i INDICE Página Introducción iv Notas x Capítulo I. Anzia Yezierska ...

María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía americana
maternidad como institución es una construcción del patriarcado. 112 Esto es
consecuencia de la distinción que hace Rich entre dos tipos de maternidad: aquella
que se refiere a la relación entre el niño y su madre e incumbe tan sólo a ellos dos y
la otra, institucionalizada y legislada.
Yezierska ofrece otro ejemplo del efecto negativo que la maternidad ejerce
sobre los personajes femeninos de la novela en la transformación de la bella
Mashah en una mujer exhausta y ajada tras la llegada de sus bebés, a los que
dedica todos sus esfuerzos, sin apenas recursos económicos. La mujer exclama
angustiada: "Since the babies came in I´m like in a prison!" 113 Esta frase recuerda
el texto de Adrienne Rich perteneciente a su libro Of Woman Born (1979) que cito a
continuación:
I remember being uprooted from already meager sleep to answer a
childish nightmare, pull up a blanket, warm a consoling bottle, lead a halfasleep
child to the toilet. I remember going back to be starkly awake,
brittle with anger, knowing that my broken sleep would make the next day
hell, that there would be more nightmares; more need for consolation,
because of my weariness I would rage at those children for no reason. 114
No fue Yezierska la única en analizar la dependencia física y emocional de los
hijos pequeños de sus madres, también lo hicieron I.L. Peretz, Sholem Asch y Henry
Roth. El relato de Peretz, "A Woman´s Wrath", plantea cómo la maternidad conduce
a la desesperación a una joven madre que decide suicidarse. Sin embargo, al mirar
a su bebé se siente atada a él y comprende en ese momento que no es libre para
quitarse la vida. 115 La heroína de Asch, Rachel-Leah, a quien hacíamos referencia
en el capítulo anterior, desea que sus hijos nunca crezcan para que no la
abandonen. 116 Henry Roth, en Call It Sleep, analiza la evolución de los sentimientos
de un niño hacia su madre. Aunque en apariencia, esta relación es positiva para
ambos al permitirles apoyarse en la adversidad, el pequeño atraerá
inconscientemente la desgracia al hogar. En este párrafo de la novela, Roth evoca
cierto complejo edípico del niño que anhela quedarse a solas con su madre, bien
lejos de la figura paterna, y que recuerda el espacio dedicado a la alimentación
maternal del que hablaba Golub en párrafos anteriores:
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