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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueño americano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía americana
imagen de la mujer judía; por ejemplo, la figura de la madre judía. Todos ellos
guardan en común la representación de mujeres de corte tradicional o de jóvenes
madres afectadas psicológicamente por el estrés de la inmigración. De esta manera,
ningún personaje femenino tiene expectativas más allá del cuidado de su familia.
Antes de entrar en materia, creo necesario contextualizar histórica y
culturalmente la imagen de la mujer en la tradición judía europea. A las mujeres no
se les permitía la entrada a los grupos de estudios religiosos, ya que se pensaba
que su sensualidad podía distraer la atención de los hombres; por ello, ocupaban un
recinto separado en la sinagoga, llamado Mekhitzah. Esto no significa, que para la
tradición judía, la sexualidad constituyera un aspecto negativo; por el contrario, el
erotismo destinado a la satisfacción sexual de ambos cónyuges, tenía carácter
sagrado. De ahí que la ley le concediera a la mujer el derecho de rechazar los
encuentros sexuales no deseados con su cónyuge y reconociera la violación por
parte del marido como delito penal.
Algunos escritores judíos de Europa del Este, conscientes de la existencia de
una sensibilidad femenina que la tradición se había encargado de marginar
sistemáticamente durante siglos, mostraban una postura crítica. Las obras de I. L.
Peretz, Sholem Asch e Isaac Bashevis Singer reflejan la influencia de la cultura
tradicional judía, los textos religiosos de la yeshiva, el Haskalah, el sionismo y los
postulados socialistas en plena efervescencia en el antiguo territorio ruso. Además
reconocen la opresión de la mujer judía y, como argumenta Sylvia Barrack Fishman,
responsabilizan a la pobreza, las persecuciones y las actitudes misóginas como las
principales causas del sufrimiento del género femenino. 64
Particularmente, I.L. Peretz condena la distorsión religiosa tradicional que
pretendía devaluar la figura de la mujer judía. 65 Por ello, Peretz es especialmente
duro con los personajes masculinos que se dedican exclusivamente al estudio de los
textos sagrados sobre un dios también masculino, a expensas de la opresión de sus
hijas y esposas. Las obras de este autor muestran que, a menudo, las mujeres
interiorizan estas actitudes distorsionadas, reproduciendo entre ellas mismas
relaciones o dinámicas de comportamiento agresivas, carentes de ternura y
comprensión. 66 Esta misma apreciación se refleja en Bread Givers de Anzia
Yezierska, donde los personajes femeninos han interiorizado valores negativos del
patriarcado judío. 67
A diferencia de Peretz, Isaac Bashevis Singer ofrece algunos modelos
negativos de mujeres judías en su obra. Los personajes femeninos de Singer son
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