Catecismo Romano - amor de la verdad
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y <strong>de</strong> sus huesos”. 1547 Y lo mismo da a enten<strong>de</strong>r diciendo a los Gá<strong>la</strong>tas: “Todos sois hijos <strong>de</strong> Dios por <strong>la</strong> fe en<br />
Jesucristo. Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, estáis vestidos <strong>de</strong> Cristo. No hay aquí judío<br />
ni griego, no hay siervo ni pobre, no hay hombre ni mujer, porque todos sois uno en Jesucristo” 1548 . Este<br />
punto <strong>de</strong>ben tratar los Pastores con especial cuidado, <strong>de</strong>teniéndose <strong>de</strong> propósito en esta doctrina 1549 , porque es<br />
1547 “Membra sumus corporis eius, <strong>de</strong> carne eius et <strong>de</strong> ossibus eius.” Ephes., V, 30.<br />
1548 “Omnes filli Dei estis per fi<strong>de</strong>m, quae est in Christo Jesu, quicumque enim in Christo baptizati estis, Christum<br />
induistis: non est iu<strong>de</strong>us, neque graecus, non est servus, neque liber, non est masculus, neque femina. Omnes enim vos<br />
unum estis in Christo Jesu.” Ga<strong>la</strong>t., III, 26..<br />
1549 Para que se pueda tratar mejor esto que aquí indica el <strong>Catecismo</strong>, apuntaremos aquí algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s explicaciones <strong>de</strong><br />
los Santos Padres re<strong>la</strong>tivas a estas primeras pa<strong>la</strong>bras <strong>de</strong> <strong>la</strong> Oración Dominical. “Ante todo el doctor <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz y maestro <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> unidad, no quiso que <strong>la</strong> oración se hiciese privadamente, para que quien le ruega, no ruegue tan sólo para sí. Pues no<br />
<strong>de</strong>cimos: Padre mío que estás en los cielos, ni: dame hoy mi pan; ni tan sólo pi<strong>de</strong> cada uno se le perdone, o que no caiga<br />
en <strong>la</strong> tentación, y que sea él solo librado <strong>de</strong>l mal. La oración es pública y común entre nosotros; y cuando oramos,<br />
no rogamos tan sólo por uno sino para todo el pueblo, porque todo el pueblo somos uno. Dios maestro <strong>de</strong> <strong>la</strong> paz y<br />
concordia, que enseñó <strong>la</strong> unidad, así quiso que rogase uno por todos, como él llevó en uno a todos.” Ex S. Cypriano. De<br />
Orat. Dom. ―Cualquiera que es manso y humano para con el prójimo, y el que no se venga <strong>de</strong> los que pecan contra él, sino<br />
que recompensa con beneficios <strong>la</strong>s injurias, éste si l<strong>la</strong>ma Padre a Dios, no se le pue<strong>de</strong> tratar como reo. Advierte con<br />
diligencia cómo <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración nos manda el mutuo <strong>amor</strong> y nos une a todos con el vínculo <strong>de</strong> <strong>la</strong> caridad. Pues no<br />
mandó <strong>de</strong>cir Padre mío que estás en los cielos; sino Padre nuestro que estás en los cielos; para que sabiendo tenemos<br />
todos un mismo Padre, nos movamos a <strong>la</strong> fraterna benevolencia.‖ Ex S. Chrysostomo. De angusta porta.<br />
“Padre nuestro, esto es, vivamos en <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong> tal modo que tengamos un padre en el cielo. Manifestamos <strong>la</strong> caridad y<br />
fraternidad cuando <strong>de</strong>cimos nuestro. Esto lo dice el emperador y el mendigo, lo dice el señor y el siervo; juntamente dicen:<br />
Padre nuestro. Ahora bien, siendo evi<strong>de</strong>nte que cuantos tienen un mismo padre son hermanos <strong>de</strong> ahí se sigue que no <strong>de</strong>be<br />
avergonzarse <strong>de</strong> tener el señor por hermano a su siervo <strong>de</strong>l cual quiso ser hermano Cristo Señor nuestro. Y así obremos<br />
que podamos ser here<strong>de</strong>ros <strong>de</strong>l padre; pues aun <strong>la</strong> ley humana con <strong>la</strong> heredad hace hijos.‖ Ex S. Hyeronimo. In Expor., IV,<br />
Evang.<br />
“Padre nuestro que estás en los cielos. Esto lo dijeron aquellos que existieron antes <strong>de</strong> nosotros; lo dirán los que vengan<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> nosotros. Ved cuantos hermanos tenga en su gracia el Único, comunicando con ellos <strong>la</strong> heredad, por quienes<br />
sufrió <strong>la</strong> muerte. Teníamos en <strong>la</strong> tierra padre y madre, para nacer a los trabajos y a <strong>la</strong> muerte; hemos hal<strong>la</strong>do otros padres,<br />
a Dios Padre y a <strong>la</strong> Iglesia madre, <strong>de</strong> quienes nacemos para <strong>la</strong> vida eterna. Pensemos, carísimos, <strong>de</strong> quién hemos<br />
