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Catecismo Romano - amor de la verdad

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Señor, si se perdonaría al pecador basta siete veces, le respondió su Majestad: “No digo siete, sino hasta<br />

setenta, veces siete”.<br />

Y por tanto se hubieren <strong>de</strong> tratar con aquel<strong>la</strong> condición <strong>de</strong> hombres que parece <strong>de</strong>sconfían <strong>de</strong> <strong>la</strong> suma<br />

bondad y clemencia <strong>de</strong> Dios, procurarán los Pastores confortarlos y alentar sus ánimos a <strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

gracia divina. Y fácilmente conseguirán esto, ya con <strong>la</strong> exposición <strong>de</strong> este pasaje y <strong>de</strong> otros muchos que hal<strong>la</strong>rán<br />

en <strong>la</strong>s sagradas letras, o bien con <strong>la</strong>s razones y argumentos que pue<strong>de</strong>n tomar <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> los Santos<br />

Crisóstomo <strong>de</strong> Lapsis, y Ambrosio <strong>de</strong> Poenitentia.<br />

XIII. Cuál es <strong>la</strong> materia <strong>de</strong> este Sacramento.<br />

513. Y porque nada <strong>de</strong>ben tener más sabido los fieles, como <strong>la</strong> materia <strong>de</strong> este Sacramento 784 , <strong>de</strong>be<br />

enseñarse que en esto se diferencia muchísimo éste <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Porque <strong>la</strong> materia <strong>de</strong> los otros Sacramentos<br />

es alguna cosa natural o artificial, pero <strong>de</strong>l Sacramento re <strong>la</strong> Penitencia son como materia los actos <strong>de</strong>l<br />

penitente, conviene saber; Contrición, Confesión y Satisfacción, según fué <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rado por el Concilio Tri<strong>de</strong>ntino.<br />

Y estos actos en tanto se dicen parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Penitencia, en cuanto por institución <strong>de</strong> Dios se requieren en el<br />

penitente para <strong>la</strong> integridad <strong>de</strong>l Sacramento, y para el cabal y perfecto perdón <strong>de</strong> los pecados.<br />

pecar otra vez, pero no se due<strong>la</strong> <strong>de</strong> arrepentirse <strong>de</strong> nuevo ; dué<strong>la</strong>se <strong>de</strong> exponerse <strong>de</strong> nuevo al peligro, pero no <strong>de</strong> librarse<br />

segunda vez. Nadie se avergüence; se ha <strong>de</strong> repetir <strong>la</strong> medicina <strong>de</strong> <strong>la</strong> recuperada salud; serás agra<strong>de</strong>cido al Señor, si lo que<br />

te ofrece, no lo rehusares; ofendiste; mas aun te pue<strong>de</strong>s reconciliar. Tienes a quien satisfagas, y en <strong>verdad</strong> muy<br />

voluntariamente‖. Ex Tertuliano. De pae nitentia, n. 7.<br />

―La asiduidad <strong>de</strong>l perdón nos enseña que nunca <strong>de</strong>bemos airarnos, siendo así que Dios nos conce<strong>de</strong> el perdón <strong>de</strong> todos los<br />

pecados más bien por su benignidad que por nuestro mérito. Pues no nos es lícito por lo prescrito <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley seña<strong>la</strong>r el<br />

número <strong>de</strong> veces en que perdonemos, cuando por <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong>l Evangelio sin límite nos fué concedida por Dios‖. Ex S.<br />

Hi<strong>la</strong>rio. In Mattheum. com. n. 18.<br />

―Se sigue el lugar en que <strong>de</strong>bemos perdonar los pecados <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>la</strong> penitencia, no sea que mientras envidiamos el<br />

perdón <strong>de</strong> otro, nosotros mismos no le obtengamos <strong>de</strong>l Señor. ¿Quién eres tú que contradices al Señor, para que no<br />

perdone <strong>la</strong> culpa al que quiera, cuando tú perdonas al que quieres? Quiere ser rogado, quiere ser suplicado. Si <strong>de</strong> todos <strong>la</strong><br />

justicia ¿en dón<strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia? ¿Quién eres tú que envidies a Dios?‖ Ex Sanct. Ambrosio. In Evang. Luc. cap. XV.<br />

