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Catecismo Romano - amor de la verdad

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Apóstol esta multitud <strong>de</strong> miserias, exc<strong>la</strong>maba: “¡Desventurado <strong>de</strong> mí! ¿Quién me librará <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> esta,<br />

muerte?” 1577 .<br />

V. Cuánta es <strong>la</strong> miseria <strong>de</strong>l hombre en comparación con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más criaturas.<br />

1121. Y aunque en sí es conocida esta infelicidad <strong>de</strong> nuestro linaje, todavía pue<strong>de</strong> conocerse mejor,<br />

comparando nuestra naturaleza con <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más criaturas. En éstas, ya sean irracionales, ya insensibles, rara vez<br />

advertimos que se <strong>de</strong>svíe alguna <strong>de</strong> tal manera <strong>de</strong> <strong>la</strong>s acciones propias y <strong>de</strong> aquellos sentimientos y<br />

movimientos que le son naturales que se aparte <strong>de</strong>l fin por el cual fué creada. Esto se ve tan manifiestamente en<br />

los animales <strong>de</strong>l campo, y en los peces y aves, que no necesita <strong>de</strong> otra <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración. Y si levantares los ojos al<br />

cielo, ¿no enten<strong>de</strong>rás al punto cuan cierto es lo que dijo David: “Para siempre, Señor, permanece en el cielo tu<br />

pa<strong>la</strong>bra?” 1578 .<br />

Porque estando en un movimiento continuo, y en una perpetua revolución, jamás discrepa en lo más<br />

mínimo <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley que Dios le señaló. Si bajas <strong>de</strong>spués los ojos a <strong>la</strong> tierra y al resto <strong>de</strong>l universo, luego echarás <strong>de</strong><br />

ver que en nada, o en muy poco se <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>na. Pero el infelicísimo linaje <strong>de</strong> los hombres a cada paso cae. Por<br />

maravil<strong>la</strong> pone en práctica los buenos pensamientos. Muchas veces <strong>de</strong>secha y menosprecia <strong>la</strong>s acciones buenas<br />

que comenzó. El consejo bellísimo que ahora le agradaba, luego le <strong>de</strong>sagrada, y retractado éste, se <strong>de</strong>sliza en los<br />

malos y perniciosos.<br />

VI. Cuál sea <strong>la</strong> causa principal <strong>de</strong> estas miserias.<br />

1122. ¿Y cuál es <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> esta inconstancia y miseria? El menosprecio, ciertamente, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

inspiraciones divinas. Porque cerramos los oídos a <strong>la</strong>s voces <strong>de</strong> Dios, no queremos abrir los ojos para ver <strong>la</strong>s<br />

luces que nos pone <strong>de</strong><strong>la</strong>nte, ni oímos lo que el Padre celestial nos manda para nuestro bien. Por esto <strong>de</strong>ben<br />

insistir aquí los Párrocos, proponiendo a los fieles <strong>la</strong>s miserias, manifestando sus causas, y mostrando <strong>la</strong> virtud<br />

<strong>de</strong> los remedios. Todo esto lo podrán explicar fácilmente, recomendado a los santísimos varones Juan<br />

Crisóstomo, y Agustín, y seña<strong>la</strong>damente a lo que dijimos en <strong>la</strong> explicación <strong>de</strong>l Símbolo. Pues bien entendido<br />

esto, ¿quién habrá tan inconsi<strong>de</strong>rado entre los hombres, que con el socorro <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong> Dios preveniente, no<br />

procure levantarse, y animándose con el ejemplo <strong>de</strong>l hijo Pródigo 1579 , no acuda a <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> su Rey y Padre<br />

celestial?<br />

VII. Qué se entien<strong>de</strong> en <strong>la</strong>s Escrituras por el reino <strong>de</strong> Dios.<br />

1123. Explicado esto, <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rarán los Pastores cual sea <strong>la</strong> petición fructuosa <strong>de</strong> los fieles, o que sea lo<br />

pedido a Dios por estas pa<strong>la</strong>bras, mayormente cuando el nombre <strong>de</strong>l reino di» los cielos significa muchas<br />

cosas, cuya <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración por una parte es útil para <strong>la</strong> inteligencia <strong>de</strong> otros lugares <strong>de</strong> <strong>la</strong> divina Escritura, y por<br />

otra necesaria para el conocimiento <strong>de</strong>l presente.<br />

1124. Lo primero, pues, que significa el reino <strong>de</strong> Dios, como se ve a cada paso en <strong>la</strong>s divinas Letras, es no<br />

so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> soberanía que tiene Dios sobre todos los hombres, y sobre <strong>la</strong> universidad <strong>de</strong> todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más<br />

criaturas, sino también <strong>la</strong> provi<strong>de</strong>ncia con que a todas <strong>la</strong>s rige y gobierna. “En tus manos, Señor, dice David,<br />

están todos los fines <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra” 1580 , por los cuales fines se entien<strong>de</strong>n también todas <strong>la</strong>s cosas que hay<br />

apartadas y ocultas en los senos <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, y en todas partes. Conforme a esto <strong>de</strong>cía Mardoqueo: “Señor,<br />

Señor, Rey todopo<strong>de</strong>roso, en tu dominio están todas <strong>la</strong>s cosas, y no hay quien pueda resistir a, tu voluntad.<br />

Señor eres <strong>de</strong> todo, no hay quien resista a tu Majestad” 1581 .<br />

VIII. Del reino <strong>de</strong> Cristo sobre los buenos.<br />

1125. También se significa por el reino <strong>de</strong> Dios aquel<strong>la</strong> especial y singu<strong>la</strong>r provi<strong>de</strong>ncia, conque Dios<br />

ampara y cuida <strong>de</strong> todos los justos y santos. De este particu<strong>la</strong>r y diligentísimo cuidado dijo David: “El Señor me<br />

gobierna, nada me faltará” 1582 . Y también Isaías: “El Señor es nuestro Rey, él mismo nos salvará” 1583 . Aunque<br />

1577 ―Infelix ego homo, quis me liberabit <strong>de</strong> corpore mortis huios” Eom., VII, 24.<br />

1578 ―In ceternum, Domine, veibum tuum permanet in ocelo.” Psalm., CXVIII, 89. ―Secóse el heno y cayó <strong>la</strong> flor, mas <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong>l Señor nuestro dura eternamente.‖ Isai., XL, 6.<br />

1579 ―Yo iré a mi Padre, y le diré: Padre mío, pequé contra el cielo y contra ti: Ya no soy digno <strong>de</strong> ser l<strong>la</strong>mado liijo tuyo;<br />

trátame como uno <strong>de</strong> tus jornaleros,‖ Luc, XV, 1819.<br />

1580 “In manu eius sunt aniñes fines terrae.” Psalm. XCIV, 4.<br />

1581 “Domine, Domine, Rex omnipotens, in ditione enim tua cuneta sunt posita, et non est, qui possit tum resistere<br />

voluntan... Dominus omniam. es: neo est, qui resistat majestati tuae ”. Estli., XIII, 911.<br />

1582 “Dominus regit me, et nihil mihi <strong>de</strong>erit.” Psalm. XXII, 1.<br />

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