Catecismo Romano - amor de la verdad
Catecismo Romano - amor de la verdad
Catecismo Romano - amor de la verdad
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
eligiosamente <strong>de</strong>cretadas por el Santo Concilio <strong>de</strong> Trento. Si se evitasen con el cuidado y diligencia <strong>de</strong>bida<br />
todas <strong>la</strong>s cosas que hemos mencionado, se quitarían casi todos los incentivos <strong>de</strong> concupiscencia.<br />
XII. Para conseguir <strong>la</strong> castidad es necesario el uso <strong>de</strong> <strong>la</strong> Confesión, Eucaristía y otras obras piadosas.<br />
906. Mas para reprimir los ímpetus <strong>de</strong> <strong>la</strong> concupiscencia es muy provechoso el frecuente uso <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
Confesión y Eucaristía 1325 , como también <strong>la</strong> continua y <strong>de</strong>vota oración, acompañada <strong>de</strong> limosnas y ayunos.<br />
Porque <strong>la</strong> castidad es don <strong>de</strong> Dios, que no le niega a los que le pi<strong>de</strong>n bien, ni permite que seamos tentados<br />
sobre lo que po<strong>de</strong>mos.<br />
XIII. Se ha <strong>de</strong> castigar el cuerpo para conservarle casto.<br />
907. También se <strong>de</strong>be mortificar el cuerpo no sólo con ayunos, y especialmente aquellos que instituyó <strong>la</strong><br />
Santa Iglesia, sino también con vigilias, con peregrinaciones <strong>de</strong>votas, y con otros géneros <strong>de</strong> aflicciones, y<br />
refrenar los apetitos y <strong>la</strong> vanidad <strong>de</strong> los sentidos. Porque en estos y otros semejantes ejercicios, es don<strong>de</strong> más se<br />
manifiesta <strong>la</strong> virtud <strong>de</strong> <strong>la</strong> temp<strong>la</strong>nza. Conforme a esto escribe así el Apóstol a los <strong>de</strong> Corinto: “Todo aquel que<br />
lucha en <strong>la</strong> palestra, se abstiene <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s cosas. Aquellos hacen esto para recibir una corona, corruptible,<br />
1325 “La Eucaristía, como centro y plenitud que es <strong>de</strong> toda gracia, es también el antídoto más eficaz contra <strong>la</strong><br />
concupiscencia.<br />
Cierto que esta raíz venenosa nunca es ni pue<strong>de</strong> ser extirpada por completo; mientras nosotros hijos <strong>de</strong> Adán, vivamos<br />
sobre <strong>la</strong> tierra, no se apagará esta centel<strong>la</strong> peligrosa.<br />
Pero <strong>la</strong> concupiscencia, por más que siempre esté viva, pue<strong>de</strong> ser reprimida; este aguijón mortal pue<strong>de</strong> ser embotado.<br />
Bajo este concepto es sumamente eficaz el sacramento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Eucaristía.<br />
Jesús <strong>de</strong>sea unirse en él con nosotros; y cuanto más estrechamente se hace esta unión, más nos apartamos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas<br />
que se oponen a el<strong>la</strong>. De aquí que Jesús en el sacramento eucarístico, según <strong>la</strong> preparación o capacidad <strong>de</strong>l que lo recibe,<br />
<strong>amor</strong>tigua <strong>la</strong> concupiscencia, neutraliza su influjo y reduce a <strong>la</strong> obediencia a <strong>la</strong> pe inferior <strong>de</strong> nuestra naturaleza.<br />
¡Qué efecto ha <strong>de</strong> causar en nuestra alma, uniéndose con el<strong>la</strong>, el alma purísima y virginal <strong>de</strong> Jesús, sino el <strong>de</strong> purificar<strong>la</strong><br />
y embellecer<strong>la</strong>?<br />
¿Acaso no ha <strong>de</strong> calmarse <strong>la</strong> impetuosidad <strong>de</strong> mis sentidos al venir a mi corazón <strong>la</strong> carne purísima y virginal <strong>de</strong> Jesús?<br />
¿No ha <strong>de</strong> apagar el torbellino <strong>de</strong> mis pasiones <strong>la</strong> paz celestial que Jesús me trae en <strong>la</strong> eucaristía? Sí: un torrente<br />
superabundante <strong>de</strong> paz regocijará <strong>la</strong> ciudad <strong>de</strong> Dios, y el Todopo<strong>de</strong>roso santificará más y más el alma, que es su<br />
