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Catecismo Romano - amor de la verdad

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leves conjeturas, sino por pruebas sólidas y seguras. En el juramento promisorio se requiere, para que haya<br />

<strong>verdad</strong>, que el que así jura tenga firme propósito <strong>de</strong> cumplir lo jurado.<br />

[13] b) El juicio o necesidad es <strong>la</strong> segunda condición <strong>de</strong>l juramento, esto es, que no se jure por capricho<br />

y sin reflexión, con precipitación y temeridad, sino con pru<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> madura reflexión, viendo que es<br />

necesario el juramento, atendiendo a <strong>la</strong>s circunstancias <strong>de</strong>l acto (tiempo, lugar, etc.) y no <strong>de</strong>jándose llevar por<br />

pasión alguna. Por este mismo motivo no se <strong>de</strong>be exigir juramento a los niños antes <strong>de</strong> su pubertad, esto es,<br />

antes <strong>de</strong> los catorce años, pues por su corta edad no son capaces todavía <strong>de</strong> reflexionar y distinguir como<br />

conviene.<br />

[14] c) La justicia es <strong>la</strong> tercera condición <strong>de</strong>l juramento, esto es, que lo que se jura sea bueno y honesto;<br />

pues quien jura algo injusto y <strong>de</strong>shonesto, peca jurando y cumpliendo el juramento, como el rey Hero<strong>de</strong>s al<br />

mandar <strong>de</strong>capitar a San Juan Bautista por el juramento hecho a <strong>la</strong> bai<strong>la</strong>rina (Mc. 6 23.).<br />

[15-17] 4º Licitud <strong>de</strong>l juramento. — El juramento, cuando reúne estas tres condiciones, es<br />

ciertamente lícito, ya que queda asegurado por el<strong>la</strong>s como por ciertos baluartes. Y esta licitud tiene en su favor<br />

dos argumentos: • uno <strong>de</strong> autoridad: <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras indican cómo los Santos Apóstoles (Rom. 1 9; I<br />

Cor. 15 31; II Cor. 1 23.), y los Angeles (Dan. 12 7; Apoc. 10 6.), y el mismo Dios para confirmar sus promesas<br />

(Gen. 22 16; Ex. 33 1; Sal. 109 4.), usaron a veces <strong>de</strong>l juramento; • otro <strong>de</strong> razón: el juramento es lícito si se<br />

atien<strong>de</strong> tanto a su origen como a su fin: — a su origen: consi<strong>de</strong>rando los hombres que Dios es el autor <strong>de</strong> toda<br />

<strong>verdad</strong>, a cuya vista están patentes todas <strong>la</strong>s cosas (Heb. 4 13.), lo ponen por testigo, teniendo por impío no dar<br />

crédito a un tal testimonio; — a su fin: probar <strong>la</strong> justicia e inocencia <strong>de</strong>l hombre, y poner término a los pleitos y<br />

controversias (Heb. 6 16.).<br />

[18-19] Y no se oponen a esta <strong>verdad</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> Jesucristo: «Yo os digo que <strong>de</strong> ningún modo<br />

juréis, ni por el cielo, ni por <strong>la</strong> tierra, ni por Jerusalén, ni por ti mismo; sino sea vuestro modo <strong>de</strong> hab<strong>la</strong>r: Sí,<br />

sí, no, no» (Mt. 5 33-37.); pues aquí el Salvador no hace más que repren<strong>de</strong>r y reprobar <strong>la</strong> costumbre <strong>de</strong> los<br />

judíos <strong>de</strong> jurar constantemente por cualquier cosa, advirtiéndonos que no <strong>de</strong>bemos ser <strong>de</strong>masiado inclinados a<br />

jurar, y enseñándonos que <strong>de</strong>bemos abstenernos totalmente <strong>de</strong> ello a no exigirlo <strong>la</strong> necesidad. La autoridad <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s Sagradas Letras (Eclo. 23 9-14; 27 14.) y los testimonios <strong>de</strong> los Santos Padres evi<strong>de</strong>ncian que son casi<br />

innumerables los males que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> abusiva costumbre <strong>de</strong> jurar.<br />

