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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueñoamericano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
emigrating Jews feel that once they left for America, there was nothing
worth to return to. 4
La existencia de tres factores fundamentales determinó la emigración de una
gran masa de judíos habitantes del territorio ruso, a saber, la política zarista
antisemita, la progresiva industrialización de la actividad económica y la abolición del
sistema feudalista en el ambiente rural. Especialmente estos dos últimos hechos
provocaron la formación de grandes bolsas de desempleados en las urbes rusas. El
zar había dictado nuevos edictos para reducir las libertades de los judíos, obligado
por el clamor del pueblo ruso que recelaba de los semitas y los sometía a un
continuo acoso. Por otro lado, la industrialización trajo consigo una transformación
de la economía y la gradual descomposición de la artesanía en la región judía, lo
que ocasionó un incremento de la miseria del sector artesanal y del campesinado;
además, causó un excedente de mano de obra cualificada. A esta penosa situación
hay que añadir el hecho de que la abolición del feudalismo provocara la pérdida de
los empleos de muchos pequeños burgueses judíos, dedicados a administrar las
fincas de los nobles o a prestar pequeñas cantidades de dinero y comerciar con
productos a pequeña escala.
Esta situación, económicamente desfavorable, produjo un caldo de cultivo
propicio para la protesta social, así que no tardaron en hacer su aparición nuevas
ideologías revolucionarias como el socialismo radical, el sionismo y el maskilim.
Creo necesario definir estos dos últimos, menos conocidos que el primero; el credo
del movimiento sionista giraba en torno a la emigración a Palestina donde se
pretendía construir un estado judío. El maskilim, organización que observaba en su
proyecto la emancipación judía y predicaba la reconciliación del judaísmo con las
ideas del mundo secular en una especie de semiasimilación, constituía, en mi
opinión, una de las respuestas más modernas que el sector semita europeo podía
ofrecer a sus seguidores. Este último movimiento, originado en la ilustración judía o
Haskalah, cobró gran importancia en la cultura hebrea hacia 1820 y defendía, como
uno de sus principales objetivos, la enseñanza secular como medio para mejorar la
situación social, educativa, económica y política de los hombres y mujeres de la
comunidad.
Junto a los movimientos ideologicopolíticos mencionados en el párrafo anterior,
debemos incluir el llamado Bund, organización judía de ideología marxista, que
defendía la igualdad social y proponía restituir el perdido sentido de dignidad del
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