Catecismo Romano - amor de la verdad
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XIII. Quiénes seña<strong>la</strong>damente hacen esta petición.<br />
1149. Pero ninguno hace esta petición con más ardor, ni con mayores veras, que aquel a quien ha sido<br />
concedido conocer <strong>la</strong> suma dignidad <strong>de</strong> los que obe<strong>de</strong>cen a Dios. Porque éste es el que sabe con cuánta <strong>verdad</strong><br />
se dice: ―Servir a Dios, y obe<strong>de</strong>cerle es reinar‖. ―Cualquiera, dice el Señor, que hiciere <strong>la</strong>, voluntad <strong>de</strong> mi Padre<br />
que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi Madre‖ 1627 . Esto es, estoy con él muy unido con<br />
todos los <strong>la</strong>zos <strong>de</strong> <strong>amor</strong> y benevolencia. Apenas habrá uno <strong>de</strong> los varones santos que no haya pedido con gran<strong>de</strong><br />
instancia a Dios el don particu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> esta petición. Y todos se valieron <strong>de</strong> esta oración a <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> excelente,<br />
aunque con diferentes formas.<br />
Pero entre todos vemos maravilloso y suavísimo a David, quien pi<strong>de</strong> esto <strong>de</strong> muchos modos. Porque<br />
ahora dice: “¡Oja<strong>la</strong> se dirijan mis caminos para guardar tus justificaciones!” 1628 . Otras veces: “Llévame por <strong>la</strong><br />
senda <strong>de</strong> tus mandamientos” 1629 . Ya: “En<strong>de</strong>reza mis pasos según tu pa<strong>la</strong>bra, porque no reine en mi maldad<br />
ninguna” 1630 . Y a esto pertenecen también aquel<strong>la</strong>s expresiones: “Dame entendimiento para que aprenda tus<br />
mandamientos” 1631 , y “enséñame tus juicios” 1632 . “Dame entendimiento, para que sepa tus testimonios” 1633 .<br />
Muchas veces también trata y emplea <strong>la</strong> misma sentencia con otras pa<strong>la</strong>bras. Y estos lugares se han <strong>de</strong> notar<br />
con cuidado y explicarse a los fieles para que entiendan todos, cuánta abundancia y riqueza <strong>de</strong> saludables<br />
bienes está encerrada en <strong>la</strong> primera parte <strong>de</strong> esta petición.<br />
XIV. Qué pedimos a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esto.<br />
1150. En segundo lugar cuando pedimos: “Hágase tu voluntad”, abominamos <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong>s cuales escribió el Apóstol: “Manifiestas son <strong>la</strong>s obras <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, que son fornicación, inmundicia,<br />
impureza, lujuria, etc.” 1634 . Y: “Si viviereis según <strong>la</strong> carne moriréis”. Pedimos no permita Dios que hagamos lo<br />
que nos persua<strong>de</strong>n nuestros sentidos, y pasiones <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nadas, sino que en todo se gobierne nuestra voluntad<br />
por <strong>la</strong> suya. Muy lejos están <strong>de</strong> esta voluntad los hombres entregados a <strong>de</strong>leites, los cuales están totalmente<br />
entregados a los cuidados y pensamientos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cosas terrenas. Pues se <strong>de</strong>jan llevar, inconsi<strong>de</strong>radamente por<br />
sus pasiones a fin <strong>de</strong> satisfacer sus concupiscencias constituyendo en el<strong>la</strong>s su felicidad, y esto <strong>de</strong> tal suerte que<br />
tienen por dichosos los que consiguen cuanto <strong>de</strong>sean. Más nosotros por el contrario pedimos a Dios, como dice<br />
el Apóstol, que no hagamos caso <strong>de</strong> <strong>la</strong>s concupiscencias <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne, sino que se cump<strong>la</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios 1635 .<br />
XV. Hemos <strong>de</strong> pedir se haga lo que Dios quiere no lo que nosotros <strong>de</strong>seamos.<br />
1151. Aunque no nos conformamos fácilmente a pedir a Dios no satisfaga nuestros <strong>de</strong>seos. Porque esta<br />
conformidad <strong>de</strong>l ánimo trae consigo el inconveniente <strong>de</strong> que pidiendo esto, parece que en alguna manera nos<br />
aborrecemos a nosotros mismos, lo cual también tienen por locura los que están <strong>de</strong>l todo <strong>de</strong>dicados al cuidado<br />
<strong>de</strong> su carne. Pero nosotros pasemos <strong>de</strong> buena gana por <strong>la</strong> nota <strong>de</strong> necios por <strong>amor</strong> <strong>de</strong> Cristo, <strong>de</strong> quien es aquel<strong>la</strong><br />
sentencia: “Si alguno quiere venir en pos <strong>de</strong> Mi niéguese a sí mismo” 1636 . Mayormente sabiendo que es mucho<br />
mejor <strong>de</strong>sear lo que es recto y justo, Que conseguir lo que está fuera <strong>de</strong> razón, <strong>de</strong> virtud y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s leyes <strong>de</strong> Dios. Y<br />
a <strong>la</strong> <strong>verdad</strong> en peor estado se hal<strong>la</strong> quien alcanzó lo que <strong>de</strong>seaba temerariamente y movido por <strong>la</strong> pasión que<br />
aquel que <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> conseguir lo que <strong>de</strong>seaba rectamente.<br />
XVI. No se han <strong>de</strong> pedir a Dios <strong>la</strong>s cosas que no parecen buenas.<br />
1627 “Quicumque fecerit voluntatem Pattis mei, qui in coelis est, ipse meus frater, soror, et mater est.” Malth,. XII, 50.<br />
―Cualquiera que hiciere <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.‖ Marc., III, 35. ―Mi madre y<br />
mis hermanos son aquellos que escuchan <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra <strong>de</strong> Dios y <strong>la</strong> practican.‖ Luc, VIII, 21.<br />
1628 “Utinam dirigantur viae meae ad custodiendas iustificationes tua. Psalm. CXVIII. 5.<br />
1629 “Deduc me in semitam mandatorum tuorum”. Psalm. CXVIII, 35.<br />
1630 “Gressus meos dirige secundum eloquium tuum, et non dominetur mei omnis iniustitia. Psalm. CXVIII, 133.<br />
1631 “Da mihi intellectum, et discam mandata tua”. Psalm., CXVIII, 73.<br />
1632 ―Iudicia tua doce me.” Psalm., CXVIII, 108.<br />
1633 ―Da mihi intellectum, ut sciam testimonia tua.” Psalm. CXVIII, 125.<br />
1634 “Manifesta sunt autem opera carnis, quae sunt fornicatio, immunditia, impudicitia, luxuria, etc. Ga<strong>la</strong>t., DI, 19, 20,<br />
21.<br />
1635 ―Revestíos <strong>de</strong> nuestro Señor Jesucristo y no busquéis cómo contentar los antojos <strong>de</strong> vuestra sensualidad.‖ Rom., XIII,<br />
14.<br />
1636 “Si quis vult venire post me, abneget semetipsum.” Matth.. XVI, 24. “Si alguno quiere venir en pos <strong>de</strong> mí, niéguese a<br />
si mismo, y cargue con su cruz, y sígame.” Marc, VIII, 34. ―Si alguno quiere venir en pos <strong>de</strong> mí y tener parte en mi gloria,<br />
renúnciese a sí mismo, y lleve su cruz cada día, y sígame.‖ Luc, IX, 23.<br />
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