Precepto negativo <strong>de</strong> este mandamiento<br />

Este precepto nos obliga a no tomar el nombre <strong>de</strong> Dios en vano, esto es, a no jurar por El falsa, vana o<br />

temerariamente, y a no menospreciarlo. Por tanto, pecan contra este mandamiento:<br />

[20-26] 1º Los que juran in<strong>de</strong>bidamente, a saber:<br />

a) Contra <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong>l juramento, jurando temerariamente y sin reflexión, pues menosprecian <strong>la</strong><br />

Majestad <strong>de</strong> quien es nuestro Dios y Señor; o jurando lo que es <strong>verdad</strong>, pero fundado en leves conjeturas; pues<br />

quienes juran con tanta indiferencia se hal<strong>la</strong>n en peligro <strong>de</strong> ser perjuros.<br />

b) Contra <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> <strong>de</strong>l juramento: • ya sea jurando con mentira y poniendo a Dios por testigo <strong>de</strong> cosas<br />

falsas, atribuyéndole <strong>la</strong> ignorancia, creyendo que se le oculta <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> <strong>de</strong> algo, o por <strong>de</strong>pravado afecto; • ya sea<br />

jurando lo que, aun siendo <strong>verdad</strong>, se cree que es falso, pues en eso consiste <strong>la</strong> mentira; • ya sea jurando lo que<br />

se cree que es verda<strong>de</strong>ro, pero que en realidad es falso, a no ser que se haya puesto el cuidado e interés posible<br />

en averiguar y conocer bien <strong>la</strong> <strong>verdad</strong>; • ya sea prometiendo con juramento hacer algo, pero sin propósito <strong>de</strong><br />

cumplirlo, o no cumpliendo realmente lo prometido, aunque se tuviese el propósito <strong>de</strong> hacerlo (Lev. 27; Num.<br />

6; Deut. 23 21-22 y ss; Eclo. 5 3-4.).<br />

c) Contra <strong>la</strong> justicia <strong>de</strong>l juramento: • ya sea jurando cometer una cosa ma<strong>la</strong>, aunque ese juramento<br />

contenga <strong>verdad</strong> y se jure seria y <strong>de</strong>liberadamente; • ya sea jurando no seguir los consejos evangélicos; pues<br />

aunque no se está obligado a seguir esos consejos evangélicos, jurar <strong>de</strong> esa manera es menospreciarlos y<br />

ultrajarlos; • ya sea jurando por dioses falsos, poniendo por testigos <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> a dioses fingidos y fabulosos,<br />

como si fueran el verda<strong>de</strong>ro Dios.<br />

[27] 2º Los que menosprecian a Dios <strong>de</strong>shonrando su pa<strong>la</strong>bra: • adulterando el verda<strong>de</strong>ro y<br />

legítimo sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Sagradas Escrituras en favor <strong>de</strong> los errores y herejías <strong>de</strong> los impíos (II Ped. 3 16; II Cor.<br />

2 17.); • sirviéndose <strong>de</strong> el<strong>la</strong> sin respeto y veneración, como para hacer chistes, o fábu<strong>la</strong>s, o adu<strong>la</strong>ciones, o difamaciones,<br />

o cosas vanas, etc.<br />

[28] 3º Los que no invocan a Dios en sus <strong>de</strong>sgracias y necesida<strong>de</strong>s.<br />

[29] 4º Los que b<strong>la</strong>sfeman y maldicen con pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong>shonestas y escandalosas el<br />

sacrosanto nombre <strong>de</strong> Dios, y el nombre <strong>de</strong> los Santos que están reinando con Dios. Este pecado es el<br />

mayor y más <strong>de</strong>testable <strong>de</strong> los pecados contra este mandamiento.<br />

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