empezado a ser hijos; y así vivamos, como conviene a los que tienen tal Padre. Ved, como nuestro Criador se ha dignado<br />
ser nuestro Padre. Ex S. Agust, Serm. 51 <strong>de</strong> Evang. Matthaei.<br />
―Todos igualmente dicen: Padre nuestro; porque Dios no es aceptador <strong>de</strong> personas, sino que le es agradable todo pueblo<br />
que obra justamente. Con lo cual se da gran<strong>de</strong> dignación a los hombres, que se atrevan a l<strong>la</strong>mar Padre a su Dios y Criador.<br />
Y ciertamente cuando enseña que todos hemos <strong>de</strong> invocar al Padre, insinúa que nosotros <strong>de</strong>bemos ser espiritualmente<br />
hermanos, conforme a lo que él en otro lugar dice: Todos vosotros sois hermanos. (Matth., XXIII, 8.)<br />
Aquellos que invocan a un Padre, <strong>de</strong>ben unánimemente tener hermandad, según aquello que se dice por el Salmista: ―¡Oh<br />
cuan buena y cuan dulce cosa es el vivir los hermanos en mutua unión!‖ (Psalm CXXXII, 1.) Ex Wa<strong>la</strong>frido Strabo. Theolog.<br />
expos. in Matth. ―Antes que se empiecen <strong>la</strong>s peticiones se procura cantar <strong>la</strong> benevolencia, como lo practican los oradores.<br />
Cuando dice: Padre nuestro, se indica que cada fiel no ora para el sino en favor <strong>de</strong> todos, para <strong>de</strong>signar <strong>la</strong> caridad y unidad<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> Iglesia, en <strong>la</strong> cual el hermano <strong>de</strong>sea <strong>la</strong> salud <strong>de</strong>l hermano como <strong>la</strong> suya. Dice por lo tanto : Padre nuestro. L<strong>la</strong>mando a<br />
él Padre, <strong>de</strong>be ser hijo, y no indigno <strong>de</strong> un tan gran Padre, el cual con el afecto y benevolnecia es Padre. Cuando l<strong>la</strong>mamos<br />
Padre, significamos que ya no somos siervos sino hijos. Cuando dice: nuestro, significa que es <strong>de</strong> muchos, no <strong>de</strong> uno tan<br />
solo. No se enorgullezca el rico y noble, o el señor, pues asimismo el pobre es hijo <strong>de</strong> Dios. Todos por lo mismo somos hermanos.<br />
Cuando se dice: Que estás en los cielos, <strong>de</strong>muestra que quien ora está en el ínfimo lugar, para que pueda subir a su<br />
Padre que está en los cielos, esto es, en <strong>la</strong> inmutabilidad, eternidad, impasibilidad, y con él se haga inmutable e impasible.‖<br />
Ex S. Anselmo Laudunensi. Enarrat. in Matth. ―Se pregunta por qué se dice: nuestro; pues podía <strong>de</strong>cir: mío o para mí; y<br />
parece que esto conviene más bien, cuando se hace <strong>la</strong> oración por aquel que es una persona, y para sí pi<strong>de</strong>. Se ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir<br />
que Cristo con toda intención puso: nuestro por muchas razones. Primeramente para significar <strong>la</strong> preferencia <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
paternidad, porque Dios es su Padre, y Padre nuestro, pero <strong>de</strong> otro modo suyo que nuestro; pues es Padre suyo por<br />
generación natural, y nuestro por gratuita adopción... En segundo lugar lo hizo porque Cristo quiso constituir <strong>la</strong> caridad<br />
entre los hombres, <strong>de</strong> modo que se comunicasen recíprocamente los bienes espirituales; y por eso quiso que nadie cuando<br />
orase, orase so<strong>la</strong>mente para sí solo, sino para todos ; por esto dijo: nuestro; <strong>de</strong> modo que sea necesario por <strong>la</strong> misma<br />
forma <strong>de</strong> <strong>la</strong> oración, orar por todos; pues se dice: Padre nuestro, y <strong>de</strong>spués : Perdónanos nuestras <strong>de</strong>udas, y otra vez: Y no<br />
nos <strong>de</strong>jes caer en <strong>la</strong> tentación, todo lo cual se ha <strong>de</strong> exten<strong>de</strong>r no sólo al que ora sino a todos los prójimos... En tercer lugar<br />
se hace para quitar <strong>la</strong> soberbia <strong>de</strong> algunos que piensan ser más excelentes que los otros, porque se glorían <strong>de</strong> tener más<br />
ilustre nacimiento; y esto no tiene lugar aquí, porque no hay nobleza más excelente que ser hijo <strong>de</strong> Dios. Esta es propia <strong>de</strong><br />
todos los cristianos que veneran a Cristo. Por lo tanto nadie pue<strong>de</strong> gloriarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> nobleza; y si se gloría no pertenece a<br />
Cristo, pues no piensa que tiene a Dios por padre, o cree que él es más noble por el otro nacimiento que por cuanto tiene<br />
por Padre a Dios.‖ Ex Alfonso Tostado. Sub questione CIII, <strong>de</strong> verbis: Pater meus et Pe<strong>de</strong>r noster.<br />
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