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Catecismo Romano - amor de la verdad

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San Jerónimo tambien sobre el Eclesiastés abiertamente confirma lo mismo, pues dice: “Si mordiere<br />

ocultamente a al guno <strong>la</strong> serpiente diabólica, y sin saberlo nadie le m inficionase con el veneno <strong>de</strong>l pecado, si<br />

cal<strong>la</strong>re, y no hiciere penitencia, ni quisiere confesar su l<strong>la</strong>ga a su hermano o maestro, el maestro que tiene len<br />

yua para curar no podrá aprovecharle”. Del mismo modo San Cipriano en el libro <strong>de</strong> Lapsis enseña esto<br />

c<strong>la</strong>ríslmamente por estas pa<strong>la</strong>bras: “Aunque no estén culpados con maldad alguna, <strong>de</strong> sacrificio <strong>de</strong> ido<strong>la</strong>tría, o<br />

<strong>de</strong> libelo <strong>de</strong> eso, todavía porque consintieron en ello, confiésenlo con dolor ante los Sacerdotes <strong>de</strong> Dios”.<br />

Últimamente ésta es <strong>la</strong> voz y sentir <strong>de</strong> todos los Doctores <strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia.<br />

XLVII. Deben confesarse <strong>la</strong>s circunstancias <strong>de</strong> los pecados.<br />

562. Pero <strong>de</strong>be ponerse en <strong>la</strong> Confesión aquel sumo cuidado y diligencia que solemos en los negocios <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> mayor importancia, y <strong>de</strong> tal modo hemos <strong>de</strong> mirar<strong>la</strong> con toda solicitud, que sean curadas <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>gas <strong>de</strong>l alma y<br />

arrancadas <strong>la</strong>s raíces <strong>de</strong> los pecados. Y no sólo se <strong>de</strong>ben explicar con distinción todos los pecados graves, sino<br />

también lo que acompaña a cada uno <strong>de</strong> ellos, y que aumenta o disminuye en gran manera su malicia. Porque<br />

hay unas circunstancias tan graves, que el<strong>la</strong>s so<strong>la</strong>s constituyen pecado mortal, y por lo mismo éstas siempre<br />

<strong>de</strong>ben confesarse 839 . Como si uno mató a un hombre, <strong>de</strong>be distinguir si era clérigo o seg<strong>la</strong>r. También si tuvo<br />

trato <strong>de</strong>shonesto con alguna mujer, es preciso que explique si era soltera o casada, parienta o consagrada a<br />

Dios con algún voto. Porque estas circunstancias constituyen diversos géneros <strong>de</strong> pecados; pues al primero<br />

l<strong>la</strong>man los teólogos simple fornicación, el segundo adulterio, al tercero incesto, y al cuarto sacrilegio. El hurto<br />

también se <strong>de</strong>be contar entre los pecados, pero si uno hurta un escudo peca mucho menos que si hurtase ciento<br />

o doscientos, o una muy gran<strong>de</strong> cantidad <strong>de</strong> oro, y especialmente peca el que hurta dinero sagrado. Esta misma<br />

razón <strong>de</strong>be aten<strong>de</strong>rse acerca <strong>de</strong>l lugar y tiempo; no nos <strong>de</strong>tenemos en aducir ejemplos <strong>de</strong> esto, porque se hal<strong>la</strong>n<br />

en muchos libros. Estas, como dijimos, son <strong>la</strong>s circunstancias que <strong>de</strong>ben explicarse, pero <strong>la</strong>s que no aumentan<br />

mucho <strong>la</strong> malicia, se pue<strong>de</strong>n omitir sin pecado.<br />

XLVIII. Debe repetirse <strong>la</strong> confesión en que se cal<strong>la</strong> eon advertencia alguna cosa grave.<br />

563. Mas es tan necesario que <strong>la</strong> confesión, según dijimos antes, sea entera y cabal, que si <strong>de</strong>jara uno <strong>de</strong><br />

propósito alguna cosa <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s que realmente se <strong>de</strong>ben explicar, y solo confesarse otras, éste no sólo no<br />

conseguiría provecho alguno <strong>de</strong> tal confesión, sino que cometería otra nueva maldad. Ni esta re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong><br />

pecados se ha <strong>de</strong> l<strong>la</strong>mar confesión, en <strong>la</strong> cual se halle <strong>la</strong> razón <strong>de</strong> Sacramento, antes es necesario que vuelva el<br />

penitente a repetir<strong>la</strong>, y que también se acuse <strong>de</strong>l pecado que cometió, por haber profanado <strong>la</strong> santidad <strong>de</strong>l<br />

