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Catecismo Romano - amor de la verdad

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último a <strong>la</strong> sentencia <strong>de</strong>l Juez. El primero es, cuándo cada uno <strong>de</strong> nosotros sale <strong>de</strong> esta vida; porque en el<br />

instante es presentado en el tribunal <strong>de</strong> Dios, y allí se hace severísimo examen <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s cosas que en su<br />

vida, hizo, dijo y pensó; y esto se l<strong>la</strong>ma juicio particu<strong>la</strong>r. El segundo es, cuándo en un mismo día y lugar todos<br />

los hombres serán presentados ante el tribunal <strong>de</strong>l supremo Juez, para que viendo y oyendo todos los hombres<br />

<strong>de</strong> todos los siglos, reciba cada uno el <strong>de</strong>creto y sentencia que se le diere. La pronunciación <strong>de</strong> esta sentencia<br />

será <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego para los impíos y malos una gran parte <strong>de</strong> su pena y castigo; mas los justos y buenos<br />

conseguirán con el<strong>la</strong> gran premio y fruto, porque entonces se publicará cual haya sido cada uno en esta vida.<br />

Este se l<strong>la</strong>ma juicio universal.<br />

IV. Causas por que ha <strong>de</strong> haber juicio universa.<br />

118. Pero aquí es necesario <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rar cuáles son <strong>la</strong>s causas por qué a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l juicio particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> cada<br />

uno, ha <strong>de</strong> haber otro juicio Universal <strong>de</strong> todos los hombres. Es, pues, <strong>la</strong> primera porque siendo cierto que a los<br />

hombres <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte quedan algunas veces en esta vida hijos imitadores <strong>de</strong> sus padres, como<br />

también libros y discípulos amantes y <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> sus acciones y ejemplos, con lo cual es necesaria que se<br />

aumenten los premios o penas <strong>de</strong> los muertos. Y como esta utilidad o ca<strong>la</strong>midad que pertenece a muchos, no ha<br />

<strong>de</strong> tener fin hasta que llegue el último día <strong>de</strong>l mundo, era muy justo que se hiciese perfecta averiguación <strong>de</strong><br />

toda esta serie <strong>de</strong> hechos o dichos buenos o malos, lo cual no pue<strong>de</strong> hacerse sin el juicio universal <strong>de</strong> todos los<br />

hombres. Juntase a esto que como muchas veces se <strong>de</strong>shonra <strong>la</strong> fama <strong>de</strong> los buenos y son ap<strong>la</strong>udidos los malos<br />

con loor <strong>de</strong> Inocentes, pi<strong>de</strong> <strong>la</strong> equidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> justicia divina, que los justos recobren en un congreso y juicio<br />

universal <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s gentes <strong>la</strong> estimación <strong>de</strong> que con injusticia se les privó entre los hombres.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto, como todo lo que obraron en vida así los buenos como los malos, no lo hicieron sin sus<br />

cuerpos, legítimamente se sigue que también pertenecen a los cuerpos <strong>la</strong>s obras buenas o ma<strong>la</strong>s, pues fueron<br />

Instrumentos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mismas. Y así era muy conveniente se diese a los cuerpos junto con <strong>la</strong>s almas, o los <strong>de</strong>bidos<br />

premios <strong>de</strong> <strong>la</strong> gloria eterna, o los castigos. Y esto no se podía hacer sin <strong>la</strong> resurrección <strong>de</strong> todos los hombres, y<br />

sin el juicio universal.<br />

Finalmente, para probar que así en <strong>la</strong>s prosperida<strong>de</strong>s como en <strong>la</strong>s adversida<strong>de</strong>s que algunas veces<br />

experimentan sin diferencia alguna los buenos y malos, nada acontece sino con infinita sabiduría y justicia <strong>de</strong><br />

