14.04.2013 Views

Catecismo Romano - amor de la verdad

Catecismo Romano - amor de la verdad

Catecismo Romano - amor de la verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

se cumplió también lo profetizado por Isaías cuándo dijo: “He aquí concebirá una Virgen, y dará a luz un<br />

hijo” 187 . Finalmente, esto mismo <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ró Santa Isabel, cuándo llena <strong>de</strong>l Espíritu Santo entendió <strong>la</strong> concepción<br />

<strong>de</strong>l Hijo <strong>de</strong> Dios, y dijo aquel<strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras: “¿De dón<strong>de</strong> a mí <strong>la</strong> dicha, <strong>de</strong> que <strong>la</strong> Madre <strong>de</strong> mi Señor, venga a<br />

mí?” 188 . Mas así como el cuerpo <strong>de</strong> Cristo fue formado <strong>de</strong> <strong>la</strong> purísima sangre <strong>de</strong> <strong>la</strong> castísima Virgen sin obra<br />

alguna <strong>de</strong> hombre, como antes dijimos, sino por so<strong>la</strong> virtud <strong>de</strong>l Espíritu Santo, así también en el mismo<br />

momento en que fue concebido, recibió su alma grandísima riqueza <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> Dios, y toda <strong>la</strong> abundancia<br />

<strong>de</strong> sus dones; pues, como dice San Juan, no da Dios a Jesucristo <strong>la</strong> gracia con medida, como a los <strong>de</strong>más<br />

hombres que florecieron en Santidad y gracia, sino que colmó, toda su alma con toda gracia y tan<br />

abundantemente que <strong>de</strong> su plenitud hemos recibido todos nosotros.<br />

V. Cristo no es Hijo adoptivo <strong>de</strong> Dios.<br />

69. Con todo, no es lícito l<strong>la</strong>mar a Jesucristo Hijo adoptivo <strong>de</strong> Dios, aunque tuvo aquel espíritu por el<br />

cual los hombres santos consiguen <strong>la</strong> adopción <strong>de</strong> hijos <strong>de</strong> Dios; porque siendo El por naturaleza Hijo <strong>de</strong> Dios,<br />

<strong>de</strong> ningún modo se ha <strong>de</strong> pensar que le conviene <strong>la</strong> gracia o nombre alguno <strong>de</strong> adopción.<br />

VI. De lo que principalmente se ha <strong>de</strong> meditar sobre <strong>la</strong> primera parte <strong>de</strong> este artículo.<br />

70. Esto es lo que ha parecido conveniente explicar sobre el misterio <strong>de</strong> <strong>la</strong> encarnación. Y para que <strong>de</strong><br />

eso mismo puedan sacar fruto saludable, <strong>de</strong>ben los fieles meditarlo con frecuencia, consi<strong>de</strong>rando muchas<br />

veces, principalmente: que es Dios el que se encarnó; que el modo con que se hizo hombre, no po<strong>de</strong>mos<br />

nosotros no sólo explicarlo con pa<strong>la</strong>bras ni aun compren<strong>de</strong>rlo con el entendimiento, y finalmente que quiso<br />

hacerse hombre, a fin <strong>de</strong> que los hombres renaciésemos hijos <strong>de</strong> Dios. Consi<strong>de</strong>ren, pues, atentamente estas<br />

cosas, y crean y adoren con corazón fiel y humil<strong>de</strong> todos los misterios que contiene este artículo. No quieran<br />

investigarlos ni escudriñarlos curiosamente, porque esto casi nunca sé pue<strong>de</strong> hacer sin peligro.<br />

VII. Cómo se entien<strong>de</strong> haber nacido Cristo <strong>de</strong> Santa María Virgen. Y nació <strong>de</strong> María Virgen.<br />

71. Esta es <strong>la</strong> segunda parte <strong>de</strong> este artículo, en cuya explicación se ocupará con diligencia el Párroco;<br />

pues los fieles no so<strong>la</strong>mente <strong>de</strong>ben creer que Jesucristo Señor nuestro fue concebido por obra <strong>de</strong>l Espíritu<br />

Santo, sino también que nació y salió a luz <strong>de</strong> María Virgen. Y con cuánta alegría y suavidad <strong>de</strong> ánimo se haya<br />

