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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano. Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
labor in the household has a genuine economic value. 44
Esto se refleja en Bread Givers, donde la protagonista, Sarah, intuye el hecho
de que una vez que los ingresos en el hogar están controlados exclusivamente por
los maridos, las esposas aparecen bien como meros objetos decorativos (tal era el
caso de la hermana de Sarah, Fania) o como criadas. Por ello, la protagonista
rechaza la oferta del atractivo Max Goldstein que le promete un futuro interesante
desde el punto de vista económico. La marginación de la mujer del gueto se debía a
la confluencia de las categorías "inmigrante" y "judía" de la siguiente manera: a
pesar de que aparentemente, en América, la mujer tenía más expectativas de
progresar social y económicamente, en realidad, el patriarcado tradicional judío
siguió vivo en la nueva cultura, solapándose con el machismo americano. En este
sentido, Rosemarie Tong se inclina a pensar que el patriarcado opera en el ámbito
de la realidad y no sólo en el psicológico, como argumenta Thomas Ferraro. 45
Sin embargo, en el caso de las inmigrantes judías, la dependencia económica
femenina era, por el contrario, menor que el caso de las mujeres de clase media y
alta, ya que las primeras desempeñaban un papel particularmente activo en el
terreno económico, como se verá más adelante. Con esto quiero decir que el aporte
económico de la mujer inmigrante a su familia era más alto que en otros colectivos
femeninos, pues hay que tener presente que el modelo de trabajo tradicional sufrió
ciertas modificaciones en el nuevo mundo. Mientras el padre había sido la principal
fuente de ingresos en Europa del este, en América, por el contrario, la frágil
economía familiar necesitaba de los ingresos adicionales que la mujer podía aportar
al hogar, pero no por ello conseguía la mujer ser independiente. En casa la mujer
trabajadora debía continuar su jornada con las tareas caseras. 46
Esto no significa que todas las mujeres judías trabajaran fuera de sus casas. Y
es que muchas recibían ingresos adicionales alojando a inquilinos en el hogar
familiar, cantidad que sumaban a los salarios de los hijos e hijas. De todas formas,
un gran número de mujeres de origen europeo, acostumbradas a circunscribir su
labor a la esfera doméstica, se vieron obligadas a trabajar fuera del hogar una vez
llegadas a los Estados Unidos. Pero como esto provocaba problemas de tipo
familiar, como por ejemplo, la falta de tiempo para el cuidado de los hijos, se optó,
en muchos casos, por enviar a las hijas. Así las jóvenes pasaron a ser la principal
fuente de ingreso en los hogares inmigrantes, lo que posibilitaba que la madre se
quedara en casa, volviendo al modelo familiar tradicional. 47
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