Rafael BenÃtez, Universidad de Valencia - framespa
Rafael BenÃtez, Universidad de Valencia - framespa
Rafael BenÃtez, Universidad de Valencia - framespa
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
habituales. La discusión se reiterará en los años siguientes, con ocasión <strong>de</strong> la tensión en el<br />
Mediterráneo <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los 70. Así en el invierno <strong>de</strong> 1574-75 y, otra vez, en 1576-77 se<br />
analizan <strong>de</strong>nuncias <strong>de</strong> conspiraciones entre los hugonotes franceses y los moriscos<br />
aragoneses, por una parte, y los valencianos con los turcos y argelinos, por otra. Lo<br />
significativo es el temor en que se vive tras las dificulta<strong>de</strong>s para sofocar la sublevación<br />
granadina. La Corte estudia con <strong>de</strong>tenimiento y miedo estos avisos; la Inquisición actua<br />
policialmente para <strong>de</strong>sentrañar las tramas conspirativas. Finalmente se impone una mezcla <strong>de</strong><br />
sentido común y <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> medios, gracias a lo cual se paralizan las propuestas <strong>de</strong> “meter la<br />
tierra a<strong>de</strong>ntro” – es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> aplicar el mo<strong>de</strong>lo granadino <strong>de</strong> <strong>de</strong>portación hacia el interior <strong>de</strong><br />
España – a los moriscos <strong>de</strong> la Corona <strong>de</strong> Aragón.<br />
La tensión alcanza su culmen en el invierno <strong>de</strong> 1581-82. Es entonces cuando más a<strong>de</strong>lante se<br />
llega en la discusión; cuando las propuestas son más radicales y apuntan ya a la expulsión<br />
fuera <strong>de</strong> España; cuando el respaldo político a la medida parece mayor. El 19 <strong>de</strong> septiembre<br />
<strong>de</strong> 1582, una junta <strong>de</strong> altos consejeros reunida en Lisboa y en la que participa el Gran Duque<br />
<strong>de</strong> Alba, propone a Felipe II la expulsión a Berbería <strong>de</strong> los moriscos valencianos. El Rey<br />
rechaza diplomáticamente la propuesta. Se ha producido no sólo un <strong>de</strong>sencuentro entre Felipe<br />
II y sus consejeros más inmediatos, sino entre el Rey y el arzobispo D. Juan <strong>de</strong> Ribera, que<br />
había propugnado apasionadamente la medida, y había ganado a su causa al arzobispo <strong>de</strong><br />
Toledo, Gaspar <strong>de</strong> Quiroga, Inquisidor General y al Consejo <strong>de</strong> Inquisición. Por su parte,<br />
Ribera se había enfrentado a las fuerzas vivas <strong>de</strong>l Reino que: al Virrey, marqués <strong>de</strong> Aytona, a<br />
D. Francisco Gómez <strong>de</strong> Sandoval, marqués <strong>de</strong> Denia y futuro duque <strong>de</strong> Lerma, a los<br />
representantes <strong>de</strong> los moriscos, que reclaman más medios para su instrucción cristiana. El<br />
marqués <strong>de</strong> Denia, a<strong>de</strong>más, anuncia gran<strong>de</strong>s perjuicios económicos si se les expulsa. Los<br />
estamentos ofrecen, por su parte, un importante subsidio para la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong>l Reino.<br />
En conclusión, a pesar <strong>de</strong> la fase bélica que afecta al Mediterráneo durante la primera parte <strong>de</strong><br />
su reinado, Felipe II no se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a acabar con la frontera política que en este periodo se ha<br />
constituido en el interior <strong>de</strong>l Reino <strong>de</strong> <strong>Valencia</strong> entre moriscos y cristianos viejos. Y no lo<br />
hace por lo mismo que su padre había consentido la pervivencia <strong>de</strong> la frontera religiosa <strong>de</strong><br />
facto: por miedo a actuar con pocos medios en un ámbito conflictivo. Ya a principios <strong>de</strong> los<br />
80 la motivación <strong>de</strong> fondo es otra: los objetivos <strong>de</strong> la política exterior habían alejado “la gran<br />
historia” <strong>de</strong>l ámbito mediterráneo. Las treguas con el Turco habían hecho disminuir el temor<br />
<strong>de</strong>l Rey, mejor informado que sus consejeros.<br />
En cuanto al Reino <strong>de</strong> <strong>Valencia</strong>, se ha tenido que someter a las nuevas directrices impuestas<br />
por el Rey que significaban una vuelta, con matices, a la postura inicial <strong>de</strong> Carlos V: no<br />
aceptar la presencia islámica en sus reinos, persiguiendo las manifestaciones <strong>de</strong> Islamismo por<br />
medio <strong>de</strong> la Inquisición. Pero, en cambio, y a pesar <strong>de</strong>l endurecimiento <strong>de</strong> la frontera política<br />
interna entre ambas comunida<strong>de</strong>s, se había mantenido lo fundamental <strong>de</strong> la opción <strong>de</strong>l<br />
Emperador en favor <strong>de</strong> conservar en el Reino a la minoría una vez convertida, rechazando las<br />
propuestas <strong>de</strong> expulsión. También se ha mantenido el plan aculturador y evangelizador<br />
diseñado en tiempos Carlos V, basado en campañas misionales y <strong>de</strong> reconciliación con la<br />
Iglesia, en cuyo éxito se tenía una <strong>de</strong>smesurada confianza.<br />
Como hemos señalado, la reafirmación <strong>de</strong>l rumbo fijada por Felipe II se realizó a costa <strong>de</strong> una<br />
represión inquisitorial creciente que trató <strong>de</strong> <strong>de</strong>smantelar la protección que los señores<br />
otorgaban a sus vasallos moriscos, y <strong>de</strong> doblegar a las elites <strong>de</strong> la minoría como forma <strong>de</strong><br />
romper con su resistencia cultural. A cambio, se garantizaba el mantenimiento <strong>de</strong> la relación<br />
social en el campo valenciano, al inclinarse por la opción más conservadora en la disputa<br />
sobre los bienes: suprimida la confiscación todo seguía como estaba.<br />
8