<strong>de</strong> meditar este misterio, bien lo muestra <strong>la</strong> voz <strong>de</strong> aquel Ángel que primero anunció al mundo esta felicísima<br />

embajada; pues dice: ―Vengo a daros una nueva <strong>de</strong> grandísimo gozo para todo el pueblo‖ 189 . También nos lo<br />

<strong>de</strong>muestra el cántico <strong>de</strong> <strong>la</strong> celestial milicia: ―Gloria a Dios en lo más alto <strong>de</strong> los cielos, y paz en <strong>la</strong> tierra a los<br />

hombres <strong>de</strong> buena voluntad‖ 190 . Aquí empezó también a cumplirse aquel<strong>la</strong> tan magnífica promesa, que Dios<br />

hizo a Abraham, diciéndole que vendría tiempo cuándo todas <strong>la</strong>s naciones serían benditas por medio <strong>de</strong> su<br />

posteridad. Porque María a quien predicamos y adoramos por verda<strong>de</strong>ra Madre <strong>de</strong> Dios, por haber dado a luz<br />

<strong>la</strong> persona que juntamente es Dios y Hombre, <strong>de</strong>scendió <strong>de</strong>l linaje <strong>de</strong>l rey David.<br />

VIII. Cristo nació <strong>de</strong> María Virgen sobre el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza.<br />

72. Así como <strong>la</strong> concepción <strong>de</strong> Cristo exce<strong>de</strong> totalmente el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza, así también su<br />

nacimiento, pues no po<strong>de</strong>mos pensar existiese en él cosa que no fuera divina. Mas lo que entre todas <strong>la</strong>s<br />

maravil<strong>la</strong>s que se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir o pensar no tiene igual, es nacer <strong>de</strong> Madre sin disminución alguna <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

virginidad materna, y <strong>de</strong> aquel modo como salió <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l sepulcro cerrado y sel<strong>la</strong>do, y <strong>de</strong> aquel también en<br />

que entró a los discípulos estando <strong>la</strong>s puertas cerradas; o por no apartarnos <strong>de</strong> lo que todos los días vemos<br />

realizarse por virtud natural, así como los rayos <strong>de</strong>l sol penetran <strong>la</strong> sólida substancia <strong>de</strong>l cristal sin quebrarlo,<br />

ni causarle daño alguno, así y aun con modo más sublime, salió Jesucristo <strong>de</strong>l seno <strong>de</strong> su Madre sin el menor<br />

<strong>de</strong>trimento <strong>de</strong> <strong>la</strong> virginidad materna. Por eso celebramos su entera y perpetua virginidad 191 con a<strong>la</strong>banzas muy<br />

187 “Ecce virgo concipiet, et pariet filium.” Isai, VII, 43.<br />

188 “On<strong>de</strong> hoc nuhi, ut veniat mater Domini mei ad me?” Luc, I, 43.<br />

189 ―Ecce evangelizo vobis gaudium magnum, juod erit omni populo.‖ Luc, II, 10.<br />

190 ―Gloria <strong>la</strong> altissimis Deo, et in terra pax hominibus bonae voluntatis.‖ Luc, II, 14.<br />

191 La fe y doctrina <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia Católica re<strong>la</strong>tiva a <strong>la</strong> perpetua virginidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> Madre <strong>de</strong> Dios no pue<strong>de</strong> ser más explícita.<br />

Así se expresa el Concilio Lateranense celebrado el año 649 siendo Pontífice Martín I° ―Si alguno no confiesa, según los<br />

Santos Padres, a <strong>la</strong> Santa y siempre Virgen Inmacu<strong>la</strong>da María, propia y según <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> Madre <strong>de</strong> Dios, ya que concibió sin<br />

concurso <strong>de</strong> varón por el Espíritu Santo e incorruptiblemente engendró especial y verda<strong>de</strong>ramente al mismo Verbo <strong>de</strong><br />

Dios, el cual nació antes <strong>de</strong> los siglos <strong>de</strong> Dios; Padre, permaneciendo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su parto indisoluble su virginidad; sea<br />

con<strong>de</strong>nado.” Paulo IV en <strong>la</strong> Constitución: “Cum quoromdam” dada el año 1555, contra los Socinianos, y confirmada por<br />

Clemente VIII en el año 1603, dice así: ―Y <strong>la</strong> misma Beatísima Virgen María no es verda<strong>de</strong>ra Madre <strong>de</strong> Dios, ni que<br />

53

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!