Catecismo Romano - amor de la verdad
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en todo a <strong>la</strong>s otras dos Personas; porque ninguna cosa <strong>de</strong>sigual y <strong>de</strong>semejante hay, ni aun fingir <strong>de</strong>bemos en <strong>la</strong>s<br />
tres divinas Personas. En todas tres reconocemos una misma esencia, voluntad y potestad; lo cual a<strong>de</strong>más <strong>de</strong><br />
otros muchos testimonios <strong>de</strong> <strong>la</strong>s santas Escrituras, se <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ra <strong>de</strong> un modo muy excelente en aquel <strong>de</strong>l apóstol<br />
San Juan, que dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios” 177 . Mas<br />
cuándo <strong>de</strong>cimos que Jesús es Hijo <strong>de</strong> Dios, no hemos <strong>de</strong> pensar que intervino en este nacimiento alguna cosa<br />
terrena o mortal, sino <strong>de</strong>bemos creer constantemente y venerar con suma piedad <strong>de</strong> ánimo aquel<strong>la</strong> generación<br />
con que el Padre engendró <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> eternidad al Hijo, <strong>la</strong> cual <strong>de</strong> modo alguno se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rar ni enten<strong>de</strong>r<br />
perfectamente, y así sobrecogidos <strong>de</strong> admiración por tan gran misterio, hemos <strong>de</strong> exc<strong>la</strong>mar con el Profeta:<br />
“¿Quién será po<strong>de</strong>roso para referir su generación?” 178 . Por tanto, se <strong>de</strong>be creer que el Hijo tiene <strong>la</strong> misma<br />
naturaleza, <strong>la</strong> misma potestad y <strong>la</strong> misma sabiduría que el Padre, como más c<strong>la</strong>ramente confesamos en el<br />
Símbolo Niceno por estas pa<strong>la</strong>bras: “Y en Jesucristo, único Hijo <strong>de</strong> Dios, y nacido <strong>de</strong>l Padre antes <strong>de</strong> todos los<br />
siglos; Dios nacido <strong>de</strong> Dios, luz nacida <strong>de</strong> luz, Dios verda<strong>de</strong>ro, nacido <strong>de</strong> Dios verda<strong>de</strong>ro, engendrado, no<br />
hecho, <strong>de</strong> una misma sustancia con el Padre, por quien fueron hechas todas <strong>la</strong>s cosas” 179 .<br />
IX. Explicase <strong>la</strong> generación eterna <strong>de</strong> Cristo con una semejanza; y <strong>de</strong> sus dos nacimientos y<br />
filiación.<br />
61. Entre todas <strong>la</strong>s semejanzas que se suelen aducir para dar a enten<strong>de</strong>r el modo <strong>de</strong> esta generación<br />
eterna, parece que el más propio es el que se toma <strong>de</strong>l modo <strong>de</strong> pensar <strong>de</strong> nuestro entendimiento ; por lo cual<br />
l<strong>la</strong>mó San Juan al Hijo <strong>de</strong> Dios, Verbo, o concepto <strong>de</strong>l entendimiento, porque así como éste al enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong><br />
algún modo a sí mismo, forma su misma imagen y semejanza, <strong>la</strong> cual los teólogos l<strong>la</strong>man verbo o concepto; así<br />
también, Dios, según es posible <strong>de</strong> algún modo comparar lo divino con lo humano, entendiéndose a sí mismo,<br />
engendra al Verbo o concepto eterno. Aunque es mejor contemp<strong>la</strong>r lo que propone <strong>la</strong> fe, y creer y confesar<br />
sencil<strong>la</strong>mente que Jesucristo es verda<strong>de</strong>ro Dios, engendrado por el Padre antes <strong>de</strong> todos los siglos; mas, en<br />
cuánto hombre, nacido en tiempo <strong>de</strong> María Virgen su Madre. Y aunque reconocemos estos dos nacimientos,<br />
creemos que él es un solo Hijo; porque es una so<strong>la</strong> Persona, en <strong>la</strong> cual se unen <strong>la</strong> divina y humana naturaleza.<br />
