14.04.2013 Views

Catecismo Romano - amor de la verdad

Catecismo Romano - amor de la verdad

Catecismo Romano - amor de la verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

IX. También <strong>de</strong>ben pedir esto los justos que obe<strong>de</strong>cen a Dios.<br />

1145. Con igual encarecimiento tienen que hacer esta petición aquellos en cuyas almas reina ya Dios, y<br />

que ilustrados ya con los rayos <strong>de</strong> <strong>la</strong> divina luz, cumplen por beneficio <strong>de</strong> <strong>la</strong> gracia su voluntad. Pues aunque se<br />

hallen en tan buen estado, con todo les hacen mucha guerra <strong>la</strong>s propias pasiones por <strong>la</strong> inclinación al mal<br />

arraigada en los sentidos <strong>de</strong> los hombres. Así, aunque seamos justos, tenemos en esta parte mucho que temer<br />

<strong>de</strong> nosotros mismos, no sea que atraídos y ha<strong>la</strong>gados por <strong>la</strong>s concupiscencias que hacen guerra en nuestros<br />

miembros, volvamos a separarnos <strong>de</strong>l camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud. De este peligro nos avisó Cristo Señor nuestro por<br />

estas pa<strong>la</strong>bras: ―Ve<strong>la</strong>d, y orad para, no caer en <strong>la</strong> tentación. Que si bien el espíritu está pronto, mas <strong>la</strong> carne<br />

es f<strong>la</strong>ca‖ 1621 .<br />

X. En los justos vive <strong>la</strong> concupiscencia que ninguno pue<strong>de</strong> apagar <strong>de</strong>l todo.<br />

1146. Porque no está en mano <strong>de</strong>l hombre, aunque sea en <strong>la</strong> <strong>de</strong> aquel que está justificado por <strong>la</strong> gracia<br />

<strong>de</strong> Dios, tener tan domados los movimientos <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne que jamás vuelvan a recalcitrar. Porque <strong>la</strong> gracia <strong>de</strong><br />

Dios sana el alma <strong>de</strong> los que están justificados; más no sana <strong>la</strong> carne. Acerca <strong>de</strong> esto dijo el Apóstol: “Sé<br />

ciertamente que no mora en mí, esto es en mi carne, el bien” 1622 .Porque una vez que perdió el primer nombre<br />

<strong>la</strong> justicia original, con <strong>la</strong> cual se regían <strong>la</strong>s pasiones como con un freno, no pudo <strong>de</strong>spués <strong>la</strong> razón en manera<br />

ninguna tener<strong>la</strong>s tan a raya, que no apetezcan aun aquel<strong>la</strong>s cosas que repugnan a <strong>la</strong> razón misma.<br />

Así, dice el Apóstol, que mora en aquel<strong>la</strong> parte <strong>de</strong>l hombre el pecado 1623 esto es, el incentivo <strong>de</strong>l pecado,<br />

para que tengamos entendido que no está aposentado en nosotros por algunos días como un huésped, sino que<br />

mientras vivimos, está siempre <strong>de</strong> asiento en nuestros miembros como morador <strong>de</strong> nuestro cuerpo. Estando,<br />

pues, <strong>de</strong> continuo combatidos <strong>de</strong> enemigos domésticos e interiores, es manifiesto que hemos <strong>de</strong> recurrir al<br />

auxilio <strong>de</strong> Dios, y pedirle que se haga su voluntad en nosotros. Pero ya es razón <strong>de</strong> que sepan los fieles cuál sea<br />

el sentido <strong>de</strong> esta petición.<br />

XI. Qué se entien<strong>de</strong> aquí por voluntad <strong>de</strong> Dios.<br />

1147. Y omitiendo sobre este punto muchas cosas que útil y copiosamente tratan los doctores<br />

escolásticos acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios, <strong>de</strong>cimos que en este lugar se toma por aquel<strong>la</strong> voluntad que suelen<br />

l<strong>la</strong>mar <strong>de</strong> Signo, esto es por aquello que Dios nos manda, o nos aconseja que hagamos, o <strong>de</strong>jemos <strong>de</strong> hacer. Así,<br />

están aquí comprendidas por el nombre <strong>de</strong> voluntad todas aquel<strong>la</strong>s cosas que se nos proponen para conseguir<br />

