i INDICE Página Introducción iv Notas x Capítulo I. Anzia Yezierska ...

María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano. Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
numerosas mujeres de la región de Nueva Inglaterra. Durante las primeras décadas
del siglo XIX el proceso de producción textil era artesanal y consistía en que las
mujeres hilaban en sus casas con su propia rueca, tras lo cual devolvían las telas y
a veces, incluso, las ropas ya confeccionadas a la pequeña empresa que le había
proporcionado la materia prima. Por lo general, se dedicaba a esta actividad un
sector de la población femenina determinado: aquellas mujeres solteras con
necesidades económicas (esto explica que el vocablo "spinster" haya adquirido el
significado de "solterona" en castellano, teniendo su origen en el término "spinning
wheel" o "rueca de hilar"). Para Harriet Robinson, empleada textil y contemporánea
de esa época, las trabajadoras solían ser hijas de marinos, como ella misma,
maestras, madres jóvenes o viudas, hijas de granjeros, etc. 2
La llegada de las grandes máquinas textiles que requerían gran mano de obra,
mayoritariamente femenina, trajeron consigo un importante cambio, tanto en la
calidad como en la cantidad del trabajo realizado. 3 De esta manera, la división del
trabajo facilitó el acceso de mano de obra no cualificada a la industria, lo que
redundó en beneficio de las mujeres. 4 El tratamiento recibido por la mujer en el lugar
de trabajo solía ser bueno, según los coetáneos de la época, y la paga, de dos
dólares semanales aproximadamente, constituía un sueldo comparativamente alto si
tenemos en cuenta que las trabajadoras domésticas o las maestras ganaban menos
de un dólar.
A continuación expondremos algunos datos útiles sobre el origen de la
actividad industrial y comercial neoyorquina que pueden contribuir a un mejor
entendimiento de los planteamientos de Yezierksa. Sin duda alguna, la industria
textil conoció un desarrollo sin precedentes a partir de mediados del siglo XIX. Esto
fue posible debido al desarrollo paralelo de un comercio floreciente establecido en
las grandes ciudades norteamericanas. Una modalidad de venta, por cierto muy
popular entre los inmigrantes, era la ambulante. Este tipo de actividad ofrecía
buenas ventajas a los inmigrantes recién llegados ya que se necesitaba poca
mercancía, un mínimo conocimiento del idioma y apenas dinero inicial. 5 Yezierska
plasma esta figura del gueto con su habitual gracia y realismo en varias de las
historias cortas. El siguiente texto muestra el ambiente de una de las calles con más
tradición del gueto neoyorquino, Delancey Street:
For some time she walked among the haggling pushcart venders,
relaxing and swimming in the warm waves of her old familiar past. A
85