Dios, fue muy <strong>de</strong>bido no sólo establecer premios para los buenos y castigos para los malos en el siglo veni<strong>de</strong>ro,<br />

sino manifestarlo también en un juicio público y universal, para que se hiciese a todos más notorio e ilustre, y<br />

se tributase por todos a Dios <strong>la</strong> a<strong>la</strong>banza <strong>de</strong> su justicia y provi<strong>de</strong>ncia, y asimismo se satisficiese a aquel<strong>la</strong> queja<br />

injusta, con <strong>la</strong> cual aun los varones santos solían como hombres <strong>la</strong>mentarse algunas veces viendo a los malos<br />

po<strong>de</strong>rosos con sus riquezas y engreídos con sus honras, pues David <strong>de</strong>cía: ―A mí me vaci<strong>la</strong>ron los pies; a pique<br />

estuve <strong>de</strong> resba<strong>la</strong>r.<br />

Porque me llené <strong>de</strong> celos al contemp<strong>la</strong>r los impíos, al ver <strong>la</strong> paz <strong>de</strong> los pecadores‖ 281 . Y poco <strong>de</strong>spués:<br />

“Mirad como esos, siendo pecadores, abundantes <strong>de</strong> bienes en él siglo y amontonan riquezas. Yo también<br />

exc<strong>la</strong>mé: Luego en vano he purificado mi corazón y <strong>la</strong>vado mis manos en compañía <strong>de</strong> los inocentes. Pues yo<br />

soy azotado todo él día, y comienza ya mi castigo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> él amanecer” 282 . Y esta queja ha sido frecuente a<br />

muchos 283 . Luego es necesario que se haga un juicio general a fin <strong>de</strong> que los hombres no digan que Dios se<br />

pasea junio a, los polos <strong>de</strong>l cielo, sin cuidar <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra. Y así justamente se colocó <strong>la</strong> fórmu<strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

esta <strong>verdad</strong> por uno <strong>de</strong> los artículos <strong>de</strong> <strong>la</strong> fe cristiana, para que si algunos titubeasen acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

provi<strong>de</strong>ncia y justicia <strong>de</strong> Dios, se confirmasen con esta doctrina. A<strong>de</strong>más, convenía también recrear a los<br />

buenos y aterrar a los malos, poniendo presente el juicio final, para que aquellos no <strong>de</strong>sfalleciesen<br />

consi<strong>de</strong>rando <strong>la</strong> justicia <strong>de</strong> Dios, y éstos con el temor y certeza <strong>de</strong>l castigo eterno se apartasen <strong>de</strong> los pecados.<br />

Por todo lo cual nuestro Señor y Salvador hab<strong>la</strong>ndo <strong>de</strong>l último día, <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró que había <strong>de</strong> haber alguna<br />

vez un juicio universal, y <strong>de</strong>scribió <strong>la</strong>s señales que le habían <strong>de</strong> prece<strong>de</strong>r, para que al ver<strong>la</strong>s entendiésemos que<br />

está cerca el fin <strong>de</strong>l mundo. Y por último cuándo subió al cielo envió ángeles a los Apóstoles que quedaban<br />

281 ―Mei pene moti sunt pe<strong>de</strong>s, pene effusi sunt gressus mei, quia ze<strong>la</strong>vi super iniquos, pacen peccatorum vi<strong>de</strong>ns.‖ Psalm.,<br />

LXXII, 2.<br />

282 “Ecce ipsi peccatores, et abundantes in saeculo obtinuerunt divitias, et dixi: Ergo sine causa justificavi cor meum: et<br />

<strong>la</strong>vi inter innocentes manus meas: et fui f<strong>la</strong>gel<strong>la</strong>tus tota die, et castigatio mea in matutinis.” Psalm., LXXII, 12, 13.<br />

283 “Quare ergo impii vivunt, sublevati sunt, confortatique divitiis?” Job., XXI, 7. “Quare via impiorum prosperatur:<br />

bene est omnibus qui praevaricantur et inique agunt? P<strong>la</strong>ntasti eos, et radicem miserunt: proficiunt, et faciunt fructum:<br />

prope eg tu ori eorum, et longe a renibus eorum.” Jem., XII, 1, 2. “Quare respicis super iniqua agentes, et taces<br />

<strong>de</strong>vorante implo justiorem se” Habac, I, 13.<br />

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