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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueñoamericano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
austrohúngara ilegalmente y desde allí viajaban a Viena o Berlín, reagrupándose en
uno de los grandes puertos de embarque con judíos procedentes de otras áreas.
Por otro lado, los emigrantes del oeste y noroeste de Rusia cruzaban la frontera
alemana, pasando por Berlín y desde allí se trasladaban a los puertos del norte de
Alemania; aquellos procedentes del Imperio austrohúngaro cruzaban legalmente la
frontera alemana y viajaban a Berlín; finalmente, los judíos procedentes de
Rumanía cuya emigración masiva comenzó en 1899, viajaban a Viena o Frankfurt y
desde allí a los puertos holandeses, a Trieste o a Fiume. 18
Sin embargo, el peligro de ser asaltados por delincuentes era tan grande que
surgieron asociaciones germanojudías voluntarias, que protegían a los viajeros de
ladrones y timadores: "Only when they came under the guidance of the German-
Jewish organizations in Berlin, Hamburg, and Bremen could they be shielded from
sharpers and thieves." 19 Los más afectados por el pillaje eran aquellos que carecían
de pasaporte. Para éstos, el primer momento crítico del viaje era la frontera de
Austria o Alemania, donde bandas de traficantes, contrabandistas y timadores,
judíos incluso al igual que ellos, los atacaban. Pero no sólo los emigrantes ilegales
eran víctimas propicias, sino también aquellos que poseían la documentación en
regla. Como ejemplo expondremos el caso de las autoridades alemanas que,
temerosas de la propagación de una epidemia de cólera a su país, realizaron entre
1880 y 1890 numerosas inspecciones consistentes en la desinfección, etiquetado y
puesta en cuarentena de muchos emigrantes. Este proceso duraba varios días e
incluso meses, lo que provocaba que los viajeros perdieran el barco a Nueva York y
con él su única esperanza de conseguir una vida mejor. 20
Una vez que llegaban al barco, comenzaban nuevos problemas. Tras
semanas de viaje por el océano Atlántico, los emigrantes debían hacer una parada
en la isla de Castle Garden, más tarde llamada Ellis Island. Allí se les hacía un
examen médico y debían confesar si tenían antecedentes delictivos o habían
pertenecido a algún movimiento político radical. Sin embargo, podemos
preguntarnos por qué instaurar una torre de control de inmigrantes antes de que
éstos llegaran a los puertos norteamericanos donde sería quizá más lógico realizar
tal control. La respuesta se encuentra en la preocupación del gobierno estatal de los
Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX por eliminar la especulación en el
alojamiento de inmigrantes, prohibir la trata de blancas y el abuso de las tarifas
desorbitadas que los transportistas cobraban a los recién llegados. 21 Históricamente,
la isla fue usada para múltiples propósitos que se adaptaban a las necesidades del
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