Planificación para el desarrollo en América Latina y el Caribe: enfoques, experiencias y perspectivas
La planificación para el desarrollo ha alcanzado tal grado de amplitud e importancia que es necesario entenderla como un sistema. Sus funciones básicas —prospectiva, implementación y evaluación— operan simultáneamente en sectores, instituciones, niveles de gobierno y plazos diversos. En este libro se investigan e interpretan prácticas concretas de nueve países de la región donde se confronta el desafío de gestionar las interrelaciones entre los componentes antes mencionados. Se destaca así que, a fin de conseguir una planificación integral para el desarrollo, es preciso resolver adecuadamente los retos de la intersectorialidad, la pluritemporalidad, la multiescalaridad y la participación. Por último, se destacan la evaluación y el seguimiento como procesos que tienen el potencial de contribuir a articular mejor la planificación y la gestión, así como a generar aprendizajes institucionales que permitan mejorar de forma permanente los sistemas, los procesos y los resultados. El conjunto de las reflexiones propuestas aportan sugerencias útiles para considerar en los procesos de implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La planificación para el desarrollo ha alcanzado tal grado de amplitud e importancia que es necesario entenderla como un sistema. Sus funciones básicas —prospectiva, implementación y evaluación— operan simultáneamente en sectores, instituciones, niveles de gobierno y plazos diversos. En este libro se investigan e interpretan prácticas concretas de nueve países de la región donde se confronta el desafío de gestionar las interrelaciones entre los componentes antes mencionados. Se destaca así que, a fin de conseguir una planificación integral para el desarrollo, es preciso resolver adecuadamente los retos de la intersectorialidad, la pluritemporalidad, la multiescalaridad y la participación. Por último, se destacan la evaluación y el seguimiento como procesos que tienen el potencial de contribuir a articular mejor la planificación y la gestión, así como a generar aprendizajes institucionales que permitan mejorar de forma permanente los sistemas, los procesos y los resultados. El conjunto de las reflexiones propuestas aportan sugerencias útiles para considerar en los procesos de implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
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<strong>Planificación</strong> <strong>para</strong> <strong>el</strong> <strong>desarrollo</strong> <strong>en</strong> <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> y <strong>el</strong> <strong>Caribe</strong>... 67<br />
<strong>en</strong> la fase de redacción d<strong>el</strong> docum<strong>en</strong>to, la Presid<strong>en</strong>cia de la República creó <strong>el</strong><br />
“Instructivo G<strong>en</strong>eral: Directrices <strong>para</strong> la Formulación d<strong>el</strong> Plan-Presupuesto<br />
Anual 2015 y Multianual 2015-2017”, <strong>el</strong> cual debe ser aplicado por todas las<br />
instancias d<strong>el</strong> Poder Ejecutivo, incluidas las <strong>en</strong>tidades desc<strong>en</strong>tralizadas y<br />
autónomas. De esa manera, <strong>el</strong> Plan K’atun, que se aprobó <strong>en</strong> agosto de 2014,<br />
quedó vinculado al proceso d<strong>el</strong> plan y <strong>el</strong> presupuesto.<br />
En Chile, <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia de una <strong>en</strong>tidad de planificación nacional,<br />
los objetivos de mediano plazo se defin<strong>en</strong> por medio d<strong>el</strong> programa de<br />
gobierno, que es <strong>el</strong> refer<strong>en</strong>te principal <strong>para</strong> definir los objetivos globales de<br />
los ministerios. Por otro lado, también <strong>el</strong> Sistema de Evaluación y Control<br />
de Gestión cumple parte de esta función de ord<strong>en</strong>ami<strong>en</strong>to y definición de<br />
objetivos (a través de las definiciones estratégicas ministeriales). En este<br />
contexto, <strong>en</strong> <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> proceso presupuestario, los ministerios defin<strong>en</strong><br />
objetivos estratégicos institucionales, que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> como refer<strong>en</strong>tes los<br />
objetivos de carácter más g<strong>en</strong>eral establecidos <strong>en</strong> la ag<strong>en</strong>da de gobierno<br />
(Leiva, 2012, pág. 52).<br />
En los últimos años, <strong>en</strong> Chile se han fortalecido los ministerios<br />
como instancias de formulación de prioridades de política, planificación<br />
y control de gestión de los servicios públicos. Esto se expresa <strong>en</strong> <strong>el</strong> sólido<br />
y robusto esquema que repres<strong>en</strong>ta <strong>el</strong> Sistema de Evaluación y Control de<br />
Gestión que lleva casi dos dec<strong>en</strong>ios. En gran parte de las instancias <strong>en</strong><br />
las que se ha evaluado la experi<strong>en</strong>cia chil<strong>en</strong>a, se ha reconocido como una<br />
fortaleza este tipo de <strong>desarrollo</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> proceso de planificación.<br />
A pesar de que <strong>el</strong> presupuesto por resultados <strong>en</strong> Chile se ha<br />
desarrollado ampliam<strong>en</strong>te, aún no constituye un esquema que permita<br />
asignar prioridades de gasto público conforme a criterios de calidad<br />
y efici<strong>en</strong>cia. La evid<strong>en</strong>cia de los estudios señala que la fortaleza de esta<br />
experi<strong>en</strong>cia está más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> apoyo al mejorami<strong>en</strong>to de la gestión de los<br />
servicios públicos.<br />
En <strong>el</strong> marco de los desafíos presupuestarios, <strong>el</strong> presupuesto debe ser<br />
un instrum<strong>en</strong>to que apoye efectivam<strong>en</strong>te <strong>el</strong> <strong>desarrollo</strong> nacional y debe t<strong>en</strong>er<br />
ciertas características que difier<strong>en</strong> de la práctica occid<strong>en</strong>tal. Esto implicaría<br />
que la pre<strong>para</strong>ción d<strong>el</strong> presupuesto fuera m<strong>en</strong>os increm<strong>en</strong>tal y más<br />
estratégica, estuviera ligada a la planificación nacional o a otras formas de<br />
definir los objetivos y las prioridades, y fuera s<strong>en</strong>sible a las consecu<strong>en</strong>cias de<br />
las políticas tributarias y de gasto (Schack, 2002). Lo anterior refuerza la idea<br />
de que es necesario fortalecer <strong>el</strong> proceso de definición de las prioridades<br />
de largo plazo de la política pública, así como su articulación con los<br />
procesos presupuestarios de mediano y corto plazo. Cabe preguntarse<br />
si dicho esquema es lo sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te estratégico como <strong>para</strong> definir de<br />
forma adecuada las prioridades de largo plazo, y cómo se articula con <strong>el</strong><br />
corto plazo de la práctica presupuestaria. En estas circunstancias, queda