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María de los Dolores Vargas Oliva
El sueñoamericano: Una ilusión inalcanzable para la mujer judía inmigrante
manera de actuar contra el desorbitado precio de los arrendamientos. 32 Este hecho
refleja una importante toma de conciencia del problema de la vivienda en el ámbito
local.
Por otra parte, los inmigrantes constituían un potencial político importante en la
ciudad de Nueva York; a consecuencia de ello provocaron involuntariamente la
adaptación de las campañas y de los programas electorales de los demócratas, por
entonces en el poder local. Hemos de señalar que tras conseguir el reconocimiento
al voto de todos los varones norteamericanos blancos en 1827, los demócratas
idearon un sistema electoral que incluía a los inmigrantes. Por el contrario, los
republicanos cometieron el grave error de no contar con este numeroso sector de la
población neoyorquina.
La estrategia de los dirigentes municipales neoyorquinos, conocidos como
Tammany, consistía en acoger a los recién llegados instruyéndolos en ideas
políticas afines al partido y, lo que es aún más importante, transmitiéndoles un
sentido de responsabilidad y participación en el gobierno de la ciudad. Pero los
miembros de Tammany no se limitaban a esto, sino que acudían al puerto en el
mismo momento de desembarco para aconsejar a los inmigrantes que solicitasen la
nacionalidad norteamericana allí mismo, ayudándoles incluso a rellenar los impresos
de naturalización. La estrategia del partido era bien clara: la ley prohibía votar a los
extranjeros pero no a los que habían solicitado la nacionalidad norteamericana, que,
a efectos legales, disfrutaban de los mismos derechos que aquellos nacidos en el
país.
De esta forma, los extranjeros contribuyeron al apoyo de los partidos locales y
a la configuración de un estilo de campañas políticas directas y agresivas, que
resultaron verdaderamente efectivas a nivel local. Algunas de las acciones de
Tammany eran fraudulentas, como por ejemplo, el caso de las elecciones locales en
las que obtuvieron el triunfo ilegalmente tras usar como votantes a inmigrantes de
Filadelfia y Albany o emplear los nombres de individuos ingresados en el asilo
municipal, que eran, en su mayoría, irlandeses de nacimiento. Otra de las tácticas
poco ortodoxas de Tammany consistía en dar comida y ropa gratis a los mendigos
justo antes de las elecciones para ganarse adeptos. 33 Jerome Charyn, con cierta
ironía, describe Tammany como un pequeño club de patriotas que comprendieron el
enorme potencial electoral de las comunidades inmigrantes y, por ello, dedicaron
todos sus esfuerzos a mantenerlas fieles al partido:
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