Sacramento con una confesión tan fingida.<br />

XIL. No <strong>de</strong>be repetir <strong>la</strong>, confesión el que por olvido o <strong>de</strong>scuido leve omitió alguna cosa.<br />

564. Pero si <strong>la</strong> confesión <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser entera por otra causa, como por olvidarse al penitente algunos<br />

pecados, o por no haber examinado tan cuidadosamente los senos <strong>de</strong> su conciencia, siendo empero su ánimo<br />

confesar enteramente todos sus pecados, no es necesario entonces repetir <strong>la</strong> confesión, y será suficiente<br />

confesar otra vez al Sacerdote los pecados <strong>de</strong> que se olvidó, si se acordare <strong>de</strong> ellos. Pero aquí es <strong>de</strong> advertir, no<br />

sea que hayamos examinado nuestra conciencia con <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>scuido y flojedad, y procurado traer a <strong>la</strong><br />

acusar; y si nos acusamos a nosotros mismos, nos aprovecha para <strong>la</strong> salud ; mas si esperamos ser acusados por el diablo,<br />

aquel<strong>la</strong> acusación ce<strong>de</strong> o redunda en nuestro daño‖. Ex Origene. In Levit. homl. n. 3.<br />

No sólo confiesa el pecador sus pecados, sino que los enumera y acusa; ya que no quiere que sus <strong>de</strong>litos estén ocultos.<br />

Pues así como <strong>la</strong>s fiebres cuando están <strong>la</strong>tentes no permiten ser mitigadas, y cuando se muestran por fuera hay esperanza<br />

<strong>de</strong> calmarse, así <strong>la</strong> enfermdad <strong>de</strong> los pecados, mientras está oculta se empeora y si se muestra por <strong>la</strong> confesión,<br />

<strong>de</strong>saparece‖. Ex S. Ambrosio. Enarrat in 12 Psalm<br />

839 ―Se <strong>de</strong>ben explicar también en <strong>la</strong> confesión aquel<strong>la</strong>s circunstancias que mudan <strong>la</strong> especie <strong>de</strong> los pecados; pues sin el<strong>la</strong>s<br />

no pue<strong>de</strong>n los penitentes exponer íntegramente los mismos pecados, ni tomar los jueces conocimientos <strong>de</strong> ellos; ni pue<strong>de</strong><br />

darse que lleguen a formar exacto juicio <strong>de</strong> su gravedad, ni imponer a los penitentes <strong>la</strong> pena proporcionada a <strong>la</strong> culpa. Por<br />

esta causa está fuera <strong>de</strong> toda razón ensefiar que han • sido inventadas estas circunstancias por hombres ociosos, o que sólo<br />

se ha <strong>de</strong> confesar una <strong>de</strong> el<strong>la</strong>s, es a saber <strong>la</strong> <strong>de</strong> haber pecado contra su hermano‖. Cap. V, ses. XIV, Conc. Tri<strong>de</strong>nt.<br />

Si alguno dijere que no es necesario <strong>de</strong> <strong>de</strong>recho divino confesar en el sacramento <strong>de</strong> <strong>la</strong> Penitencia para alcanzar el perdón<br />

<strong>de</strong> los pecados, todos y cada una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s culpas mortales <strong>de</strong> que con <strong>de</strong>bido y diligente examen se tenga memoria, aunque<br />

sean ocultas y cometidas contra los dos últimos preceptos <strong>de</strong>l Decálogo; ni que sea necesario confesar <strong>la</strong>s circunstancias<br />

que mudan <strong>la</strong> especie <strong>de</strong>l pecado, sino que esta confesión sólo es útil para dirigir y conso<strong>la</strong>r al penitente, y que<br />

antiguamente solo se observó para imponer penitencias canónicas ; o dijere que los que procuran confesar todos los<br />

pecados nada quieren <strong>de</strong>jar que perdonar a <strong>la</strong> divina misericordia; o finalmente que no es lícito confesar los pecados<br />

veniales; sea excomulgado‖. Cap. VII, <strong>de</strong> <strong>la</strong> sess. XIV, <strong>de</strong> Conc. Tri<strong>de</strong>nt.<br />

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