la actitud <strong>de</strong> Coligny y las restricciones <strong>de</strong>l comercio frumentario durante la tregua <strong>de</strong>l invierno <strong>de</strong> 1556-7, v.<br />

POTTER, 1993, 218.<br />

40 PARKER, 1986, cap. 8; Gabriel WYMANS, « Les mutineries militaires, <strong>de</strong> 1596 à 1606 », Anciens Pays & Assemblèes d'Etat/<br />

Sta<strong>de</strong>n en Lan<strong>de</strong>n , t 39, 1966, pp. 103-121.<br />

41 Chistian BAES, 1996.<br />

42 Un caso ejemplarmente estudiado es el <strong>de</strong> Vervins, v. Éric THIERRY, «La guerre et la paix à Vervins», Jean<br />

JACQUART/André CORVISIER (dirs.), De la Guerre à l'ancienne à la guerre réglée, París, 1996, 2 vol., I, pp. 65-75, esp.<br />

pp. 67-ss.<br />

43 Marc BOONE, « Armes, coursses, assemblees et commocions. Les gens <strong>de</strong> métiers et l'usage <strong>de</strong> la violence dans la société<br />

urbaine flaman<strong>de</strong> à la fin du Moyen Âge », Revue du Nord, tomo 87, n° 359, enero-marzo 2005, pp. 7-33.<br />

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