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El Aceite de Oliva Virgen: Tesoro de Andalucía - Periodista Digital

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vaba la blancura <strong>de</strong> los dientes y curaba las encías enfermas. Todavía los saharauis,<br />

para limpiarse los dientes, emplean un pequeño palo oleáceo.<br />

En los primeros años <strong>de</strong>l cristianismo, se ungía a los enfermos con aceite sagrado<br />

–la mayoría <strong>de</strong> las veces <strong>de</strong> las lámparas consagradas- no sólo para la curación, sino<br />

para la resurrección. Era equivalente la función <strong>de</strong>l agua bendita y <strong>de</strong>l aceite <strong>de</strong> estas<br />

lámparas; apreciado era el aceite <strong>de</strong> San Ignacio y el aceite <strong>de</strong> Javier, recogido <strong>de</strong> las<br />

lámparas que se ben<strong>de</strong>cían en sus nombres. San Cesario (siglo VI) y San <strong>El</strong>oy (s.VII)<br />

proclaman que los enfermos reciban el cuerpo y la sangre <strong>de</strong> Cristo y se les aceite el<br />

cuerpo. Otros santos aceiteros fueron Juan Crisóstomo y Gregorio <strong>de</strong> Tours. Y si esto<br />

no servía, como recoge Augusto Jurado, podía encomendarse a Santa Ra<strong>de</strong>gunda,<br />

quien hizo el milagro <strong>de</strong> sanar a un enfermo vertiendo aceite sobre su cabeza.<br />

En Santiago, 5, 14-15, dice la Biblia: “¿Está alguno enfermo entre vosotros?<br />

Llame a los ancianos <strong>de</strong> la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre<br />

<strong>de</strong>l Señor. Y la oración <strong>de</strong> fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere<br />

cometido pecados, le serán perdonados.”<br />

<strong>El</strong> uso milagroso <strong>de</strong>l aceite llegó a tal extremo, que la Iglesia <strong>de</strong> Constantinopla<br />

reguló las diferencias entre los aceites naturales <strong>de</strong> las aceitunas: oleum sanctorum<br />

para sanar; elaion exorkismou para exorcizar; y el elaiontes eucaristías para el rito<br />

religioso.<br />

Bálsamos, linimentos y ungüentos<br />

Esteban M. Carneros Reguero<br />

<strong>El</strong> Quijote <strong>de</strong> Miguel <strong>de</strong> Cervantes, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus múltiples aventuras, recibió<br />

numerosos golpes. En el capítulo XVII, morando en una venta –don<strong>de</strong> un cuadrillero<br />

le golpeó con un candil <strong>de</strong> aceite, uso luminoso- fabricó el famoso bálsamo<br />

<strong>de</strong> Fierabrás, que lo cura todo. Este bálsamo fue el que usó el caballero Oliveros,<br />

acompañante <strong>de</strong>l caballero francés Roldán, <strong>de</strong> ahí su continua aparición en las obras<br />

<strong>de</strong> caballería. Estaba hecho <strong>de</strong> sal, romero, vino y aceite, y Don Quijote lo guardó<br />

en una alcuza. En la segunda parte <strong>de</strong> <strong>El</strong> ingenioso hidalgo, en casa <strong>de</strong> los duques<br />

unos gastos arañan al caballero, que recibe como remedio el aceite <strong>de</strong> Aparicio. En<br />

otro apartado <strong>de</strong> la medicina popular, se explica cómo se realizaban este y otros<br />

remedios.<br />

<strong>El</strong> óleum <strong>de</strong> la Antigüedad “mantenía la elasticidad <strong>de</strong> los atletas, la frescura<br />

<strong>de</strong> la piel <strong>de</strong> las elegantes, la suavidad <strong>de</strong>l cuerpo, la flexibilidad <strong>de</strong>l brillo <strong>de</strong> sus<br />

cabellos, la <strong>de</strong>lica<strong>de</strong>za <strong>de</strong> la piel <strong>de</strong> los niños” 23 .<br />

En las primeras lociones y ungüentos, el aceite era el elemento principal, pero<br />

según qué remedio o qué lugares, se usaban otros ingredientes como carbón, sal,<br />

hierbas, vinagre, incienso, mirra, grasa, ceniza… y otros aditamentos menos agradables<br />

como lombrices, cabellos quemados, nidos <strong>de</strong> golondrinas, estiércoles (cabra,<br />

vaca, paloma), ciempiés, semilla <strong>de</strong> ballena, escorpiones (para la viruela, fiebre,<br />

peste), perrillos (indicado para los nervios y el frío), esperma <strong>de</strong> rana (refrescante y<br />

antiinflamatorio), lagartijas fritas (viruela) y víboras (afecciones cutáneas). <strong>El</strong> médico<br />

Félix Palacios 24 dice que el aceite <strong>de</strong> hormigas “reanima los espíritus, <strong>de</strong>spierta la<br />

Venus, arroja las ventosida<strong>de</strong>s, se unta con él las partes <strong>de</strong> la generación y los riñones”.<br />

<strong>El</strong> uso <strong>de</strong>l vino –alcohol- tenía como fin <strong>de</strong>stilar las hierbas y plantas, como el<br />

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