i INDICE Página Introducción iv Notas x Capítulo I. Anzia Yezierska ...

María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
escritores inmigrantes, como Mary Antin y Abraham Cahan, denunciaban la pobreza
frente a la caridad de los ricos. En efecto, eran portavoces de las reformas sociales
propuestas por los reformadores progresistas quienes, de la mano del presidente
Franklin Delano Roosevelt, realizarían, con motivo de la terrible crisis de 1929,
programas dirigidos a aliviar las necesidades, no sólo de las capas marginales sino
también de la vapuleada clase media norteamericana.
Retomando el tema del desarraigo cultural, el capítulo quinto: "Identidad de la
mujer judía inmigrante: Entre dos mundos" defiende la tesis de que el excesivo
coste psicológico de la ruptura con la herencia judía inevitablemente producía en las
jóvenes inmigrantes un angustioso sentimiento de culpabilidad, que les impedía
gozar plenamente del éxito profesional. Y, por ello, no pudieron materializar el sueño
americano.
En el mismo capítulo, se analizan los siguientes aspectos: el conflicto de
identidad de las jóvenes que se debatían entre la comunidad judía inmigrante y la
sociedad norteamericana; las imágenes femeninas tradicionales totalmente
contrapuestas a los vitales personajes femeninos de Yezierska; y, por último, la
atracción amorosa entre la inmigrante y el norteamericano de origen anglosajón
como símbolo de la consecución perfecta del sueño americano. Abandonar el gueto
significaba, a juicio de Yezierska, enfrentarse a la soledad y desprenderse de los
modelos femeninos tradicionales que condenaban a las mujeres inmigrantes judías
a ser madres, aún sin desearlo; a aceptar maridos, a los que no amaban; a
aparentar ser fuertes, cuando en realidad no lo eran; y, por último, a limitar su
actividad sexual al matrimonio. Como se puede imaginar, la tradición judía no debía
resultar demasiado atractiva para unas jóvenes cuyas ideas y expectativas eran
radicalmente distintas a las de sus madres.
Si el influjo de la comunidad en la negación del sueño americano fue decisivo,
no lo sería menos el familiar, del que se ocupa el capítulo sexto. Por una parte, era
posible y deseable que entre los miembros de la comunidad judía inmigrante se
establecieran lazos solidarios. Muestra de tales eran las numerosas asociaciones
culturales y sociales exclusivamente inmigrantes. Sin embargo, por otra parte,
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