X. De qué modo tiene, y no tiene hermanos Jesucristo.<br />
62. Por lo que toca a <strong>la</strong> generación divina, Jesucristo no tiene hermanos o cohere<strong>de</strong>ro alguno, porque él<br />
es único Hijo <strong>de</strong>l Padre, y nosotros hechura y obra <strong>de</strong> sus manos. Pero si le consi<strong>de</strong>ramos por lo que se refiere<br />
al nacimiento humano, no so<strong>la</strong>mente El l<strong>la</strong>ma a muchos con el nombre <strong>de</strong> hermanos 180 , sino que en <strong>verdad</strong> los<br />
tiene en su lugar, para que juntamente con él alcancen <strong>la</strong> gloria <strong>de</strong> <strong>la</strong> herencia <strong>de</strong>l Padre; estos son los que<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recibir a Cristo por <strong>la</strong> fe, <strong>de</strong>muestran con <strong>la</strong>s obras y oficios <strong>de</strong> caridad <strong>la</strong> fe que profesan en el<br />
nombre. Por esto le l<strong>la</strong>ma el Apóstol 181 primogénito entre muchos hermanos.<br />
XI. Jesucristo se l<strong>la</strong>ma y es nuestro Señor, en cuánto Dios y en cuánto hombre.<br />
63. Señor nuestro. Muchos son los títulos con que en <strong>la</strong>s santas Escrituras es l<strong>la</strong>mado nuestro Salvador.<br />
De éstos, es manifestó, que unos le convienen en cuánto Dios, y otros en cuánto hombre, porque <strong>de</strong> diversas<br />
naturalezas tomó diversas propieda<strong>de</strong>s. T así <strong>de</strong>cimos con <strong>verdad</strong>, que Jesucristo es Omnipotente, eterno e<br />
inmenso; todo lo cual le es propio por razón <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza divina. También <strong>de</strong>cimos <strong>de</strong> El que pa<strong>de</strong>ció, murió<br />
y resucitó; <strong>la</strong>s cuales cosas ya nadie duda ser propias <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza humana. Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> estas cosas, hay<br />
otras que le convienen según <strong>la</strong>s dos naturalezas, como el ser Nuestro Señor, según confesamos en este lugar. Y<br />
así, con muy justa razón le <strong>de</strong>bemos l<strong>la</strong>mar Nuestro Señor según ambas naturalezas. Porque al modo que El es<br />
Dios eterno como el Padre, es también Señor <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s cosas igualmente que él Padre; y a <strong>la</strong> manera que El y<br />
el Padre no son distintos dioses, sino un solo Dios, así tampoco son distintos Señores, sino un solo Señor.<br />
También en cuánto hombre se l<strong>la</strong>ma rectamente Nuestro Señor por muchas razones. Y en primer lugar le<br />
pertenece legítimamente esta potestad <strong>de</strong> l<strong>la</strong>marse y ser verda<strong>de</strong>ramente Nuestro Señor, porque El es nuestro<br />
Re<strong>de</strong>ntor que nos libró <strong>de</strong>l pecado, como lo enseña el Apóstol por estas pa<strong>la</strong>bras: “Se humilló a sí mismo<br />
haciéndose obediente hasta <strong>la</strong> muerte, y muerte <strong>de</strong> cruz. Por lo cual también Dios le ensalzó sobre todas <strong>la</strong>s<br />
177 “In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum, et Deus erat Verbum.” Joan.; I, 1.<br />
178 “Generationem eius quis enarrabit.” Isai., LIII, 8.<br />
179 “Et in unum Dominum Jesum Christum, Filium Dei unigenitum; et ex Patre natum ante omnia saecu<strong>la</strong>: Deum <strong>de</strong> Deo,<br />
lumen <strong>de</strong> lumine, Deum verum <strong>de</strong> Deo vero, genitum, non factum, consubstantialem Patri, per quem omnia facta sunt.”<br />
Ex Symb. Nic.<br />
180 ―Anunciaré tu nombre a mis hermanos.‖ Hebr. II, 12.<br />
181 ―Por manera que sea el mismo Hijo el primogénito entre muchos hermanos.‖ Rom., VIII, 20.<br />
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