―Quiso que fuesen perdonados todos los pecados, cuando señaló el número setenta y siete. Nadie obre contra sí, no<br />

perdonando, no sea que se con<strong>de</strong>ne cuando ore. Pues dice Dios: Perdona y se te perdonará. Mas yo primeramente<br />

perdoné: perdona por lo menos <strong>de</strong>spués. Porque si no perdonares, argüiré contra ti; y todo lo que te perdoné, te lo<br />

dob<strong>la</strong>ré. No miente <strong>la</strong> Verdad; pues no engaña o es engañado Cristo, el cual continuó diciendo: "Así hará el Padre con<br />

vosotros”. Hal<strong>la</strong>ste al Padre, imita al Padre. Pues si no le quieres imitar, te dispones a ser <strong>de</strong>sheredado. Así, dice, lo hará<br />

con vosotros vuestro Padre celestial, si no perdonareis <strong>de</strong> corazón a vuestros hermanos. No digas con <strong>la</strong> lengua: Perdono, y<br />

con el corazón lo difieras. Dios te muestra el suplicio, amenazando con <strong>la</strong> venganza. Conoce Dios en don<strong>de</strong> digas. El<br />

hombre oyó tu voz ; tu conciencia Dios <strong>la</strong> ve. Si dices: Perdono; perdona. Ex S. Agust. In serm. 15 <strong>de</strong> verb. Dom.<br />

―Me atrevo a <strong>de</strong>cir: Aunque pecare setenta y ocho veces, perdona, aunque cien veces, y cuantas veces pecare, perdona.<br />

Pues si Cristo halló mil pecados, y con todo, los perdonó, no quieras quitar <strong>la</strong> misericordia. Porque dice así el Apóstol:<br />

“Perdonándoos a vosotros mismos, si alguno tiene alguna queja contra otro, así como Dios en Cristo os perdonó”. Ex S.<br />

Agust. Serm. 15. De verb. Dom. secun. Matth.<br />

―Los que habiendo recibido <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> <strong>la</strong> justificación, <strong>la</strong> perdieron por el pecado, podrán otra vez justificarse por los<br />

méritos <strong>de</strong> Jesucristo, procurando, excitados con el auxilio divino, recobrar <strong>la</strong> gracia perdida, mediante el sacramento <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Penitencia. Este modo, pues, <strong>de</strong> justificación, es <strong>la</strong> reparación o restablecimiento <strong>de</strong>l que ha caído en pecado; <strong>la</strong> misma<br />

que con mucha propiedad han l<strong>la</strong>mado los santos Padres segunda tab<strong>la</strong>, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l naugrafio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia. En efecto, para<br />

los que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Bautismo caen en el pecado, es para los que estableció Jesucristo el sacramento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Penitencia,<br />

cuando dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a los que perdonareis los pecados, quedarán perdonados; y quedan ligados los<br />

<strong>de</strong> aquellos que <strong>de</strong>jéis sin perdonar”. Cap. XIV, ses. VI, Conc. Tri<strong>de</strong>nt.<br />

―Si alguno dijere, que el que peca <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Bautismo no pue<strong>de</strong> levantarse con <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios; o que ciertamente<br />

pue<strong>de</strong>, pero que recobra <strong>la</strong> santidad perdida con so<strong>la</strong> <strong>la</strong> fe, y sin el sacramento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Penitencia, contra lo que ha profesado,<br />

observado y enseñado hasta el presente <strong>la</strong> santa Bomana y universal Iglesia instruida por nuestro Señor Jesucristo y sus<br />

Apóstoles; sea excomulgado‖. Can. XXIX, ses. VI, Conc. Tri<strong>de</strong>nt.<br />

784 ―El cuarto sacramento es <strong>la</strong> Penitencia, <strong>de</strong>l cual son como materia los actos <strong>de</strong>l penitente, que se distinguen en tres<br />

partes. La primera es <strong>la</strong> contrición <strong>de</strong>l corazón, a <strong>la</strong> cual pertenece el dolerse <strong>de</strong>l pecado cometido con el propósito <strong>de</strong> no<br />

pecar en a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte. La segunda es confesión <strong>de</strong> boca; a <strong>la</strong> que pertenece <strong>la</strong> manifestación íntegra <strong>de</strong> todos los pecados<br />

cometidos, <strong>de</strong> los cuales se acuer<strong>de</strong>, hecha par el pecador a su sacerdote. La tercera es <strong>la</strong> satisfacción por los pecados según<br />

el arbitrio <strong>de</strong>l sacerdote, <strong>la</strong> cual se hace principalmente por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración, ayuno y limosna‖. Ex Decreto pro Armen.<br />

―Son como su propia materia los actos <strong>de</strong>l mismo penitente; es a saber, <strong>la</strong> Contrición, <strong>la</strong> Confesión y <strong>la</strong> Satisfacción; y por<br />

tanto se l<strong>la</strong>man partes <strong>de</strong> <strong>la</strong> Penitencia, por cuanto se requieren <strong>de</strong> institución divina en el penitente para <strong>la</strong> integridad <strong>de</strong>l<br />

Sacramento, y para el pleno y perfecto perdón <strong>de</strong> los pecados‖. Cap. III, ses. XIV, Conc. Tri<strong>de</strong>nt.<br />

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