<strong>la</strong> bienaventuranza celestial, sean pertenecientes a <strong>la</strong> fe o a <strong>la</strong>s costumbres, es <strong>de</strong>cir todo aquello que Cristo<br />

Señor nuestro por sí o por su Iglesia nos ha mandado o prohibido. De esta voluntad escribe así el Apóstol: “No<br />

seáis impru<strong>de</strong>ntes, sino atentos sobre cuál es <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios” 1624 .<br />

XII. Cuál es el sentido <strong>de</strong> esta petición.<br />

1148. Por tanto cuando <strong>de</strong>cimos: ―Hágase tu voluntad‖, primeramente pedimos que el Padre celestial<br />

nos dé fuerzas para guardar sus divinos mandamientos, y para servirle santa y justamente toda nuestra vida;<br />

que hagamos todas <strong>la</strong>s cosas según su ley y voluntad; que cump<strong>la</strong>mos todos aquellos <strong>de</strong>beres que se nos<br />

proponen en <strong>la</strong>s sagradas Escrituras: que siendo nuestro guía y nuestro autor, obremos como correspon<strong>de</strong> a los<br />

nacidos, no <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> <strong>la</strong> carne 1625 , sino <strong>de</strong> Dios, siguiendo el ejemplo <strong>de</strong> Cristo Señor nuestro, quien se<br />

hizo obediente hasta <strong>la</strong> muerte y muerte <strong>de</strong> cruz 1626 ; y que estemos prontos para sufrir antes todos los<br />

tormentos, que apartarnos un ápice <strong>de</strong> su voluntad.<br />

1621 ―Vigi<strong>la</strong>te, et orate, ut non intretis in tentationem; spiritus qui<strong>de</strong>m promtus est, caro autem infirma”. Matth, XXVI,<br />

41.<br />

1622 ―Scio enim, quia non habitat in me, hoc est in carne mea, bonum.” Rom., VII, 18.<br />

1623 ―Si hago lo que no quiero, ya no lo ejecuto yo, sino el pecado que habita en mí. Y así es que cuando yo quiero hacer el<br />

bien, me encuentro con una ley o inclinación contraria, porque el mal está pegado a mí.‖ Rom., VII, 2021.<br />

1624 ―Nolite fieri impru<strong>de</strong>ntes, sed intelligentes, quoe sit voluntas Dci.” Ephes., V, 17. ―Esta es <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios, a saber,<br />

vuestra santificación, que os abstengáis <strong>de</strong> <strong>la</strong> fornicación, que separada cada uno <strong>de</strong> vosotros usar <strong>de</strong>l propio cuerpo santa<br />

y honestamente.‖ I, Thess., IV, 3.<br />

―No queráis conformaros con este siglo, antes bien transformaos con <strong>la</strong> renovación <strong>de</strong> vuestro espíritu: a fin <strong>de</strong> acertar<br />

que‖ es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere <strong>de</strong> vosotros.‖ Rom., XII, 2.<br />

―Esta es <strong>la</strong> voluntad <strong>de</strong> Dios, que obrando bien tapéis <strong>la</strong> boca a <strong>la</strong> ignorancia <strong>de</strong> los hombres necios e insensatos: como<br />

libres, sí, mas no cubriendo <strong>la</strong> malicia con capa <strong>de</strong> libertad, sino obrando en todo como siervos <strong>de</strong> Dios, esto es, por <strong>amor</strong>.‖<br />

I, Petr., II, 1516.<br />

1625 ―Qui non ex voluntate carnis, sed ex Deo nati sunt.” Joann., I, 13.<br />

1626 ―Factus est obediens usque ad mortem, mortem autem crucis.” Philip., II, 3.<br />

462

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!