morada <strong>de</strong> <strong>de</strong>licias.<br />
Así como los manjares materiales comunican al cuerpo sus propieda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> tal manera que el cuerpo recibe <strong>de</strong> ellos frío<br />
o calor, humedad o sequedad; así este manjar espiritual, en que se recibe <strong>la</strong> santidad misma y <strong>la</strong> plenitud <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s<br />
virtu<strong>de</strong>s, nos comunica santidad y virtud y se opone eficazmente al mal y a <strong>la</strong> corrupción.<br />
De dos maneras se conserva <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l cuerpo: ayudándole interiormente con sustentos y medicina, y protegiéndole y<br />
<strong>de</strong>fendiéndole exteriormente con medios a<strong>de</strong>cuados en cada caso. La eucaristía es manjar espiritual y espiritual<br />
medicina; es arma que espanta a los enemigos <strong>de</strong>l alma, como signo que recuerda <strong>la</strong> pasión y muerte <strong>de</strong> Cristo.<br />
Jesús, que es <strong>la</strong> vida, combate a <strong>la</strong> muerte en todos sus dominios, y <strong>la</strong> persigue hasta en sus causas más remotas.<br />
Jesús aborrece todo lo que se opone a <strong>la</strong> vida <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia; y este aborrecimiento nos lo comunica a nosotros cuando con<br />
nosotros se une.<br />
Jesús <strong>de</strong>sea po<strong>de</strong>r morar en el corazón <strong>de</strong> quien le recibe; el pecado le <strong>la</strong>nza <strong>de</strong> él, y <strong>la</strong> concupiscencia incita a pecar. Por<br />
esta razón Jesús en el sacramento combate a <strong>la</strong> concupiscencia, eleva al hombre hasta El, quita los mil <strong>la</strong>zos <strong>de</strong>l pecado<br />
y <strong>la</strong>s ocasiones <strong>de</strong> pecado, da fuerza a <strong>la</strong> voluntad, pone en su mano armas con que luchar contra el común enemigo, y<br />
se le ofrece El mismo como po<strong>de</strong>rosísimo aliado. En mí, dice, está toda esperanza <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> virtud. Añá<strong>de</strong>se a esta<br />
eficacia interior <strong>de</strong>l Santísimo Sacramento <strong>la</strong> virtud que tiene <strong>la</strong> preparación que es necesaria para recibirlo, y<br />
especialmente; <strong>la</strong> confesión, que por sí so<strong>la</strong> basta para luchar victoriosamente contra el pecado y contra lo que a él<br />
incita, tanto que muchos han alcanzado por medio <strong>de</strong> el<strong>la</strong> <strong>la</strong> salvación.<br />
He aquí, el medio fácil y aun dulce y amable que te ofrece <strong>la</strong> Eucaristía, con que vencer aquel<strong>la</strong> pasión cuya violencia<br />
tantas veces te impulsa hasta el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l abismo.<br />
Te quejas por ventura <strong>de</strong> <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> esta concupiscencia, <strong>de</strong> <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia que experimentas a <strong>la</strong>s cosas sensibles, <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
rebeldía <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne y <strong>de</strong> sus viles apetitos; pero bien sería que en lugar <strong>de</strong> proferir tales quejas, trataras <strong>de</strong> probar <strong>la</strong><br />
eficacia <strong>de</strong>l remedio.<br />
¿Dón<strong>de</strong> está el joven que se haya conservado pufo <strong>de</strong> cuerpo y alma, sin haber sido amigo <strong>de</strong> virginal Jesús, ha <strong>de</strong> haber<br />
reposado muchas veces sobre su pecho, sin haber apagado muchas veces su sed en esta fuente purísima, sin haber<br />
bebido <strong>de</strong> este vino que engendra vírgenes?<br />
Recibe pues este sacramento, recíbelo con buenas disposiciones, con frecuencia y con perseverancia”. P. A. <strong>de</strong> Doss. S. J.<br />
Pensamientos y Consejos.<br />
384